Ciudad de México, noviembre 21, 2024 07:29
Cultura

El ‘árbol de Liverpool’, gran ausente en las fiestas navideñas de Benito Juárez; estuvo 48 años

Por segundo año consecutivo, los habitantes de Benito Juárez y sus visitantes echarán de menos al más entrañable icono de la Navidad juarense, el tradicional árbol de la tienda Liverpool, que luego de 48 años fue retirado el año pasado al iniciarse las obras del Metro 12 en su tramo Universidad Patriotismo, el 30 de noviembre de 2009.
Hoy, la plaza donde se solía ubicarlo no existe más y en ella se construye lo que será un nuevo estacionamiento de la tienda departamental y la zona es prácticamente intransitable para los peatones, que se ven obligaos a dar grandes rodeos para acceder
El “árbol de Liverpool”, como se le conocía, fue instalado por primera vez en 1961, apenas estrenada la tienda. Año con año se le mantuvo para alegría de los niños y de los habitantes de la zona en general, para quienes se convirtió un icono. Hacia fines de noviembre o principios de diciembre de cada año, el árbol era encendido y siempre ofrecía una novedad en su adorno, pues variaban las figuras que en él eran colocadas. En los últimos años se colocaba también un trenecito al que podían subir los niños y que corría alrededor del emblemático árbol.
Desde hace cuatro años empezó a instalarse también la llamada Villa Navideña, en la parte de atrás de la tienda, entre las calles Parroquia, Oso e Insurgentes. En ella había tobogán de hielo, un sitio para que los chiquitines formaran muñecos de nieve y otro para que jugaran “guerritas” con bolas del helado material, entre otras atracciones. Esta vez, como el año anterior, tampoco habrá Villa Navideña.
En noviembre de 2009, el árbol, o mejor dicho los dos árboles navideños que adornarían Liverpool empezaron a ser instalados en la explanada frontal de costumbre –donde había una gran fuente y un asta banderas–, desde principios del mes. Sin embargo, cuando casi estaban terminados, adornados con muñecos de las caricaturas, fueron inopinadamente desmantelados y en ese último día de noviembre, justo cuando arranca la temporada navideña, la explanada lució desolada y triste. Casi medio siglo de tradición se había interrumpido.
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