Así fue la captura de Hernán Bermudez (Comandante H) en Paraguay

Hernán Bermudez. Foto: Especial
De jefe policial en Tabasco a presunto líder criminal: un operativo internacional destapa redes y tensiones políticas
STAFF / LIBRE EN EL SUR
La madrugada del sábado 13 de septiembre, agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (SENAD) irrumpieron en una residencia de lujo del barrio cerrado Surubi’í, en Mariano Roque Alonso.
Allí fue capturado Hernán Bermúdez Requena, alias “Comandante H” o “El Abuelo”, un exjefe policial mexicano señalado como presunto líder criminal con vínculos directos al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Según el diario ABC Color, el operativo comenzó desde la noche anterior y terminó hacia las cuatro de la mañana. Bermúdez apenas alcanzó a reaccionar antes de ser esposado.
En la vivienda se incautaron celulares de alta gama, relojes inteligentes y otros dispositivos. Su esposa y una trabajadora doméstica paraguaya estaban presentes, aunque no se giraron órdenes contra ellas.
Las investigaciones señalan que Bermúdez había ingresado clandestinamente a Paraguay a principios de este año. Su rastro se había perdido tras circular por Panamá y Brasil, hasta que los servicios de inteligencia pudieron cerrar el cerco.
El fiscal Manuel Doldán confirmó que el proceso de extradición ya está en marcha. La primera audiencia se fijó para ese mismo sábado por la tarde, a cargo del juez Osmar Legal, con la posibilidad de que se adopte una vía simplificada para acelerar los tiempos.
Las autoridades reconocieron que su edad —72 años— podría complicar el cumplimiento de medidas de prisión preventiva. Se analizan alternativas de custodia para evitar cualquier intento de fuga o deterioro de salud.
¿Quién era y quién es Hernán Bermúdez?
En Tabasco, su nombre resultaba familiar desde hace décadas.
Fue jefe de la Policía Estatal de Caminos y, en 2019, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, bajo el gobierno de Adán Augusto López Hernández.
Mientras se presentaba como funcionario encargado del orden, informes de inteligencia lo ubicaban como pieza central de La Barredora, un grupo criminal que tejió vínculos con el CJNG para mover drogas y armas en el sureste mexicano.
La detención en Paraguay confirma esas sospechas. Bermúdez no estaba retirado ni mucho menos inactivo: seguía operando dentro de redes criminales, usando la experiencia acumulada en la policía y sus contactos para moverse con sigilo y mantenerse oculto en refugios de lujo.
La sombra sobre Adán Augusto y la grieta en Morena
La captura del “Comandante H” en Paraguay desató un terremoto político en México.
El nombre de Bermúdez está atado inevitablemente a Adán Augusto López Hernández, quien lo puso al frente de la seguridad tabasqueña y lo sostuvo en el cargo pese a señalamientos.
El ahora senador reaccionó con molestia. Calificó las acusaciones como “mucha politiquería” y aseguró que ya había dado las explicaciones necesarias.
Pero sus declaraciones no frenaron el escándalo. La dirigencia nacional de Morena suspendió de inmediato los derechos partidarios de Bermúdez, paso previo a su expulsión, como una manera de contener el costo político.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum fijó postura con un mensaje contundente: “No se va a cubrir a nadie”. La frase fue interpretada como un deslinde no sólo del partido hacia Bermúdez, sino también como advertencia de que el caso seguirá marcando la trayectoria de Adán Augusto.
El episodio exhibe la fragilidad de la línea que separa política y delincuencia en Tabasco. Y deja en el aire preguntas incómodas: ¿qué sabía López Hernández al nombrar a Bermúdez? ¿Por qué lo sostuvo pese a las denuncias?
La caída del exjefe policial, narrada en detalle por la prensa paraguaya, no sólo cierra un capítulo de impunidad, sino que abre un frente político que ya no puede ignorarse, ni siquiera dentro del partido gobernante.