Paradojas médicas / Amor en la pandemia
De pronto llegó el diagnostico de SARS-COV2 positivo para los dos. Después de casi un año nosotros, médicos, nos enfrentamos a la incertidumbre de cómo iba a reaccionar nuestro cuerpo ante el famoso y letal virus
STEFAN ZILLI Y MÓNICA ESCOBAR
Stefan se encontraba iniciando el primer año de la subespecialidad en oncología médica y Mónica terminaba la carrera de medicina general. Ambos tenían una sed por crear una diferencia para el mundo, alcanzar metas y seguir acumulando sueños tanto personales como profesionales.
La residencia de Stefan sufrió cambios respecto a los horarios, actividades y responsabilidades con las que debía cumplir. Aunque es bien sabido que la residencia médica es sumamente demandante, él nunca antes se había enfrentado a un panorama en el que diariamente se pondrían a prueba no sólo sus habilidades médicas sino también el ímpetu humano al momento de lidiar con el estrés, fatiga, frustración y además el vacío emocional de ver la muerte en todas sus facetas.
Al mismo tiempo Mónica se enfrentó a una triste realidad, su titulo y cédula profesional estarían en pausa indefinida desde el momento en el que la Ciudad de México se declaró en semáforo rojo, y esto significaría una dificultad seria al momento de conseguir un empleo.
Para abril del 2020, ambos estaban inmersos en un panorama deprimente, Stefan cursando la residencia y Mónica, por otro lado, trabajando en una clínica privada como médico de guardia, ganando un sueldo de 3,000 pesos mensuales, sin duda esto no era lo planeado.
En medio de este agravante, en julio decidieron vivir juntos. Al principio parecía que el convivir físicamente calmaría los demonios que ambos tenían a consecuencia de que nada estaba resultando fácil y la verdad es que forjaron una unión inquebrantable, siempre fueron el uno para el otro, pero este año más que nunca.
Mónica vio a su novio, a quien conoció siendo la persona más optimista y solidaria que había conocido, convertirse en un ser negativo y decepcionado de su labor. Ella tuvo que renunciar a su trabajo para enfocar su atención en acreditar el examen nacional de residencias medicas, sin embargo, cayó en una depresión inevitable a causa de la soledad y las constantes peleas que ocurrían en su relación; no se sentía satisfecha como médico y tenía una incertidumbre por el futuro que la perseguía diariamente.
En noviembre, Mónica no logró ingresar a la especialidad deseada, otra meta no alcanzada, un motivo adicional a su tristeza. Stefan al borde del colapso mental y emocional y totalmente en negatividad. De pronto llegó el diagnostico de SARS-COV2 positivo para los dos. Después de casi un año, eran ellos quienes se enfrentaban a la incertidumbre de cómo iba a reaccionar su cuerpo ante el famoso y letal virus, la perdida del gusto, el olfato y la fatiga fueron la cereza del pastel de un año atípico y desafiante.
No se puede describir el miedo de perder la propia vida o la vida del ser amado hasta que te enfrentas a ese diagnóstico tan traicionero.
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Los dos son médicos.