Ciudad de México, septiembre 25, 2025 16:23
Alcaldía Benito Juárez Medio ambiente

La raíz de Laureano —mutilada— que se extiende al predio de un pretendido edificio de lujo y que se intentó ocultar a los vecinos

Dictámenes de Sedema y el desarrollador omiten raíces en el predio donde se pretende una obra de lujo.

Foto en dictamen de la Alcaldía BJ prueba cómo raíz de 25 cm de diámetro fue cercenada en predio de Miguel Laurent 48

La revelación da la razón al movimiento #SalvemosALaureano, que desde un principio sostuvo que el árbol corre peligro por una obra privada y denunció la intromisión de MC.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

La raíz de Laureano, el emblemático árbol laurel de la India de Tlacoquemécatl, se extiende hacia el predio de Miguel Laurent 48. Allí, un desarrollador inmobiliario pretende levantar un edificio de diez departamentos de lujo, a precios que, según la promoción inicial de la inmobiliaria Núcleo Urbano, parten desde los 7.4 millones de pesos por unidad.

Esa realidad —documentada en el dictamen oficial de la Alcaldía Benito Juárez, que consigna la presencia de raíces dentro del predio y presenta evidencia fotográfica de una raíz de gran grosor —mutilada— en el interior— fue ocultada deliberadamente a los vecinos.

Excavación con maquinaria en zona cercana al laurel y al colorín. Foto: Especial

La diputada Laura Ballesteros, del partido político Movimiento Ciudadano, repitió en redes sociales, entrevistas y conferencias que los tres dictámenes coinciden en que no existen raíces en el predio. “Tres dictámenes (vecinos, alcaldía y SEDEMA) coinciden: Laureano está sano y sus raíces están fuera del predio”, puso la legisladora emecista en Instagram. En realidad, la evidencia de los dictámenes demuestra lo contrario: no hubo coincidencia técnica y, en el único estudio que sí entró al predio, se acreditó la existencia de raíces mutiladas.Ahora la legisladora se ha montado en la supuesta defensa de otros árboles urbanos, mientras presume un falso triunfo en el caso del salvamento de Laureano.

La dimensión de Laureano. Foto: Libre en el Sur

Tres dictámenes, tres versiones

El primero, en orden cronológico, fue firmado el 28 de octubre de 2024 por el perito Ricardo Serrano Padilla. Se presentó como el dicatmen del “promovente”, es decir el interesado en realizar los trámites para la construcción del edificio. En el formato aparecen apartados específicos para registrar raíces expuestas, cortadas o reprimidas por pavimento. Todos quedaron en blanco. Serrano Padilla describió dimensiones, altura, copa y follaje, pero no habló del interior del predio ni de revisiones en el terreno privado. La ausencia de datos sobre raíces en el predio no es menor: se trata del mismo terreno donde se pretende construir un edificio con diez departamentos de lujo a precios millonarios.

El segundo documento corresponde al dictamen oficial emitido por la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México el 11 de junio de 2025, firmado por Edmundo Robledo Hernández (acreditación 103). Allí se reconoce que el laurel se encuentra en un jardín exterior, colindante con el predio en construcción, y que la copa se proyecta sobre la obra. En el rubro de “interferencias” se mencionan raíces en relación con registros pluviales, pero tampoco hubo inspección dentro del terreno. Obviosamente, el dictamen de Sedema recomienda la adecuación del proyecto arquitectónico, pero sin registrar la situación real de las raíces en el predio. En otras palabras, se sugirió ajustar la obra sin contar con información sobre la parte más delicada para la supervivencia del árbol.

El tercero, elaborado también el 11 de junio de 2025 por la Alcaldía Benito Juárez y firmado por la perito Sandra Y. Aguilar Contreras (acreditación 339), fue el único en señalar de manera explícita la presencia de raíces en el predio. En el apartado correspondiente se consigna “raíces – registros”, y se describen las dimensiones del árbol: altura de 20 metros, diámetro de copa de 20 metros, DAP de 1.35 metros y un estado general de conservación “regular”. El documento subraya además la necesidad de mantenimiento y la proyección de ramas hacia la vía pública y hacia el predio vecino.

