Ciudad de México, diciembre 7, 2024 17:55
Cultura Espectáculos

Bárbara Enríquez, la decoradora que hace milagros en el cine; ‘cómplice’ para recrear la Roma en cinta de Cuarón

JOSÉ VERA ZAMBRANO

El nombre de Bárbara Enríquez, seguramente no dirá mucho a los más de tres millones que se afirma han visto en Netflix “Roma”, la cinta de Alfonso Cuarón, nominada a 10 premios Oscar de la Academia de Ciencias y Artes de Hollywood.

Sin embargo, deben saber que esta artista de la decoración, es la mancuerna y cómplice de Eugenio Caballero en la recreación de la colonia Roma, el núcleo visual del filme, que ha logrado más de 150 reconocimientos a nivel internacional.

En entrevista telefónica con Notimex, días antes de viajar a Londres, donde hoy “Roma” podría recibir nuevas preseas en los premios BAFTA, la artista relata su experiencia de colaborar con quien considera su maestro en el arte de la decoración.

Caballero y Enriquez. Foto: Notimex / Especial

 

“La mancuerna creativa funciona también, porque Eugenio y yo nos conocemos desde hace muchos años, somos compañeros de trabajo, he sido su decoradora en diversos proyectos y además, también soy su amiga, esa relación facilitó el acoplamiento en la película”, señaló.

Esta dupla de trabajo, fue fundamental para ambientar, decorar, replicar la colonia Roma y otros sitios de la Ciudad de México, lo que la emocionó desde que conoció del proyecto.

“Él me invitó cuando Alfonso le ofreció la película; sin embargo, Eugenio llevaba varios años de no trabajar en México, entonces, no tenía un ‘crew’ mexicano con el que hubiera trabajado recientemente”.

Caballero, ganador del Oscar por “El laberinto del Fauno”, la convocó a conformar un equipo que lo entendiera y que hubiera colaborado en alguna de sus producciones. Deseaba tener a su lado, gente en quien confiar plenamente.

Es así como surgió un ejército de carpinteros, pintores, herreros, electricistas, dibujantes; se llamó a un mundo de gente que les ayudaría a construir un imposible, la Roma y grandes avenidas, en otro lado.

A ellos se unieron todos los colaboradores del departamento de decoración a cargo de Bárbara. A partir de ese momento, ella tuvo dos responsabilidades: la de investigadora histórica para ambientar todo lo que el público vería en la pantalla y también encargada de la decoración en general.

El resultado, los ha llevado al aplauso del público, la crítica y ahora a la nominación al Oscar, conjuntamente con Eugenio Caballero, en Mejor Diseño de Producción, lo que la halaga y la emociona como pocas veces, aunque prefiere esperar.

“Por lo pronto, estamos muy honrados, muy contentos por la nominación, es sin duda algo a lo que todos anhelamos llegar, es un sitio muy codiciado”.

Aunque entusiasmada, la decoradora prefiere esperar que llegue la premiación, sin mayor expectativa que la de disfrutar del buen trabajo que se realizó y del reconocimiento que éste ha obtenido.

“No tengo idea de qué va a pasar, espero que no me cierre puertas, al contrario, espero vengan muy buenos proyectos; de todos modos, yo tengo claro que seguiré trabajando en México, en las películas de todos tamaños (sic), en las que yo siempre he trabajado”.

Bárbara agregó que en lo personal, la nominación representa un reconocimiento a su trabajo: “nada ha cambiado, nada, no me han abierto ni cerrado puertas en particular. Ahora, no sé qué es lo que va a pasar si el Oscar llega”.

El trabajo de Bárbara está plasmado en la pantalla grande, desde filmes como “Y tu mamá también”, “Rudo y Cursi” o “Resident Evil”: Extinction”.

En “Diablero”, serie de Netflix, además del videoclip “El listón de tu pelo”, de Julieta Venegas, solo por mencionar algunos, fruto de su Licenciatura en Historia del Arte, que cursó en el Instituto de Cultura Superior.

En cuanto a otras distinciones, tiene el Ariel por Mejor Diseño, en 2004, por el largometraje “Zurdo”; el Oso de Plata, en la Berlinale de 2011, por “El Premio”, en la categoría de Mejor Aportación Artística y el Premio CIMAcineasta, en el Festival de Huelva, de 2017, por Diseño de Producción de “Sueño en otro idioma”.

Con gran pasión, Bárbara detalla cual es exactamente el trabajo de un decorador de películas.

“Es el que se encarga de ambientar todos los sitios donde ocurre la historia, después de la construcción, o sea, poner lo que existe en la vida real: los muebles, los objetos de uso común, digamos, en cada espacio, lo que hace la personalidad de cada rincón, es lo que hace un decorador”.

Añadió, que previo a todo ello, está el trabajo de construcción de las locaciones, por ejemplo en “Roma”, se tuvo que recrear el cruce de avenida Insurgentes y Baja California (Eje 3 sur), una calle completa, porque hubiera sido muy complicado filmar en un crucero tan transitado y sin nada de lo que ahí existió.

Hubo que poner los detalles reales, los detalles verosímiles, de vida real en los espacios.

“Nosotros rellenamos todas las tiendas, pusimos los semáforos, los postes de luz, pusimos los árboles, los letreros luminosos. En la casa, pues todos los muebles, las colchones, los libreros, las mesas, las camas, la cocina; eso es lo que hace el departamento de decoración”, todo debe de ir acorde con la época en la que está situado el filme.

Bárbara hizo una pausa, y aclaró que se trata de una tarea titánica y agotadora.

