Ciudad de México, diciembre 1, 2025 07:48
Revista Digital Diciembre 2025

EXTRALIMITES / De cómo los alemanes transformaron la supervivencia en Navidad

Importantes tradiciones navideñas del mundo fueron originadas en Alemania

Nuestra especie está hecha de individuos débiles; la fuerza siempre ha estado en la unión, el trabajo conjunto, la colaboración y la solidaridad.

POR ESTEBAN ORTIZ CASTAÑARES

En Alemania, las primeras tradiciones navideñas que existieron se desarrollaron mucho antes de que la Navidad existiera, es decir antes de Cristo.

En la antigüedad, a finales del otoño, cuando el frío se hace presente, la tierra se endurece y el sol sale poco, la gente tenía que almacenar comida y madera en sus casas para evitar morir de hambre o frío en los meses venideros de invierno e incluso, en ocasiones, durante la primera parte de la primavera.

En este ambiente, la probabilidad de supervivencia aumentaba, gracias al apoyo comunitario. Siempre había alguien que había pasado un mal año, y alguien más afortunado que podía ayudar. La solidaridad se volvía por ello un elemento fundamental: este año por ti, el próximo por mí.

Para reforzar estas prácticas se desarrollaron ritos y actividades, muchas de ellas vinculadas a las creencias paganas. El cristianismo, en su expansión, trató de mantener dichas prácticas ya muy arraigadas como festividades y costumbres, adaptándolas únicamente a festejos católicos similares.

Y sin ser algo oficial, el 11 de noviembre, con el festejo de San Martin –el santo de la solidaridad— la gente empezó a realizar actividades y ritos relacionados con un nuevo concepto traído del cristianismo: La Navidad. (ver mi artículo, “Conmemoraciones Otoñales en el Norte de Europa”, octubre de 2024).

Dichos festejos evolucionaron con el tiempo; algunos se perdieron, otros se transformaron y aparecieron nuevos como influencias de otras culturas. Pero todos están en esencia vinculados a prácticas vitales de supervivencia ante un entorno frío y difícil. Los elementos comunes más importantes son: la solidaridad, refuerzo de actividades comunitarias, luz, calor, alimento y fertilidad.

Hoy en día, entre las festividades antiguas que aún existen en Alemania, destacan:

Acciones sociales y festejos de solidaridad: Se originaron en la antigüedad, cuando no había un sistema social que protegiera a los ciudadanos.

Las comunidades y después el cristianismo fomentaron una idiosincrasia orientada a ayudar al necesitado. Todos los grandes festejos invernales a santos estaban orientados a impulsar acciones solidarias. San Martin (11 de noviembre), Santa Bárbara (4 de diciembre), San Nicolás (6 de diciembre), Santa Lucía (14 de diciembre), Jesús (24 de diciembre) y los Reyes Magos (6 de enero). Eran prácticas iniciales de ayuda a los desprovistos; con el desarrollo de un entorno invernal más seguro para todos, se concentraron en los miembros familiares más endebles, los niños. La modernidad y la sociedad de consumo en el siglo pasado exacerbó estas prácticas, ocultando el origen de apoyo social y volviendo todas estas fechas un festín de regalos para familiares y amigos.

En Alemania aún se mantiene esta tradición puramente social, reflejada en acciones que organizan empresas o grupos para recabar apoyos a instituciones asistencialistas. Se hacen donaciones directas o se fomenta la participación de los empleados. En las empresas, algo muy típico es colgar tarjetas con deseos de gente necesitada, pertenecientes a estas instituciones. Los empleados de manera individual o en grupo compran el producto deseado y lo entregan normalmente en un evento especial.

Comidas navideñas: Hasta el siglo XIX los festejos de Navidad estaban muy relacionados con el ayuno. El riesgo de la falta de alimento junto con el concepto de auto sacrificio proveniente del cristianismo, habían creado una cultura acética, que impulsaba al individuo a un auto sacrificio; el hambre daba mayor conciencia del advenimiento del nacimiento del hijo de Dios. El 25 de diciembre se cerraba este periodo con un gran festín que generaba un ambiente apoteótico de liberación. Pero la globalización y la industrialización, a partir de finales del siglo XIX, trajeron consigo abundancia en alimentos que permitió que el festejo se fuera extendiendo lentamente; primero a los días vecinos, 24 y 26 de diciembre; y posteriormente durante toda la temporada, se volvió una práctica común en organizaciones para festejar la época, reforzar la convivencia y el sentimiento de pertenencia entre sus miembros.

En esta época, en Alemania, la organización de comidas o cenas con amigos, familiares o en las empresas, se ha vuelto una de las actividades más importantes de este periodo. Las cenas navideñas en las empresas son eventos muy importantes que ni siquiera en momentos de crisis se cancelan. En algunos eventos, inclusive, con el fin de reforzar el aspecto social comunitario, los jefes se encargan de atender a los empleados sirviendo bebidas o coordinando el evento directamente.

Reuniones para hacer galletas navideñas: Antes y durante la edad media, en las familias o a nivel comunitario se hacían eventos para preparar los alimentos en conservas y evitar que se pudiesen echar a perder. Se hacían mermeladas y compotas, se deshidrataba todo tipo de alimento o se ponía en vinagre o salmuera. Esta tradición se ha transformado en actividades, hechas normalmente para los niños, donde se preparan galletas o bien se construyen casitas de jengibre.

