Ciudad de México, noviembre 21, 2024 15:11
Laura Ballesteros Opinión

No nos representan

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Si las discusiones siguen alejadas de lo que las mayorías necesitan, se abrirá cada más la brecha entre gobernantes y población, la desconexión, la falta de solución. Una clase política perdida en la lucha de la sucesión presidencial.

POR LAURA BALLESTEROS MANCILLA

No. Este gobierno, y sus opositores, no representan a las mayorías, menos a las minorías, de nuestro país. Concluido el periodo electoral y con claros vencedores y vencidos en la contienda, no es difícil retomar las ideas base de las que partimos al inicio de esta elección: La actual agenda política del país no está ahí donde todos estamos, representa la visión de un solo hombre, uno que solía tener un pulso sobre el país, pero que lo ha perdido desde que llegó al poder. Hoy parece que ni ve, ni oye, las necesidades y el dolor de una población que se ha quedado sin acceso a la salud pública universal, sin apoyos económicos para enfrentar la crisis económica, sin dinero para la renta, la comida, las medicinas, sin el acompañamiento a su duelo por la pérdida de familiares y amigos ante la pandemia, sin opciones para reconstruirse, pero acusados de golpistas y conspiradores por castigarlo en las urnas.

La mala gestión de la pandemia, tanto en materia de salud pública, como en lo económico, dejaron sola a una amplia clase media en el país, pero especialmente, las malas decisiones dejaron desprotegidas a la clase trabajadora, más a la que está atrapada en la economía informal, es decir, la gran mayoría del país. Cifras oficiales comprueban que la desigualdad y la limitada estrategia del gobierno para proteger empleos han sido la fórmula perfecta para que la mayoría de muertes por COVID sean de personas pobres. Seis de cada diez víctimas mortales de COVID estaban en situación de pobreza, sin protección social, con empleos mal pagados o no remunerados, o bien sin trabajo. Especialmente las mujeres que representan el 60% de los empleos informales.

Se estima que hasta 10 millones de personas pasarán a estar por debajo de la línea de pobreza de ingresos, y extrema, en el país. Y sí, la zona más golpeada ha sido la más poblada del país, la Zona Metropolitana del Valle de México. Por eso no debería sorprenderles el resultado de las votaciones aquí, y la victoria de la Alianza Opositora.

Sin embargo, los siguientes tres años no prometen mejorías ante la extrema polarización del país, reflejada en las urnas. El bloque oficialista defenderá las agendas del Presidente, tenga pies y cabeza o no, y el bloque opositor buscará frenarlas. Si las discusiones siguen alejadas de lo que las mayorías necesitan, se abrirá cada más la brecha entre gobernantes y población, la desconexión, la falta de solución. Una clase política perdida en la lucha de la sucesión presidencial.

Mucho hemos hablado en este espacio de la necesidad de construir un bloque transversal de causas, multipartidista, arraigado en la sociedad civil, para rescatar las agendas clave y de futuro que serán ignoradas ante la lucha de egos y poder entre la polarizada clase política. Y la pregunta con la que quiero iniciar esta serie de reflexiones es: ¿Cuál es la vía para hacerlo?, ¿Cómo empoderar a la ciudadanía aprovechando a los partidos y sus bancadas?, ¿Qué agenda es hoy la más importante a cuidar, a garantizar?, ¿Mediante qué instrumento y agenda podemos recuperar las batallas perdidas de los derechos de las mayorías, luchando también por los pendientes en los derechos de las minorías, cómo cuidar las interseccionalidades?, ¿Cómo hacer efectivas las luchas progresistas y liberales?

No es tarea menor conciliar entre diferentes, formaciones diversas, posturas e ideologías. Pero de dos cosas estoy segura, es el momento de iniciar estos diálogos, y dos, no será desde los partidos políticos o el gobierno de donde emanen. Es el turno de una plataforma híbrida, donde la sociedad le pierda el miedo a trabajar con la clase política, y ésta le guarde respeto a la ciudadanía. Un nuevo pacto social sí, puesto en práctica antes de escribirse. Nada más, pero tampoco nada menos.

En la banqueta:

¿Les suena?

Caucus: Grupo de organizaciones, y personas, con influencia e intereses similares.

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