La Ruta Wixárika, Patrimonio Mundial: la victoria de un camino sagrado amenazado por la minería

Declaratoria de la UNESCO busca proteger más de 800 kilómetros de sitios sagrados vinculados a la cosmovisión huichola.
Minería, agricultura intensiva y pérdida de biodiversidad amenazan la ruta, pese a su nueva protección internacional.
STAFF / LIBRE EN EL SUR
La Ruta Wixárika ha sido inscrita oficialmente como Patrimonio Mundial por la UNESCO, en un reconocimiento que busca proteger un corredor ceremonial de casi 800 kilómetros que atraviesa cinco estados del occidente y norte de México. La decisión se tomó durante la 47ª sesión del Comité de Patrimonio Mundial, según informó este sábado El País y confirmó la propia UNESCO en su portal oficial.
“Se trata de un paisaje cultural seriado que refleja la profunda relación espiritual, territorial y ecológica del pueblo wixárika con estos sitios”, informó la UNESCO en su ficha sobre la candidatura, disponible en el portal del Patrimonio Mundial (UNESCO WHC, 2025).
Cada año, entre octubre y marzo, comunidades huicholas realizan peregrinaciones encabezadas por los maraka’ames (chamanes), siguiendo trayectos ancestrales que recrean el mito del venado azul, guía del sol naciente. Tal como explica la UNESCO:
“The pilgrimage recreates the mythical journey of the ancestors and maintains the transmission of knowledge and cultural practices among the Wixárika people.”
— (UNESCO WHC Tentative List, consultado 2025)
Entre lo sagrado y las amenazas
La Ruta Wixárika conecta veinte sitios sagrados definidos por el pueblo huichol, entre ellos Wirikuta, considerado el lugar donde nació el sol, según la cosmogonía wixárika. “Wirikuta es el corazón espiritual de nuestro pueblo”, declaró la organización Wixarika.org en un comunicado público tras conocer la resolución de la UNESCO (Wixarika.org, 2025).
Más allá de lo espiritual, la ruta atraviesa ecosistemas de enorme riqueza, desde selvas tropicales caducifolias y bosques de pino-encino hasta el árido desierto chihuahuense. Según datos de la UNESCO:
“Wirikuta hosts over 300 species of cacti, many of them endemic or threatened, and is of high biological and cultural value.”
— (UNESCO WHC, consultado 2025)
Aunque parte del territorio —especialmente Wirikuta— ya gozaba de protección estatal como Reserva Ecológica y Cultural, la declaratoria de la UNESCO busca blindarlo ante amenazas como la minería. “Durante años, compañías mineras han intentado explotar Wirikuta, lo que representa un peligro para la cultura wixárika y para especies endémicas como el peyote”, señala El País en su nota del 12 de julio de 2025.
De acuerdo con Wixarika.org, entre 2009 y 2012 se otorgaron concesiones mineras a empresas como First Majestic Silver para operar en Wirikuta, generando protestas y procesos legales. La lucha logró la suspensión de proyectos, pero el riesgo persiste. En palabras de Wixarika.org:
“Wirikuta no sólo es naturaleza, es cultura viva, es el corazón de nuestra espiritualidad. Si se destruye, desaparece también parte de nuestra identidad.”
— (Wixarika.org, comunicado 2025)
El reconocimiento de la UNESCO no significa que las amenazas desaparezcan. “El reto empieza ahora. La declaratoria da un marco jurídico internacional, pero necesitamos vigilancia continua para proteger nuestra ruta sagrada”, advirtió Wixarika.org en el mismo comunicado difundido tras la decisión.
Para la comunidad wixárika, el patrimonio no es un símbolo estático, sino un territorio vivo. Tal como expresó en entrevista el líder huichol Santos de la Cruz Carrillo a El País:
“Esto es más que proteger montañas o cactus: es proteger la vida misma de una cultura.”
— (El País, 12 de julio de 2025)
La Ruta Wixárika es hoy Patrimonio Mundial. El reto, como coinciden comunidad y expertos, es que no se quede solo en el papel.