Ciudad de México, abril 26, 2024 16:17
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La de Adolfo Prieto, en BJ, prototipo de las ciclovías mal hechas y peligrosas

Las advertencias de los vecinos se cumplieron: La ciclovía de Adolfo Prieto, en la colonia Del Valle, impuesta pese a la oposición vecinal por el entonces delegado Jorge Romero Herrera, es hoy prototipo de la improvisación, derroche y negligencia en la implementación de las pistas en la ciudad. Prueba de ello es que se encuentra destruida y abandonada y prácticamente inservible, sin bolardos de seguridad, desdibujado el balizamiento y con el pavimento maltrecho.

La tragedia ocurrida hace unos días en la ciclovía del Paseo de la Reforma, donde un autobús del transporte público atropelló y mató a una joven ciclista, ha revivido las exigencias de vecinos de la colonia del Valle, en la delegación Benito Juárez, de que la supuesta ‘pista’ de la calle Adolfo Prieto sea clausurada “de inmediato”, pues representa un grave riesgo para sus escasos usuarios.

Dicha ‘ciclovía’ fue impugnada desde que Romero Herrera decidió imponer un carril exclusivo para ciclistas en una arteria especialmente conflictiva, por su abundante tráfico vehicular y su angostura. En realidad, no hubo ninguna “construcción”, pues lo que se anunció como una ciclovía, fue un improvisado balizamiento sin ningún arreglo previo al pavimento, de modo que se dejaron bordes y baches que entorpecen la circulación de las bicicletas. Además, es una pista que no va a ningún lado, pues se interrumpe en el parque Tlacoquemécatl y luego continúa sin conectar con ninguna otra ruta ciclista.

Las protestas vecinales –que duraron varios meses– fueron desoídas por el delegado panista, que en su afán de simular la “construcción” de una primera ciclovía (la única de las 14 que prometió al inicio de su administración), se empecinó en mantener ese trazo absurdo, que por supuesto muy pocos ciclistas utilizan, por lo que es prácticamente inútil. En cambio, se complicó tremendamente la circulación vehicular en esa arteria juarense.

Hoy, el carril ofrece un aspecto deplorable, pues no existen ya las bolardos plásticos que se habían colocado, el balizamiento se ha borrado parcialmente y la basura se acumula en las hendiduras y baches del pavimento. La obra costó 400 mil pesos.

Lo más grave es el riesgo que la dichosa ciclopista significa para los propios ciclistas, pues dado que se optó por mantener el estacionamiento de vehículos en el carril adyacente, se carece de la visibilidad indispensable para que tanto los automovilistas como los propios usuarios puedan verse mutuamente. Y se convierte además en una trampa en la que los delincuentes pueden actuar a sus anchas.

Tras los dos accidentes mortales recientes (el segundo fue sufrido por un ciclista de edad mayor en la Delegación Iztacalco), Miguel Ángel Mancera reconoció la necesidad de evitar que los ciclistas transiten por caminos donde corren peligro, y anunció que corregirá el trazo de algunas ciclovías que, por haber sido construidas de manera forzada, ponen en riesgo a los usuarios. “Hay algunas ciclovías que se hicieron muy forzadas, algunas que se hicieron donde es muy difícil que haya ciclovía”, aceptó.

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