Por otro lado, en los anexos gráficos del mismo dictamen aparece una fotografía particularmente reveladora: una raíz de gran grosor que fue mutilada dentro del terreno de Miguel Laurent 48. Su tamaño puede apreciarse con claridad gracias a la escala visual que ofrece el pie con calzado de una persona situado a unos centímetros de la raíz cortada. La imagen confirma con contundencia los daños ya ocasionados y la vulnerabilidad del árbol.

Al procesar la fotografía con un sistema de análisis visual asistido por inteligencia artificial, se determinó que el objeto corresponde a un segmento de raíz principal viva. Presenta una superficie externa cubierta de tierra húmeda y un interior claro y fibroso, característico de madera activa. El extremo aparece cortado de forma casi cilíndrica y limpia, compatible con el uso de maquinaria o sierra durante trabajos de excavación. Su diámetro se estima entre 15 y 20 centímetros, tomando como referencia el zapato visible en el encuadre. El contexto de la imagen, dentro de una zanja lineal para obra o instalación de servicios, confirma que la raíz fue interceptada y seccionada al abrir el terreno. No se trata de una tubería ni de un elemento artificial, sino de tejido radical activo, con alta probabilidad de pertenecer a un árbol urbano de gran porte —como el laurel de la india cercano— cuyo sistema radical ya se extendía hacia el interior del predio.

El dictamen técnico individual de la Alcaldía Benito Juárez describe un laurel de la India (Ficus microcarpa L. f.) ubicado en la esquina de Miguel Laurent y Fresas, dentro de la colonia Tlacoquemécatl Del Valle de la demarcación juarense. El documento destaca que el ejemplar, con una altura aproximada de 20.35 metros y un diámetro de copa de 18.50 metros, presenta un sistema radical amplio que ha alcanzado registros y estructuras subterráneas del entorno. En el apartado de infraestructura asociada, se consigna de manera explícita la presencia de raíces con la casilla “Registros” marcada, lo que confirma que el árbol ha extendido sus raíces hasta instalaciones de servicios subterráneos cercanas.

En el mismo documento se precisa que el laurel ha desarrollado madera de reacción y raíces adventicias completamente establecidas tanto en la zona de tensión como en la de compresión, como respuesta a esfuerzos mecánicos, aun cuando su inclinación es poco relevante. Algunas raíces han penetrado el sistema de drenaje público, provocando el levantamiento de las planchas de concreto hasta 15 centímetros en los puntos más altos.

Y algo especialmente significativo: Especifica que dentro del predio colindante se encuentra una raíz expuesta de aproximadamente 25 centímetros de diámetro y nueve metros de longitud, la cual no compromete el estado general ni la estabilidad del árbol, pero confirma que su sistema radical ya se extiende de manera significativa hacia el interior del terreno.

Al reconocer su interacción con registros subterráneos y superficies endurecidas, el dictamen respalda la importancia de preservar el espacio vital de su sistema radical para evitar daños tanto a la infraestructura como al propio árbol. Esta información es particularmente relevante ante cualquier proyecto de obra en el predio contiguo, pues confirma que el laurel ya ha expandido sus raíces fuera del perímetro inmediato donde está plantado.

Los tres dictámenes forman parte del expediente que obra en poder de Sedema. Pese a que Movimiento Ciudadano y sus seguidores prometieron transparentarlos públicamente a los vecinos de la colonia Tlacoquemécatl del Valle y de la Alcaldía Benito Juárez, nunca lo hicieron. Por el contrario, insistieron en que los estudios coincidían, cuando en realidad presentaban conclusiones distintas y omisiones graves.

Inconsistencias y lo que la ciencia advierte

Los tres dictámenes presentan mediciones contradictorias de la copa del laurel, al punto de no coincidir ni en el orden de magnitud. El documento oficial de la Alcaldía Benito Juárez reporta una copa de 18.50 metros de ancho por 16.40 de largo, mientras que el dictamen de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) la amplía hasta 23 metros de ancho y 16.8 de largo (20 m promedio), una diferencia de casi 4–5 metros en la proyección horizontal respecto a la Alcaldía. En contraste, el informe del promovente la reduce drásticamente a 15 metros de ancho y entre 12 y 13.5 de largo, es decir, hasta un 35 % menor que la estimada por Sedema.

