Ciudad de México, julio 14, 2025 02:56
Alcaldía Benito Juárez Medio ambiente

Con la ‘música’ de Laureano, demandan vecinos un parque en vez de un edificio de lujo

Integrantes de #SalvemosALaureano siembran árboles y colocan ‘ojos’ de semillas a los árboles.

Naturaleza Sostenible se suma a la causa y dona dos capulines, un ciruelo rojo, un aguacate y un limonero, alzados como un escudo vivo frente a Miguel Laurent 48.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

En el predio amenazado por las sombras del concreto, hubo fiesta, protesta y arte. Una manifestación, sí, pero también un acto cultural ecologista que llenó de vida la tierra polvorienta alrededor de Laureano y su compañera, Colorina.

Hubo dibujos infantiles esparcidos como mariposas de colores, y mascotas dejaron sus huellitas impresas en láminas que fueron pegadas en el mural de Laureano, el árbol centenario convertido en emblema de la resistencia vecinal.

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

Los integrantes del movimiento #SalvemosAlLaureano sembraron árboles frente al predio de Miguel Laurent 48. Como acto simbólico, plantaron dos capulines, un ciruelo rojo, un aguacate y un limonero, cuyas raíces jóvenes quedaron confiadas a la tierra mientras los vecinos los rodeaban con esperanza, casi como si fuesen amuletos vivientes de la vida que quieren preservar. Los padrinos de esos árboles fueron vecinos de los más activos en el movimiento, quienes asumieron el compromiso de cuidarlos y protegerlos.

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

Además, colocaron ojos a Laureano y a Colorina, elaborados con cera de Campeche y semillas de amaranto, para que, según dijeron, puedan “mirar y vigilar lo que ocurre a su alrededor”. Porque aquí nadie se fía, ni del silencio del gobierno ni del ruido de las máquinas.

Foto: Itzel García Muñoz

También hubo siembra ceremonial, acompañada de oraciones en zapoteco y ofrendas a la tierra. Puñados de semillas se hundieron en el suelo con palabras antiguas que pedían permiso y bendición. Aromas de incienso, flores y hojas secas cubrieron el aire, reclamando respeto para ese espacio que muchos sueñan convertir en un parque vibracional y un huerto urbano, y no en el basamento de un edificio de lujo.

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

Pero fue la probadita tecnológica la que dejó a muchos estupefactos: las vibraciones eléctricas de Laureano y Colorina se convirtieron en música gracias a un dispositivo que traduce su energía viva en sonidos. Y el asombro creció cuando las yemas de los dedos rozaban las hojas o el tronco, porque al contacto humano los árboles cambiaban de melodía. “Fue una probadita de lo que puede ocurrir si esos sonidos cohabitan o envuelven el espacio vibracional del parque que demandamos”, dijo Paula Pijoan, coordinadora del ejercicio auditivo y que colabora como diseñadora del jardín que propone el movimiento. “Aquí se demuestra que los árboles sí sienten y están conectados entre ellos”.

En medio de los cantos y las semillas, Itzel García Muñoz, vocera y asesora jurídica del movimiento, dio lectura al comunicado, donde los integrantes del movimiento exigieron, una vez más, la clausura de la obra en Miguel Laurent 48 y denunciaron que, aunque se han anunciado supuestas declaratorias de protección para Laureano, estas carecen de publicación en la Gaceta Oficial y, por lo tanto, no tienen efectos legales reales. Denunciaron también que, pese a la suspensión anunciada por las autoridades, sigue habiendo movimientos de obra que amenazan las raíces tanto de Laureano como de otros ejemplares en el predio.

En el documento, reiteraron su demanda de convertir el terreno en un parque vibracional, con plantas polinizadoras, biodiversidad nativa y un huerto urbano, como refugio para abejas, mariposas y aves, y como espacio de salud emocional para la comunidad. Y advirtieron que presentarán un proyecto técnico elaborado por expertos para lograrlo.

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

Los vecinos denunciaron además la manipulación política de su causa y exigieron al partido Movimiento Ciudadano que deje de lucrar con la defensa de los árboles porque, en los hechos, protege intereses inmobiliarios. Exigieron que este partido explique públicamente qué ocurrió con más de 900 firmas de ciudadanos recolectadas supuestamente para un amparo, que finalmente no se promovió. “La defensa de Laureano no pertenece a ningún partido, sino a la comunidad”, recalcaron.

También demandaron transparencia y rendición de cuentas a las autoridades de la Ciudad de México, exigiendo la publicación de estudios técnicos sobre el estado del árbol y la extensión de sus raíces, las bitácoras de obra e inspección, y los documentos legales que supuestamente protegen al ejemplar centenario.

Foto: Graciela López / Cuartoscuro

José Luis Matabuena, vocero también del movimiento, señaló que se preparan nuevas gestiones legales para proteger no solo a Laureano, sino a todos los árboles del predio. Itzel García Muñoz subrayó que no permitirán que este caso se reduzca a la defensa de un solo árbol, “porque se trata de un ecosistema entero y de la dignidad del barrio”.

“Urgen espacios verdes que tienen múltiples beneficios para la salud,incluyendo la salud mental; beneficios para la autosuficiencia, seguridad y soberanía alimentarias”, destacó Diana Sansores, que coordina el proyecto del huerto y el parque vibracional en Miguel Laurent 48. “Este huerto en particular, servidra además como un espacio de articulación comunitaria, ya que surge de la demanda ciudadana y de su necesidad por un espacio de activismo ambiental y comunitario”.

En cuanto a los árboles recién sembrados, Maryperla Moreno, coordinadora ejecutiva del movimiento, explicó que su cuidado será compartido por los vecinos, quienes se organizarán en turnos para regarlos y vigilarlos, “porque cada árbol es también una promesa de que aquí habrá vida y no cemento.” Maryperla advirtió, además, que estarán vigilantes para que “nadie relacionado con la obra de los diez departamentos de lujo se atreva a hacerles daño”, y lanzó un mensaje contundente: “Desde ahora responsabilizamos a Núcleo Urbano si algo le ocurre a nuestros árboles, a cualquiera de ellos.”

Porque el colorín —protegido por leyes federales, según han denunciado los vecinos— sigue esperando que alguien lo defienda en serio. Mientras tanto, la comunidad se encarga de que el barrio y sus árboles sigan teniendo voz… y ahora también música.

Así, entre huellas de mascotas, pinceles infantiles, oraciones ancestrales y melodías secretas de savia, el barrio le recordó a la ciudad que los árboles también tienen ojos. Y que están bien abiertos.

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