SALDOS Y NOVEDADES / Darle vuelo a la hilacha
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Papa Francisco. Foto: Especial
Los papas Francisco, Bendicto y Juan Pablo II murieron en abril. Y abril parece ser el mes favorito de los latinoamericanos ganadores del Nobel de Literatura para morirse.
POR GERARDO GALARZA
Para la comunidad, lectores y autores, de Libre en el Sur, pero sobre todo para los imprescindibles Pacos Ortiz Pinchetti y Ortiz Pardo, por 22 años de esta revista.
Aquí ya se ha escrito que marzo es el mes con más mala prensa, aun cuando sea el del inicio de la primavera, beneficio que recoge abril.
Pocos podrán dudarlo. Abril es un mes, digamos, festivo o más o menos.
Como se sabe, abril está en las canciones de Joan Manuel Serrat (“Hoy lunes 20 de abril de 1981…” en “A quien corresponda” o “Especialmente en abril”), y noten la coincidencia con José José (“Y me estarás llamando cada 20 de abril” en “Me vas a echar de menos”); de Joaquín Sabina (“mi 14 de abril…” o la conocidísima del robo total del mes); de Los Hermanos Carrión (“para abril o…”), de Silvio Rodríguez (“Como esperando abril”) y decenas más, a gusto de todos.
También se ha escrito que abril es el mes de las quinceañeras, quienes hayan nacido en el mes que lo hayan hecho, siempre celebrarán sus 15 abriles. Todas las mujeres siempre cumplen “abriles”: el calificativo “otoñal” se reservaba para aquellas que tenían la mala suerte de aparecer en la nota roja de los periódicos.
No, está claro, abril no es un mes cualquiera; mucho menos ahora, por lo menos para los mexicanos y latinoamericanos.
El pasado 21 de abril se murió el papa Francisco, el primer jesuita y latinoamericano que ocupó la silla de San Pedro en dos mil años. Y su muerte, funeral y sucesión atrajeron lo atención de prácticamente todo el mundo católico y no.
Pero no es el primer Papa, de los que no han tocado vivir, que muere en abril. Juan Pablo II (“Juan Pablo, hermano/ya eres mexicano”), murió un 2 de abril. Benedicto XII murió un 25 de abril. Y quienes se dedican a las efemérides y otros datos inútiles cuentan que al menos otros 15 papas han muerto en este mes, a lo largo de la historia.
Exactamente ocho días antes que Francisco, el 13, murió el escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura. El último del boom latinoamericano.
Abril parece ser el mes favorito de los latinoamericanos ganadores del Nobel de Literatura para morirse. De seis, tres se han muerto en abril: Vargas Llosa un 13 de abril; Gabriel García Márquez, un 17, y Octavio Paz, un 19. Por si fuera poco, otra de nuestros nobeles de literatura, Gabriela Mistral, nació un 7 de abril.
Y antes, que no ganó el Nobel de Literatura porque no existía tal premio, sor Juan Inés de la Cruz falleció un día 17 de abril. Y otros necesariamente ganadores del Nobel inexistente: don Miguel Cervantes de Saavedra y el Inca Garcilaso de la Vega, ambos de un día 22 de abril.
Otro nobel, este de la Paz, Martin Luther King, negro él cuando no existían los “afroamericanos”, murió asesinado por un blanco (“whiteuro” o “eurowhite”, supone el escribidor) un 4 de abril.
Y otros 4 de abril murieron los cantautores, se les dice ahora, juglares antes, Alberto Cortez y Luis Eduardo Aute, amigos, cómplices de Serrat y de Sabina, arriba citados.
Pero, además, este mes de abril, el actual, se llevó al holandés (¿”paísabajeño”, se dirá ahora?) Leo Beenhacker y al portero argentino Hugo “El Loco” Gatti, que los amantes del futbol reconocen de inmediato y, al igual que con el Papa, doblan su rodilla. ¿Lo de “El Loco” es un insulto? ¿Debió llamársele portero con capacidad mental diferente? Dudo que a Gatti le hubiera gustado. Él era “El Loco”.
Ya metidos a estos trotes, los mexicanos no podemos hacer a un lado a abril en nuestras efemérides luctuosas; hay muchos célebres que murieron un día de abril. La lista no es exclusiva y excluyente:
Francisco González Bocanegra (un primero de abril); María Félix (8), Dolores del Río (10), Emiliano Zapata (10), Pedro Infante (15), Javier Solís (19), Mario Moreno, llamado Cantinflas (30). Si los nombres “no les suenan” no sean malos y búsquenlos en Google.
En otras palabras, abril también tiene su lado triste, amargo, doloroso,
Pero, para qué tanto orgullo, sólo estamos de paso… somos polvo nomás, bajo tierra no hay rangos, máxima indiscutible; somos polvo nomás, cantan Los Cuatro de a Caballo, quienes en su canción proponen textualmente (así se llama) darle vuelo a la hilacha…