Ciudad de México, julio 26, 2024 18:05
Revista Digital Septiembre 2020

Vivir con la Pandemia / El fenómeno que nos puso a prueba

Unos ignoran el bicho hasta que mueren o ven morir a sus seres queridos. Otros abofetean a quienes les piden respetar medidas sanitarias a las que no estaban acostumbrados, y adoptan conductas agresivas hasta en contra de médicos y enfermeras que se dedican a salvar vidas ajenas.

POR ENRIQUE MUÑOZ

Apenas hace unos meses, en enero y aún en febrero éramos millones quienes no imaginábamos lo que un fenómeno nunca antes visto habría de cambiar nuestras vidas para siempre. Sabíamos de terremotos, de inundaciones, y también sabíamos de guerras, de atentados, de actos terroristas y de muerte de inocentes.

Sin embargo, llegó de China lo que empezó como un virus altamente contagioso y mortal llamado Coronavirus, que después sabríamos derivaría en una enfermedad bautizada como covid-19, desconocida, implacable y mortal que se convirtió rápidamente en una pandemia.

Un fenómeno que ha sacado lo peor y lo mejor del ser humano y que, en México, ha expuesto la vulnerabilidad, la precariedad de nuestro sistema de salud pública y la incapacidad de nuestros gobernantes.

La nueva normalidad detuvo la vida productiva y la economía de la mayor parte del mundo quebrando los sistemas financieros y el bolsillo de jefes de familia que perdieron sus empleos y tuvieron que encerrarse en casa destinados a enfrentar la precarización de sus existencias. Son pocos los que han logrado mantener su ingreso y en la dificultad económica la mayoría entró en pánico y empezaron a enloquecer.

Unos ignoran el bicho hasta que mueren o ven morir a sus seres queridos. Otros abofetean a quienes les piden respetar medidas sanitarias a las que no estaban acostumbrados, y adoptan conductas agresivas hasta en contra de médicos y enfermeras que se dedican a salvar vidas ajenas.

La locura ha expuesto lo peor de la condición humana.

Sin embargo, todos abrigamos en nuestros corazones la esperanza de que esto pasará, que seremos capaces de superar la muerte y que la ciencia, tarde o temprano, traerá el tratamiento eficaz y la vacuna que salvará a las nuevas generaciones.

No terminamos de comprender el alcance de la tragedia pero sabemos, por experiencia propia, que muy a pesar de la ineptitud de nuestros gobernantes, la humanidad no terminará extinta por el maldito coronavirus.

Sabemos que si no somos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos, seguramente habrán de subsistir.

Dicen que hierba mala nunca muere…

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