Critica Laura Ballesteros vivienda cara… ¡y apoya un edificio de lujo en predio del árbol Laureano!

Laura Ballesteros en su conferencia de prensa del miércoles 13. Foto: Captura de pantalla
“Los desarrolladores no están haciendo vivienda accesible, solamente vivienda cara”, admite la diputada federal de MC.
Presume declaratorias a árboles que, como en el caso del fresno Eugenito, no garantizan respeto al entorno, como sostiene el movimiento #SalvemosALaureano.
Reconoce la legisladora, como han advertido vecinos defensores del laurel centenario y de un colorín, que es imposible salvar a cada árbol de la depredación inmobiliaria sin sentar precedentes.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
La diputada federal de Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros Mancilla, ha respaldado —incluso en redes sociales y entrevistas— la construcción de un edificio de departamentos de lujo en el predio adyacente al árbol monumental Laureano, en la colonia Tlacoquemécatl, donde el movimiento #SalvemosALaureano exige desde hace tres meses un parque y un huerto urbano en lugar de un desarrollo inmobiliario que, como ella misma describió en su discurso, destruye entorno y comunidad.
En una conferencia de prensa posterior a la presentación de su iniciativa de reformas a diversas leyes en la Comisión Permanente, Ballesteros arremetió contra los desarrolladores inmobiliarios a quienes acusó de “no hacer vivienda accesible, solamente vivienda cara” y de “gentrificar” barrios completos.
Ese es precisamente el sentido que han dado a su lucha los defensores del laurel centenario de Tlacoquemécatl, y del colorín junto a él, supuestamente protegido por leyes federales. Como si repitiera las palabras de quienes le han reclamado la contradicción en la medida de su conveniencia, un protagonismo con el que en cambio no apoya en la exigencia de un parque en el predio, en lugar de un edificio para 10 viviendas de lujo con precios que parten de los 7.4 millones de pesos.
Efectivamente Ballesteros ha festinado la declaratoria patrimonial de Laureano y el hecho de que la empresa Núcleo Urbano —ese mismo que construye vivienda cara— acepte readaptar su proyecto, pero no suspenderlo. Todo ello, a pesar de que por el predio corren las raíces de Laureano, un laurel de la India cuyas raíces pueden extenderse hasta el triple de la longitud de su copa, como aparece en dictámenes que la propia diputada no ha transparentado públicamente.
Ballesteros presentó lo que denominó la “Ley Eugenito”, en alusión al fresno talado hace unos días en la alcaldía Benito Juárez, junto al también centenario fresno Eugenio. Narró que el plan de conservación exigido a la desarrolladora ADINSE nunca se cumplió y que, pese al diálogo con autoridades, se taló el árbol de más de 40 años. “Los desarrolladores no están haciendo vivienda accesible, solamente vivienda cara… y están metiéndose con el ecosistema, con los derechos ambientales, no solo de los árboles sino de las personas que los rodean”, dijo con énfasis, sin reparar en que en el caso de Laureano la obra que ella misma ha convalidado corresponde a un complejo de lujo que —como denuncian vecinos— forma parte del mismo patrón de desplazamiento y degradación ambiental que ella critica.
En su conferencia, la diputada defendió que por primera vez se reconozca en el marco legal federal al arbolado urbano como infraestructura verde esencial. Planteó reformas a la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, así como a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para garantizar la protección, conservación y ampliación de los árboles en las ciudades. Entre sus argumentos incluyó el caso de Laureano como ejemplo de “árbol salvado” mediante declaratoria patrimonial —al igual que Naranda y Roberto—, obviando que el movimiento vecinal ha insistido en que dichas declaratorias no han impedido agresiones al entorno inmediato y que, como en Eugenito, la protección no se extiende a los árboles y áreas verdes colindantes ni asegura que se evite la construcción en el predio.
Ballesteros afirmó que “la comunidad sostiene a la comunidad” y que los árboles urbanos “no pueden estar a merced de cualquier desarrollador o cártel inmobiliario que quiera echárselos al plato”. También prometió “garantizarle a las niñeces y a las juventudes” que tendrán un futuro con derecho a “ser felices con su vegetación y con su arbolado urbano”. No obstante, la incongruencia entre su discurso contra la vivienda cara y su respaldo a un proyecto de lujo junto a un árbol monumental que ella misma presume como “rescatado” ha sido subrayada por vecinos y activistas que enfrentan, día a día, las consecuencias de lo que la propia legisladora describe como permisos corruptos, talas ilegales y gentrificación.