EN AMORES CON LA MORENA / Vapeadores
La diputada de MC, Iraís Reyes, usando un vapeador en la sesión de la Cámara. Foto: Mario Jasso / Cuartoscuro
El debate está en ciernes, es verdad; pero si de la parte negativa del uso de los vapeadores se trata, es el grupo gobernante el que deja ahora más expuestos a los jóvenes mexicanos, al fomentar un mercado ilegal.
POR FRANCISCO ORTIZ PARDO
En forma simplista, esto es un país que tiene un himno. Pero la expresión de la presidenta Claudia Sheinbaum para advertirlo como defensa ante un remoto ataque militar a México por parte de tropas estadounidenses, solo describe esa tan pronta incapacidad demostrada para gobernar a uno de los países más importantes del mundo, con problemas de igual envergadura.
Y al mismo tiempo la mandataria deja ver el miedo, la posibilidad de que sea Trump el único en obligarla a cambiar la política que por seis años perduró de abrazar a los delincuentes. Si para ella era un día de campo ganar la elección, y le pareció sencillo abolir al Poder Judicial con su mayoría calificada artificial en el Congreso, enfrentar los gravísimos lastres heredados por su antecesor no es ningún jueguito del Turista Mundial.
La primera presidenta mexicana se envalentona en el discurso pero se dobla vistiendo un disfraz y mandando operativos relámpago, a prisa forzada para que no la alcance la llegada del magnate gringo a la Presidencia del país más poderoso, con operativos de cartón, como el de intervenir una plaza comercial de productos chinos en el Centro de la capital mexicana; o poner repentinamente a Omar García Harfuch en el papel de un James Bond mexicano que va contra todo rastro de fentanilo en Sinaloa en medio de la guerra sangrienta de un cartel dividido al que ellos mismos no contuvieron a tiempo, lo que obligó justamente a que el gobierno de Estados Unidos interviniera –en los hechos— para capturar a Ismael Zambada.
Lo malo para Claudia es que, de populista a populista, Trump no solo tendrá mucho más poder, sino que cuenta ya no digamos con la inteligencia sino con el sentido común para no chuparse el dedo con las improvisaciones de la mandataria mexicana y su falta de liderazgo, donde ni siquiera se planta frente al fuego amigo de los obradoristas.
Pero como acá se pretende hacer que no pasa nada, las ocurrencias se mantienen en el orden del día… de la Cámara de Diputados. Y resulta que cuando es urgente combatir al narcotráfico, surge esa parte del autoritarismo más recalcitrante que consiste en prohibir constitucionalmente los vapeadores y cigarros electrónicos, cuando nada demuestra que eso vaya en favor de la salud pública. Si se apura a quien haga este tipo de críticas, no es oportuno ni frente a un crimen organizado desatado al que se entrega un suculento mercado negro de vapeadores para jóvenes y adolescentes ni tampoco cuando el esmirriado sistema de salud aún no ha sufrido su peor momento porque todavía se pueden dar el lujo de recortarle más presupuesto.
En una nota de Expansión de febrero pasado se consignó que el cierre de tiendas de vapeo y las restricciones gubernamentales para conseguir los dispositivos solo aumentaron su uso. De acuerdo con la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2023, el número de usuarios de vapeadores se ha duplicado en los últimos años, pasando de 975,000 en 2019 a 2.1 millones en 2023.
Jorge Romero, un ingeniero usuario de vapeadores, dijo en entrevista: “Cuando comencé a utilizar el vape, se organizaban ferias en el World Trade Center y concursos para crear figuras con el vapor; había tiendas establecidas en centros comerciales y clubes de vapeo. Ahora, hay que comprar casi en secreto, sin compartir la ubicación de los vendedores de líquidos o vapeadores”. Antes –mencionó– la mayoría de los establecimientos aceptaban compradores mediante cita previa y al presentar su identificación oficial, pero ahora los grupos se han vuelto privados y solo se comparte información sobre vendedores de dispositivos, líquidos o piezas de repuesto para vaporizadores, como resistencias y algodones especiales, entre conocidos.
El riesgo sobre un mercado negro fue advertido por la diputada de Movimiento Ciudadano, Irais Reyes, mientras fumaba de un vapeador en pleno debate legislativo este martes 2 de diciembre, pero también la comunidad médica de México, que arguyó que “queda claro que la política prohibicionista no ha rendido frutos, todo lo contrario”, por lo que manifestó que “una regulación integral basada en ciencia y en la gestión de riesgos es el camino más eficaz para lograr el éxito que requiere”.
Históricamente, alertó, “las políticas públicas que ofrecen la prohibición como única respuesta ha probada, una y otra vez, ser costosas y socialmente ineficientes. Y explicó, en una carta dirigida al Congreso de la Unión dada a conocer por el periódico Reforma, que de acuerdo con investigaciones del Cochrane Library, un repositario médico con sede en el Reino Unido, el uso de cigarros electrónicos contribuye a que las personas dejen de fumar con mayor efectividad que terapias de reemplazo de noicotina, como parches y gomas de mascar.
El debate está en ciernes, es verdad; pero si de la parte negativa del uso de los vapeadores se trata, es el grupo gobernante –esta vez con el apoyo de una parte importante de diputados de oposición– el que deja ahora más expuestos a los jóvenes mexicanos, al fomentar un mercado ilegal. Porque absurdo siempre será prohibir la venta de vapeadores y no de cigarros. Las decisiones son torpes, por decir lo menos.
¿Qué es esto?, nos obligan a preguntarnos a los que ya no entendemos nada. Sobre todo esto del Himno Nacional como escudo, incluso frente a nuestras propias contradicciones, la sobrevivencia de la democracia y la libertad. Saber cuál de sus estrofas es la mejor arma frente al eventual invasor, en tiempos de la 4T. Si esa de “un soldado en cada hijo nos dio” o la de “para ti un laurel de victoria”.