La Virgen que permaneció incólume 800 años
Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Basilica de Nuestra Señora de Guanajuato. Foto: archivo.
La imagen de la Virgen de Guanajuato es considerada por muchos la más antigua en el territorio mexicano a pesar, claro está, que muchas otras se disputan el título. Les cuento la historia.
POR REBECA CASTRO VILLALOBOS
Confieso que llevo más de tres horas sentada frente a la laptop, sin decidir que tema abordar para esta semana, más cuando llego al hartazgo de todo lo que se refiere a las elecciones del próximo domingo. No logré reponer mi credencial para votar que me robaron hace meses, porque mis huellas digitales ya no coinciden con el sistema del INE. Así que tendré que quedarme sin ejercer ese derecho que en esta ocasión, más que nunca, quería aplicar.
Me referiré a la imagen de Nuestra Señora de Guanajuato, que en esta semana festejó otro año más de su coronación, un 31 de mayo, asimismo durante el Mes de María. Para muchos se les hará más familiar, porque la advocación se encuentra en la Basílica ubicada en pleno centro histórico del terruño.
La imagen de la Virgen es considerada por muchos la más antigua en el territorio mexicano, a pesar, claro está que muchas otras se disputan el título. De acuerdo al relato que encontré en la página preguntasantoral.es, de la imagen se dice que en el año de 714, durante la invasión musulmana a la península ibérica, la imagen de Nuestra Señora se encontraba en Granada y, para que no fuera destruida por los musulmanes, fue escondida durante 800 años en una cueva y que a pesar de permanecer tantos siglos escondida la imagen permaneció incólume.
Posteriormente en el siglo XVI, dice la leyenda que la representación fueencontrada de nuevo, y se le entregó al emperador Carlos V, quien decidió donarla al pueblo de Guanajuato, en la Nueva España en 1556, pero como un año después, en 1557, fue la época en la que Carlos V abdicó en favor de su hijo Felipe II, fue a este a quien le tocó expedir la Cédula Real por la cual obsequiaba dicha efigie al pueblo de Guanajuato.
Este obsequio se explica debido a que Guanajuato, en esa ápoca, era una de los minerales más ricos de la Nueva España, y de la cual la Corona obtenía grandes ganancias. Le tocó a un noble granadino, de nombre Don Perafán de Rivera, que había sido nombrado Alcalde Mayor, Juez de Minas de Guanajuato, llevar la figura hasta su destino final, pero cuentan que ya estando cerca de dicha población, en un lugar llamado “La Yerbabuena”, perdió el camino Don Perafán y su comitiva y siendo ya de noche, dio la orden de que se sacará la imagen de la Virgen en la caja en que venía y poniéndola sobre un tambor y encendiéndole dos velas, le suplicaron los ayudara a encontrar el camino hacía Guanajuato.
A la mañana siguiente, la comitiva pudo divisar las dos paloma blancas y fue un indicio de que estaban cerca de la población y guiándose por estas aves, lograron llegar a Guanajuato un 8 de agosto de 1557.
A su llegada, la figura fue entronizada en la capilla de indios mexicanos conocida como “Los Hospitales”, que había sido fundada por Don Vasco de Quiroga, donde estuvo hasta 1696, fecha en el que se le construyó su nuevo y actual templo.
Cuando la representación llegó a Guanajuato llevaba una rosa en su mano del mismo material de la imagen, y posteriormente se le agregó un rosario , lo que causó, según narra en el portal el autor André Efrén, que después cuando la imagen iba tomando fama y devoción entre los pobladores, la Orden de Predicadores de Santo Domingo, dijera que como se trataba de una Virgen del Rosario les correspondía a ellos tenerla la figura y administrarla, ya que dicha advocación era propia de su orden, ante tal demanda se decidió para evitar más problemas y reclamos, retirarle la rosa como el rosario y sustituir estos por un cetro. La representación posee una hermosa peana de plata donada en 1737 por José de Sardaneta y Legaspi.
En honor de que la imagen de la Virgen procedía de Santa Fe de Granada, se le concedió a la ciudad el nombre de Real de Minas de Santa Fe de Guanajuato, así pues la ciudad la honra por sus muchos favores que le ha concedido. Se dice incluso que en 1748 y 1854 libró a la ciudad de unos terribles truenos que se escuchaban debajo de la tierra. (Temblores o derrumbes por las minas se cuestiona). En 1811 fue atacada por una guerrilla y a petición a la Virgen, los agresores vieron un tremendo ejército y decidieron huir. De la misma manera, se habla que había una gran sequia y sacaron a la Virgen en procesión y al poco tiempo comenzó a llover, después de que regresaran a la representación al templo.
Un milagro más que se narra trata sobre unos ladrones que intentaron robar las joyas que adornan a la figura, intentando romper el vidrio que la protege con fuerte golpes, sin lograr su cometido. Al darse cuenta el sacristán por el ruido fue a ahuyentarlos, siendo apuñalado por
los rateros. El hombre invocó a la Virgen y no sólo no murió , sino que a poco tiempo estuvo recuperado.
El templo de Nuestra Señora de Guanajuato fue elevado a Basilica por S.S. Benedicto XVI en 2012.