DAR LA VUELTA / En Mixcoac, la música está en el aire
El Centro Cultural Juan Rulfo. Foto: Especial
“Ahora también contribuyen al ambiente sonoro del antiguo Mixcoac la música orquestal de Beethoven, Brahms, Tchaikovsky y las arias de ópera de Verdi, Rossini o Bizet”
POR ERNESTO LEE
En el barrio antiguo de Mixcoac la música está en el aire. Aunque cada vez son menos frecuentes, los músicos callejeros solían ejecutar sus piezas por las principales calles y plazas de la colonia Insurgentes Mixcoac. No era raro escuchar “Bésame mucho” con marimba o una trompeta interpretando alguna canción de José Alfredo Jiménez o Juan Gabriel.
Particularmente durante el encierro a causa de la pandemia por el Covid-19, era más notoria su presencia. La ciudad, en silencio por la pausa de los autos, aviones y otros generadores de ruido urbano, permitía escuchar con claridad las aves y a los músicos que, en busca de algunos centavos, se armaban de valor y salían a tocar su música a las calles.
Pero incluso antes de la pandemia, si usted caminaba un domingo por la tarde por la Plaza Jáuregui, no sería raro que escuchara música de Carlos Gardel. La música provenía del Centro Cultural Juan Rulfo, donde se impartían clases de tango.
El Centro Cultural Juan Rulfo también ofrece clases de danzón, de manera que, si está en las proximidades de este centro cultural, podría escuchar “Nereidas”, interpretado por “Acerina y su Danzonera”, o algún otro danzón famoso.
Hace pocos años, la Universidad Panamericana abrió la licenciatura en música, por lo que ahora también contribuyen al ambiente sonoro del antiguo Mixcoac la música orquestal de Beethoven, Brahms, Tchaikovsky y las arias de ópera de Verdi, Rossini o Bizet, por mencionar alguno de los grandes maestros.
Hay para todos los gustos. En la antigua casona estilo mudéjar ubicada en la esquina de Rubens y Avenida Revolución, conocida como la Casa Serralde, por el apellido de sus dueños originales, se ubica hoy la “House of Vans”, donde se presentan grupos de rock, rap y música alternativa.
Si un día transita por la calle de Fragonard y cree escuchar el estribillo del son jarocho “Colás, Colás, Colás y Nicolás/Lo mucho que te quiero y el mal pago que me das/Si quieres, si puedes, si no, ya lo verás/ ¡Ay, qué bonito baila la mujer de Nicolás!”, estará usted en lo correcto, ahí se reúnen los amantes de la música tradicional veracruzana a practicar con sus jaranas, leonas, requintos y, cuando se arma el fandango, hasta violines, güiro, arpa, marimbol y quijada de burro.
Se antoja bailar ¿no es cierto?