Esta disparidad es relevante porque la extensión de la copa refleja el desarrollo del sistema radical: los dos dictámenes oficiales (Alcaldía y Sedema) describen raíces que alcanzan infraestructura subterránea, deforman banquetas y coladeras e incluso —en el caso de la Alcaldía— documentan una raíz de 25 cm de diámetro y unos 9 m de longitud dentro del predio, mientras que el informe promovido por el interesado privado no aporta datos de diámetros ni longitudes y niega afectaciones, además de minimizar el tamaño real del árbol.

La importancia de esa disparidad es fundamental. Estudios técnicos consignados por Libre en el Sur, tanto de fuentes mexicanas como estadounidenses, establecen que las raíces de un árbol en general pueden alcanzar hasta el doble del tamaño de su copa. En el caso del laurel de la India, las raíces pueden llegar incluso a triplicar esa dimensión. Esto significa que un árbol cuya copa se mide entre 16 y 20 metros, como Laureano, puede desarrollar un sistema radicular de hasta 48 o 60 metros de extensión. Bajo este criterio científico, resultaba indispensable estudiar lo que ocurre dentro del predio. No hacerlo —como en dos de los dictámenes— equivale a negar la parte esencial de la vida del árbol.

Excavaciones en el predio. Foto: LIbre en el Sur
Foto: Libre en el Sur

La narrativa política, la declaratoria y la razón vecinal

¿Por qué ocultar entonces los documentos? La respuesta está en la estrategia política. Movimiento Ciudadano buscó sostener la narrativa de que Laureano estaba “a salvo” y que el proyecto inmobiliario podía seguir adelante con un simple “ajuste arquitectónico”. Bajo esa lógica, se restaba fuerza a la propuesta vecinal de destinar el predio a un parque vibracional y huerto urbano comunitario, como ha planteado el movimiento #SalvemosALaureano.

En esa construcción discursiva, la diputada Laura Ballesteros añadió otro elemento: presumió en redes sociales que gracias a la gestión de su equipo se logró la declaratoria patrimonial del árbol, y que eso bastaba para garantizar su sobrevivencia. Pero la experiencia reciente lo desmiente. El caso del fresno conocido como “Eugenito”, contiguo al árbol patrimonial “Eugenio”, lo dejó claro: pese a que Eugenio contaba con la declaratoria, el fresno vecino fue talado. La figura legal protege al individuo declarado, pero no a su entorno inmediato ni a su sistema radicular, que es justamente donde se generan los mayores riesgos.

Dibujos de los niños en defensa de Laureano; en mural del tapial de la obra. Foto: Libre en el Sur
Músicos en protesta, en Insurgentes Sur esquina Extremadura, para exigir que pare la obra en Miguel Laurent 48 y se construya allí un parque vibracional. Foto: Libre en el Sur

El movimiento #SalvemosALaureano denunció desde un inicio la intromisión de los diputados de Movimiento Ciudadano en su causa. En una de sus conferencias públicas, los vecinos demandaron que MC se retirara de la movilización apartidista. “Exigimos que representantes de partidos políticos, en especial diputadas y diputados de Movimiento Ciudadano, dejen de obstaculizar la causa de Laureano y permitan la interlocución directa con las autoridades”, dijeron.

La misma denuncia la ha llevado #SalvemosALaureano a la mesa establecida con representantes de diferentes instancias del gobierno capitalino, donde claramente se ha deslindado del Movimiento Ciudadano. Y ha dejado claro que nada de lo que haya acordado ese partido con sus representantes tiene validez para #SalvemosALaureano.

Maquinaria bajo la copa de Laureano, zona de raíces. Foto: Especial

Estas revelaciones confirman lo que los vecinos advirtieron desde un principio: que el árbol corre peligro por una obra privada, donde ya se habían hecho excavaciones que dañaron su sistema radicular. Hoy, los dictámenes oficiales no solo confirman la presencia de raíces en el predio, sino que además muestran que al menos una de ellas fue mutilada.

Vista aérea de los árboles en esquina de Fresas y Miguel Laurent, entre ellos Laureano y Colorina. Foto: Especial

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