Sobre matrimonio igualitario, derechos y amor
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Foto: Diego Simón Sánchez / Cuartoscuro
Hoy se casan dos amigos que quiero mucho. Y su boda es una victoria de ellos, de las y los miles de ciudadanos de la diversidad sexual que han luchado por acrecentar derechos, acabar con la discriminación y nutrir al estado laico y a nuestro cuerpo de leyes,
POR RODRIGO CORDERA THACKER
Me encuentro en Querétaro al escribir este pequeño texto. Ya pasó el grito, la polémica invitación de AMLO al presidente cubano, la tradición fálica militar, y la fiesta y noches mexicanas.
Me encuentro en Querétaro por un evento íntimo que me llena de emoción y cariño. Dos amigos muy muy cercanos decidieron casarse. Pero resulta que el matrimonio igualitario en el bajío todavía está lejos de ser aprobado a pesar de los avances en varios estados de la república.
Fuera de lo que cada quien crea sobre el matrimonio, me parece insultante y retrógrada que sigamos en esta discusión y que personas que deciden firmar un contrato entre ellos avalado por el estado, siga en tela de juicio por influencias religiosas que solo deben competer al ámbito privado.
El estado laico es uno de los avances civilizatorios más importantes para nuestra república. Pero siempre estará bajo asedio en un país como el nuestro que sigue arraigado a las diferentes religiones existentes. El estado laico justamente es defensor de la vida privada, de la libre participación de cada individuo para creer en lo que quiera. Si usted quiere creer en Jesús adelante. Si quiere creer en la religión maradoniana, más que adelante. Si quiere creer en los reptilianos y la gran cantidad de teorías conspirativas existentes, vaya. Literal: es su derecho.
Pero lo público es de todos. Y en ese espacio tan amplio, contradictorio, plural y tenso, no pueden dominar las creencias personales sobre las del otro. Son principios básicos democráticos que siempre encontraran batalla por parte de los defensores de la moral pública, los dogmas religiosos y las personas de pensamiento autoritario.
El estado laico se debe de fortalecer bajo la cultura y educación democráticas. Y vamos, claro que entiendo que los avances sociales en especial de derechos humanos son lentos.
Imagínense que solo en 1914 se promulgó la ley del divorcio, por lo que miles de parejas matrimoniadas y en infeliz matrimonio tuvieron que aguantarse por el resto de sus vidas. Solo pensemos en el daño sicológico autoinfligido y para sus seres cercanos.
Solo en 1974 se efectuó la reforma al artículo 4º de la Constitución política federal, que refiere que el varón y la mujer son iguales ante la ley. Los avances son notables pero la tradición y cultura machista persiste en nuestro país y los niveles de violencia hacia la mujer son para estar en alarma constante.
El estado laico ha sido ese pensamiento que reforma códigos civiles y propone una perspectiva social en la que todos cabemos, y debemos de caber con todos los derechos para todas las personas. Ni más ni menos.
Hoy se casan dos amigos que quiero mucho. Y su boda es una victoria de ellos, de las y los miles de ciudadanos de la diversidad sexual que han luchado por acrecentar derechos, acabar con la discriminación y además nutrir al estado laico y a nuestro cuerpo de leyes, de la realidad diversa que es propia de la especie humana.
El amor claro que cambia códigos y leyes y para bien, para representarnos a todos.
¡Felicidades a Óscar y a Daniel!