Dos Bocas, la refinería que no refina
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Solemne inauguración. La refinería que no refina. Foto: especial.
‘Su bien nos va, empezará a producir petróleo a fines de 2025, escribe Ortiz Pinchetti
STAFF/LIBRE EN EL SUR
En su columna que semanalmente publica en el portal SinEmbargo.Mx, el periodista Francisco Ortiz Pinchetti señala que es lamentable el caso de la refinería que “inauguró” el Presidente López Obrador, “el mismo que todavía hace poco acusaba a los gobiernos del pasado de inaugurar obras, carreteras u hospitales sin terminar”.
Este es el texto íntegro:
Este viernes es el día de Dos Bocas. O de las dos bocas, mejor dicho. Por un lado, el Presidente “inaugura” la refinería sin refinería “Olmeca”, en el pantano tabasqueño de Playa Paraíso. Y por el otro, el mandatario hará uso de la boca como acostumbra para describir en su enésimo “informe” un país inexistente: próspero, seguro, sano, pujante… y feliz.
Seguramente soslayará los datos duros e incluso oficiales sobre el escaso crecimiento económico, el incremento de la criminalidad y la inseguridad, la desconfianza para las inversiones, la agudización de los índices de pobreza extrema y desigualdad, la persistencia de la corrupción en las tareas gubernamentales y el desastre en el sistema de salud, entre otros logros.
Y ponderará en cambio los programas sociales que con una derrama de 3.4 billones de pesos han permitido el reparto indiscriminado de recursos para la población vulnerable y no tan vulnerable, que alivian en algo la situación de millones de familias pero no solucionan ni las carencias ni la inseguridad, y sí en cambio se traducen por supuesto en bonos electorales para el partido del tabasqueño.
Tiene apuro Andrés Manuel. Da la impresión de que lo que quiere es ya salir a como dé lugar de los berenjenales en los que se ha metido para dedicarse de lleno a la sucesión, que ahora es su única prioridad. Lo que se pudo se pudo y lo que no ni modo. Los tres grandes proyectos del sexenio, como les dicen, quedarán inconclusos, mochos, pero eso sí: los tres inaugurados.
El pasado 21 de marzo quedó solemnemente inaugurado el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, en Santa Lucía. Sin estar terminado, claro. Sin tener la indispensable infraestructura para operar. Sin las vialidades y transportes que lo hagan accesible los viajeros. El resultado es que tres meses después está convertido en un elefante blanco. Apenas hay 18 operaciones diarias, que en nada alivian la saturación del AICM, donde cada día hay 900 despegues y aterrizajes.
Resultaron por cierto inútiles las presiones y las mentiras, incluido un decretazo del propio Andrés Manuel, para obligar a las aerolíneas a mudar un 20 por ciento de sus vuelos al aeródromo de Santa Lucía. La IATA, el máximo organismo mundial de la aviación comercial, desmintió al Presidente mexicano al aclarar que se acordó con el gobierno mantener el tope actual de 61 operaciones por hora en el AICM, así como los vuelos de carga nacional y chárters.
De pilón, el vicepresidente de esa Asociación Internacional, Peter Cerdá, advirtió que no debe haber coacción de parte del gobierno para colocar más capacidad en el aeropuerto construido en la base aérea militar de Santa Lucía. Pidió respeto a las decisiones de las líneas aéreas.
Más lamentable es el caso de la refinería que hoy “inaugura” el mandatario, el mismo que todavía hace poco acusaba a los gobiernos del pasado de inaugurar obras, carreteras u hospitales sin terminar. Lo cierto es que si bien está terminado un edificio administrativo muy bonito, las plantas de producción están todavía en veremos. La promesa presidencial de alcanzar la “autosuficiencia energética” está bien lejos: el complejo operaría al 80 por ciento de su capacidad, en el mejor de los casos, a fines del 2025, dijeron a la agencia Reuters fuentes enteradas del tema.
Lo que sí funcionan son otras bocas: la mentada refinería, que iba a costar cuando se anunció su construcción unos ocho mil millones de dólares, ya va al doble. Según Bloomberg, “los costos se han salido de control” y al final del día las bocas se tragarán unos 18 mil millones de dólares. Glup.
Falta el Tren Maya, atrapado entre la ineficacia, las prisas, la improvisación, los caprichos… y la corrupción. Los daños ecológicos y arqueológicos que provocará, particularmente en su Tramo Cinco, han sido motivo de protestas de pobladores y ambientalistas, alertas de especialistas y amparos judiciales que por ahora lo tienen entrampado. Y lo que falta.
El plan original contemplaba un costo de 120 mil millones de pesos, pero tras las modificaciones en su ruta y el mecanismo de vías y electrificación, el precio ha ascendido a los 230 mil millones de pesos. Bueno, sólo un incremento del 91 por ciento. Los cambios constantes al proyecto, encaminados a reducir tiempos, han desbocado los costos. Las presiones presidenciales y la premura, además, han sido usadas como justificación para asignar contratos de obras de manera directa, sin licitación y han abierto cause a los ríos de la corrupción.
Y lo peor: el tren no estará listo a tiempo.
Seguramente López Obrador lo “inaugurará” en diciembre de 2023, como ya lo anunció. Aunque sólo esté terminada la mitad de su ruta de mil 554 kilómetros y si acaso 20 de sus 34 estaciones, entre ellas por supuesto la de Palenque, muy cerquita del rancho del tabasqueño.
Vamos requetebién, dirá sonriente al festejar el cuarto aniversario de su contundente triunfo electoral de 2018. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
¿MIEDO? Dicen que Claudia Sheinbaum Pardo anda que no la calienta ni el sol desde que Xóchitl Gálvez anunció que busca ser candidata a la jefatura de Gobierno de CDMX en 2024, el mismo día en que pareció una encuesta en El Financiero en la que la hoy senadora hidalguense aparece como la mejor posicionada entre una serie de posibles de todos los partidos, incluidos por supuesto los aspirantes morenistas. La corcholata presidencial ha intensificado desde entonces su acoso a los alcaldes opositores, a quienes quita recursos y pone toda clase de obstáculos. Lo malo para ella es que esas acciones parecen revertírsele, porque cada día sus bonos electorales bajan en la capital, convertida desde las elecciones de 2021 en un foco rojo para el partido del Presidente. Aguas.