Ciudad de México, julio 11, 2025 21:39
Alcaldía Benito Juárez Medio ambiente

Laureano sin protección legal real: Día del Árbol llega sin decreto publicado

Sedema celebra Día del Árbol invitando a nominar árboles ancestrales… cuando no protege al laurel de Tlacoquemécatl

Legisladores de Movimiento Ciudadano se treparon al tema inventando que Laureano está a salvo, cuando la obra sigue amenazándolo.

STAFF / LIBRE ENN EL SUR

Laureano, el árbol laurel de la India más famoso de la ciudad, también ha sido víctima de la demagogia.

Aunque se ha anunciado públicamente la declaratoria de protección para Laureano, el laurel de la India monumental ubicado en la zona de Tlacoquemécatl, en la alcaldía Benito Juárez, esa declaratoria no tiene todavía efectos jurídicos, pues no se ha publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México. Mientras no aparezca en ese documento, el árbol sigue legalmente desprotegido frente a la amenaza de la obra inmobiliaria que avanza en el predio de Miguel Laurent 48.

En este contexto se celebra el Día del Árbol en la Ciudad de México, que se conmemora el segundo jueves de julio, según decreto presidencial de 1959, dentro de las festividades de la Fiesta del Bosque. La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) resaltó la importancia de los árboles en el bienestar social, ambiental e histórico de la capital, recordando su papel en la regulación del ciclo hidrológico, la disponibilidad de agua, el control de la erosión del suelo y la transformación del dióxido de carbono en oxígeno. Además, destacó que los árboles son puntos de encuentro y símbolos de memoria y resistencia, pues son testigos vivos de nuestra historia colectiva.

Para honrarlos, Sedema lanzó la convocatoria “Guardianes del Tiempo”, dirigida a la ciudadanía para nominar árboles excepcionales que sean legado ambiental, histórico, cultural o simbólico de la ciudad. La iniciativa busca identificar ejemplares nativos o endémicos en espacios públicos de las 16 alcaldías, con criterios como altura mínima de 20 metros, edad aproximada de 100 años o más, formas inusuales, o valor ecológico, paisajístico, educativo o histórico. El registro estará abierto hasta el 31 de diciembre de 2025 en el portal oficial de la dependencia.

No obstante, la celebración ocurre mientras el caso más emblemático, el laurel de Tlacoquemécatl, sigue sin contar con un decreto publicado en la Gaceta Oficial, lo que subraya la contradicción entre el discurso de protección ambiental y la realidad legal. Tampoco bastaría con el decreto, aunque se llegara a publicar: mientras siga vigente el permiso de construcción para un edificio de cuatro o cinco niveles en ese terreno, las raíces de Laureano corren peligro, pues se expanden hasta tres veces el tamaño de la copa del árbol. El argumento es claro entre especialistas: incluso la mejor declaratoria no sirve de nada si el árbol queda rodeado de cimentaciones profundas y compactación de suelo que terminen asfixiándolo.

Concreto sobre las raíces mientras MC presume protección

Libre en el Sur publicó el pasado 3 de julio que albañiles trabajaban en el colado de una plancha de cemento en el predio de Miguel Laurent 48, en la colonia Tlacoquemécatl, justo sobre el terreno donde, bajo la superficie, se extienden las raíces del laurel de la India conocido como Laureano. No se trataba de una simple barda ni de un techo, sino de una superficie rígida destinada a sellar la tierra, impedir la filtración de agua y bloquear la respiración natural del subsuelo, lo que expertos consideran una de las formas más sigilosas pero letales de matar árboles monumentales.

Ahora, este medio pudo constatar que, a las cinco de la tarde de ese miércoles 3, los trabajos continuaban. Albañiles golpeaban el firme y vertían cemento fresco, ampliando la plancha de concreto que ya cubre más de la mitad del predio. El movimiento #SalvemosALaureano ha denunciado que es mentira lo difundido tanto por Sedema como por los diputados de Movimiento Ciudadano, quienes aseguran que Laureano está a salvo gracias a la declaratoria de patrimonio. Los vecinos advierten que, mientras el decreto no se publique en la Gaceta Oficial y no se cancelen los permisos de construcción, el árbol sigue bajo amenaza real de morir por el avance de la obra.

Además, exigen que se atiendan los seis puntos de su pliego petitorio, no solo la declaratoria patrimonial, pues insisten en que la verdadera defensa de Laureano implica frenar por completo el proyecto inmobiliario y convertir el predio en un parque vibracional con plantas polinizadoras, huerto y áreas verdes. Para ellos, cualquier solución que no contemple detener la edificación de departamentos de lujo es puro discurso político, incapaz de salvar la vida del árbol centenario ni de preservar la memoria verde del barrio.

El establecimiento de un parque en el predio –argumentan– será en homenaje a todos los árboles “caídos” a manos de depredadores inmobiliarios, con lo que se sentaría un importante precedente para desestimular la devastación.

La declaratoria patrimonial de Laureano es solo uno de los seis puntos del pliego petitorio del movimiento #SalvemosALaureano, dado a conocer en el único encuentro que tuvieron los vecinos con representantes de la inmobiliaria a las afueras del predio del árbol. Los legisladores de Movimiento Ciudadano, Royfed Torres y Laura Ballesteros, se treparon políticamente al tema para presumir ante las cámaras que el árbol estaba a salvo con esa declaratoria, sin mencionar que no se ha publicado en la Gaceta Oficial ni la demanda más importante del movimiento: que en el predio sea construido un parque vibracional, con plantas polinizadoras, huerto y áreas verdes, en lugar de un edificio de departamentos de lujo.

Con esa omisión, en los hechos, los legisladores naranjas parecen preferir que no haya un espacio verde y sí diez departamentos de lujo, cuyos precios parten de 7.5 millones de pesos y pueden alcanzar los 20 millones, justo en un momento en que el tema de la gentrificación ocupa toda la atención pública.

Hoy, el cartel en Miguel Laurent 48 es la prueba palpable de la doble cara de la legalidad urbana en la Ciudad de México: por un lado, los números, nombres y registros que pretenden avalar el cemento; por el otro, la amenaza latente de desaparecer a Laureano y, con él, un colorín protegido por leyes federales y parte de la identidad verde de Tlacoquemécatl.

Mientras tanto, las autoridades ambientales parecen satisfechas con el cumplimiento de los trámites, pero no con la protección real del patrimonio arbóreo.

En Benito Juárez, cada nuevo desarrollo presume ser “de lujo”, aunque su verdadero precio lo pague el aire, la sombra, la fauna y los vecinos que resisten la depredación disfrazada de progreso. Porque sobre el papel, todo está permitido.

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