Añadió que para filmar lo que se pretendía, fue un proceso de búsqueda de objetos, de referencias, de mandar a hacer objetos especiales, porque ya no existen.

“Por ejemplo, todos los letreros luminosos de los anuncios en la calle, los mandamos fabricar específicamente para la película, porque esos ya no existen físicamente”.

Subrayó que todo el ‘crew’ debió hacer un trabajo muy minucioso, era mucha gente involucrada que se dedicó a buscar hasta el último detalle. Todo un ejército de personas que recorrieron calles yendo a comprar, a preguntar, a vaciar casas.

Toda esa tarea para conseguir cada objeto, fue un triunfo porque la época (1970-1971), así lo demandaba.

Reveló que de no hacer, lo que se debía hacer, podría delatarlos y ponerlos al descubierto.

“Se utilizaron lentes que abrían la toma, entonces, tienes que precisar detalles en cada rincón, porque de lo contrario, se vería todo.

“Y eso dificultó todavía más la decoración. Pero bueno, al final creo que es muy espectacular lo que se logró, en cuanto a detalles y en cuanto a capas de información en cada cuadro”.

Entre las dificultades encontradas, relató Bárbara, destaca la filmación de la escena en un gimnasio de las calles de la Avenida México-Tacuba, en la Alcaldía Miguel Hidalgo, porque debieron convertir el lugar en una mueblería y todo debía parecer nuevo, aunque de época.

“Es una toma de 360 grados, quiere decir que se iba a ver para todos lados, no había una esquina que no estuviera ambientada.

“Fue complicado, además, porque era una mueblería, o sea debía observarse que se trataba de muebles nuevos, y todos los objetos de época que uno consigue, pues ya están usados, tiene ya ciertos daños”.

Esto los llevó a que para una sola escena, se retapizaran sillones, se arreglaran o se hicieran muebles nuevos con la ayuda de un ejército que carpinteros.

“Trabajaron mucho para que esos muebles se vieran de la época, pero nuevos; la búsqueda de lámparas y demás prendas, o sea, fue un trabajo muy minucioso de una búsqueda de grandes objetos”.

Otro de los milagros fue reconstruir la fachada de la que fuera la casa de Alfonso Cuarón, en la calle de Tepeji, en la colonia Roma, ahí se sacaron un 10, como dirían en la escuela.

La casa, ya no podía ser usada, por la que utilizaron la de enfrente y replicaron la fachada.

¿Pero a dónde van a parar todos esos objetos cuando concluye el rodaje?, se le preguntó. “Pues bueno, como muchas cosas son rentadas, se devuelven a las personas que las alquilaron, otras se llevan a bodegas especiales que renta la producción.

Refirió que eventualmente se venden, pero generalmente se van a bodegas para utilizarse en nuevas películas.

“Se guardan durante mucho tiempo, sobre todo para casos donde se tenga que volver a filmar alguna toma o algo así, para volver a generar los espacios”.

¿Cuál es la diferencia entre un decorador y/o un diseñador de producción?, se le preguntó.

“Diseño de arte y diseño de producción es lo mismo, es la cabeza del departamento de arte, es el encargado, junto con el fotógrafo, de diseñar la estética de cómo se va a ver una película. Y a su vez también tiene muchas áreas a su mando.

Líneas anteriores mencionó que entre los mayores retos de la cinta, estuvo el recrear calles, que han cambiado totalmente en casi 50 años.

“Pues realmente hay lugares que ya no existen como eran antes, nosotros fuimos varias veces a ver las locaciones, a ver los lugares reales, por ejemplo, en la película se observa muy “real” cuando “Cleo” cruza Baja California e Insurgentes.

“Y el actual Insurgentes, no tiene nada que ver con el Insurgentes de aquella época, ahora está la estación del Metrobús, ya los árboles están más crecidos, no existen la mitad de los edificios, se ha modificado el entorno”.

Reconoció que desde antes de filmar supieron que era prácticamente imposible hacer la escena de Insurgentes, en Insurgentes, por todas las implicaciones logísticas que implicaba, “era demasiado complicado. Entonces, Eugenio y Alfonso tomaron la decisión de construir el set para recrearlas”.

Y aunque eso requirió de un gran presupuesto, no hubo limitaciones, dada la experiencia del director, en grandes producciones.

“Alfonso, digamos, que ya tiene mucha experiencia en el cine internacional, él ha construido sets muy grandes, aunque este, probablemente es el más grande que ha construido para una película suya.

“De hecho, era lo que tenía que hacer, pues no había otra solución. Entonces se tomó esa determinación y se construyó en un estacionamiento muy grande, toda una cuadra que replicara en época, la calle mencionada”.

Para Bárbara, la satisfacción profesional ha sido enorme, aunque esto la haya puesto nacional e internacionalmente, ante los reflectores, alfombras rojas, e incluso entrevistas.

“En ese sentido ha alterado un poco mi vida cotidiana. En nuestro trabajo, digamos que el cine tiene diferentes grados, digamos que dependiendo a qué te dediques, tienes más aproximaciones con ese tipo de situaciones, que es lo que pasa si eres actor o director”.

Destacó que a todos los que están en la planeación y producción, no los toman mucho en cuenta los medios, pero ahora, con esta efervescencia por “Roma”, han volteado a ver tu trabajo y lo agradece, aunque está fuera de su mundo cotidiano.

Bárbara Enríquez concluye la charla adelantando que se dedica al diseño de producción para “Diablero”, la serie de Netflix en una segunda temporada.

Señaló que mientras llega la oportunidad de debutar en la dirección de una película ella escribe sus historias, guiones que ha ido corrigiendo en los años recientes, por lo que espera que su nombre haga ruido en ese sentido, próximamente.

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