Mercados de la Navidad: Entre los siglos XIII y XIV empezaron a aparecer en las regiones del norte de Europa mercados estacionales llamados “Mercados de Invierno”, que ofrecían abastecimiento de alimentos, como la carne, cereales, o pan; utensilios para la conservación de alimentos; productos que ayudasen a dar luz o calor, como velas o carbón; o para protegerse del frio, como las pieles y textiles de lana. La sacralidad del periodo y el incremento de productos del exterior, cambiaron su función y su nombre, se les empezó a llamar “Mercados de San Nicolás” y ofrecían productos especiales, exóticos, que se convirtieron en ingredientes que le daban un valor conmemorativo a los platillos producidos en esta época del año. Inicialmente se vendían productos del mediterráneo y del norte de áfrica, como son frutos tropicales o azúcar; y después especies de medio oriente; y productos de América, como el chocolate de México; todos ellos son en la actualidad parte de las recetas navideñas.

A partir del siglo pasado, el mercado en sí se transformó en un área conmemorativa. Se empezaron a convertir en espacios mágicos que evocaban los recuerdos y la fantasía de los cuentos o de la niñez, creando escenarios casi teatrales mágicos. Muchos de ellos se volvieron temáticos, emulando el pueblo mítico de santa, la morada de los ángeles, un mundo de juguetes navideños o mercados místicos o históricos. La mayoría tienen música en vivo. Ofrecen productos hechos a mano, relacionados con la navidad, especialidades de distintas regiones de Alemania, pastelería o comida navideña y en algunos casos, como el de Núremberg, se ofrecen cosas especiales, difíciles de encontrar en otros lados, como son las máquinas de vapor de miniatura.

Se han vuelto un gran atractivo turístico y es tradicional visitarlos con amigos para platicar y tomar un Glühwein, vino caliente hecho con especies (clavo), naranja y azúcar y servido caliente para soportar el frio, que tiene sus orígenes en una bebida romana llamada “Conditum”.

Unos de los mercados más interesantes son los medioevales, que recrean el ambiente de esa época y ofrecen productos y alimentos parecidos a los que se vendían. En algunos de ellos se organizan el “Osterspiele”: A lo largo de una pequeña ruta, se crean cuadros vivos, con animales y actores que representa de manera teatral algún pasaje bíblico relacionado al nacimiento de Jesús, Estos eventos fueron los precursores de las tradicionales pastorelas mexicanas.

Árbol de la Navidad: El pino, puesto por primera vez por San Bonifacio de Maguncia (el apóstol alemán) en el siglo VII, como símbolo navideño originario de un rito pagano a el dios Thor, se volvió la representación de la vida eterna (siempre está verde, inclusive en invierno). Inicialmente se le colgaban manzanas que representaban el pecado original, pero fueron transformadas en Francia por esferas que simbolizan los dones de Dios, una expresión menos culpígena. Como se sabe esta tradición es una de las más extendidas en el mundo.

Originalmente en Alemania, se colocaba hasta el día 24 de diciembre en el lugar más importante de la casa, normalmente la sala. Toda la familia lo adornaba en conjunto y hasta mediados del siglo pasado, los regalos no los traía Santa Claus sino el Niño Dios. Aparecían esa misma noche antes o después de la cena, normalmente durante un acto de distracción inducido a los niños.

Calendario de Navidad: Conocido poco en México, fue creado por los protestantes alemanes a finales del siglo XIX para fomentar la conciencia de los niños del periodo navideño. Inicialmente era solo una lista de días del 1 de diciembre hasta el 24 que se tachaban cada día con un gis, o, 24 velas que se prendían de manera incremental. El rito evolucionó en dos sentidos.

  1. Los católicos lo retomaron generando los festejos de adviento, los cuatro domingos antes de Navidad, que actualmente también se representan a través de las roscas navideñas que se cuelgan en las puertas, muy usadas en México.
  2. El rito para los niños se convirtió en un calendario con puertitas que se abrían para ver una sorpresa cada día. Los calendarios se refinaron con el tiempo, de una simple imagen pasaron a tener pequeños chocolates con figuras relacionadas al periodo o al santo festejado. Actualmente tienen juguetes y la tradición se ha extendido a los adultos con sorpresas y regalitos diarios.

Coros Navideños: El desarrollo musical de las iglesias protestantes y posteriormente de las católicas, crearon los cimientos de una gran cultura del canto, que se desarrolló en la ilustración en los ámbitos civiles como símbolo de educación y cultura; y fueron un elemento de vinculación entre miembros de distintos reinos antes de la fundación de Alemania, que siempre pugnaron por la constitución de un estado nacional, a pesar de los múltiples descalabros históricos del siglo XIX. La mezcla de su origen sacro y civil ha hecho que en diciembre en toda Alemania haya una apoteosis de música navideña coral. Haciendo una comparación un poco extralógica, equivaldría en México a la marcha de charros a la basílica de Guadalupe.

Así pues, a lo largo de los siglos, Alemania fue el primer crisol donde se fundió la Navidad como un conjunto de antiguos ritos paganos, prácticas comunitarias de supervivencia y elementos religiosos y nacionales. Muchas de ellas se han convertido también en parte de nuestra cultura navideña.

Entender su origen no solo enriquece nuestra visión de la Navidad, sino que nos invita a valorar aquello que, desde tiempos remotos, ha sido un común denominador de todas las comunidades humanas: Nuestra especie está hecha de individuos débiles, la fuerza siempre ha estado en la unión, el trabajo conjunto, la colaboración y la solidaridad.

¡Les deseo una gran y feliz Navidad 2026!

Compartir

comentarios

Artículos relacionadas