DAR LA VUELTA / Come frutas y verduras
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Esta ya entrañable localidad, te facilita planear una sana nutrición, comer todo fresco y tener a la mano alimento de todos los colores posibles.
POR ANA CECILIA TERRAZAS
Comprar frutas y verduras en la tiendita de la esquina se ha complicado en las grandes capitales como ocurre en la Ciudad de México. Estos productos perecederos, infaltables en las mesas mexicanas, actualmente se suelen adquirir en los supermercados urbanos, en donde la fruta y la verdura están muy verdes o son altamente susceptibles a tener un sabor común, como neutralizado por tanta refrigeración y viajes.
Por las razones que se saben, ciudades como la nuestra van prescindiendo de los mercaditos, las tienditas, los localitos conforme la wallmartización va ganando terreno. Además, a veces –hay que reconocerlo– resulta mucho más barato y práctico ir a un solo lugar por todo lo que se debe comer en la semana.
Isla excepcional de lo recién narrado, en la colonia Acacias, del Valle, frontera con Actipan, contigua a la colonia Crédito Constructor, es la tiendita llamada Abarrotes Cabanzos según se lee en el techito rojo que queda entre la panadería de cadena, La Artesa y una fonda de cuyo nombre no puede nadie acordarse.
El establecimiento queda justo en un fragmento corto de la calle de Moras, entre José María Olloqui y Rodríguez Saro y el local se ha dividido en dos. En una parte la trabaja un tío, como abastecedora de abarrotes y, del lado derecho, el lugar se dedica a la venta de frutas y verduras, de semillas, miel, linaza, hierbas de olor, todo lo que usted pueda requerir o necesite mandar traer de la Central de Abastos, a la que ellos van por lo menos una vez todos los días, sin falta. La familia de este lado, con disciplina ejemplar, chambea como muchas personas mexicanas, sin parar, sin tregua, siempre y mucho. Abren de 8 y media de la mañana a 10 de la noche de lunes a viernes y, los sábados y domingos de 9 a 8 de la noche. Casi nunca cierran, acaso un primero de enero se les ha cachado descansando.
Esta familia que parece liderada por una joven madre, una Gaby inteligente y amable que ha tenido éxito con este negocio. Las razones: una excelente calidad en frutas y verduras; una atención muy amable y eficiente; precios nada abusivos y, el costo de oportunidad, siempre que se requiere, están ahí, para que una pueda pasar por papayas, uvas, piñas, aguacates o sandías. Además, el surtido es vasto y el sabor de la mercancía buenísimo. Te ayudan a cargar si está muy pesado el pedido; te permiten hacer transferencias, sólo si eres de confianza; te saludan y conocen como sucede en toda tiendita de barrio.
Esta ya entrañable localidad, te facilita planear una sana nutrición, comer todo fresco y tener a la mano alimento de todos los colores posibles. Una nota de gratitud espiritual engalana el flanco derecho del local, un pequeño altar a la virgen de Juquila. Aunque la familia que trabaja esta sección es originaria de Puebla, siempre tienen veladora prendida a la oaxaqueña advocación mariana ya que, desde hace cuatro años que abrieron, les ha ido bastante bien. Seguro esto puede atribuirse a la virgen además de al arduo trabajo de toda la familia en el changarro.
Para una joven que a veces atiende en lo que hace las tareas de la prepa, el éxito de la tiendita se debe a que, “tiene de todo”. Muy recomendable para que usted, si no la conoce, pase a darle una vuelta.