DAR LA VUELTA / Al círculo cuadrado
Foto: Cuartoscuro
No hay tiempo para desánimos, ni fuerzas para anclarnos al pasado; quizá los ojos y el trabajo puedan recolocarse para resistir con modelos diferentes.
POR ANA CECILIA TERRAZAS
Dar la vuelta como observadora engafetada, del Instituto Nacional Electoral, el pasado 2 de junio por la alcaldía Iztapalapa y Coyoacán, nos hizo ver filas y filas de gente; calor; organización humana; un boyante engranaje social. Policías; familias; perros; votantes; tensión, aprehensión, miedo, entusiasmo, disciplina, civismo, responsabilidad, ilusión. Poco espacio en casillas; muchos representantes del partido en el poder; algunos de los otros partidos; mucha algarabía electoral; mucha expectativa; poco tráfico; mucha contaminación; cantidad de sol; sed; ayuda y apoyo al funcionariado de las casillas… Denuncias; muchos mitos (como el que “no hay que salirse del cuadrito con la cruz” o “que había que llevar su propio plumón” y miles más) …
Darle la vuelta a los resultados de la jornada electoral del 2 de junio, para poder abordar con más sensatez, algo de esperanza y menos polarización u odios, la historia que viene, puede tener como premisas iniciales las siguientes:
El movimiento feminista actual, exige cuentas, demanda resultados y no admite engaños; las resistencias ciudadanas se identifican poco con partidos políticos; la comunicación sociodigital, en redes, rebasa, apoya y puede vencer cualquier tipo de mensaje o propaganda; aunque no nos guste, a las mujeres se les exigen resultados con mucho más rigor que a los hombres; si la primera Presidenta de México hace las cosas bien, puede ser algo magnífico para todas las partes…
En 1985 no se ponía la esperanza en partidos de contrapeso o en el Gobierno. Entonces, la sociedad civil salió a reparar los daños y a hacer lo que se tenía que hacer. No nacimos con una fuerte división de poderes o entidades autónomas tan fuertes en las que pudiésemos confiar y, sin embargo, se han logrado procesos de avance y concientización democrática, civilizatoria. Una cosa más, las, les y los jóvenes milenials, esos que no saludan de antemano, quién sabe qué traerán en la mira, pero tampoco son fáciles de estafar ni de complacer… Así que, no hay tiempo para desánimos, ni fuerzas para anclarnos al pasado; quizá los ojos y el trabajo puedan recolocarse para resistir con modelos diferentes.
Cuando algo ocurre tan avasalladora e intempestivamente, nos obliga a cambiar de encuadre, a preguntarnos qué no vimos o escuchamos, a crecer, a ser mejores, a trabajar creativamente y a abordar la realidad desde otros ángulos; esto es, nos fuerza a descolocarnos.
Dar la vuelta por las crónicas de tres funcionarias anónimas de casilla, me hicieron pensar en que todo es posible ya que, si la maquinaria ciudadana logró que tantas millones de personas votantes participaran, ¿qué le puede ser imposible a la ciudadanía? Si una jovencita como Greta Thunberg le gritó al mundo y ha logrado plantarse en una activa resiliencia, y nosotras vemos y sabemos de todas las Gretas Thunberg que vienen y están trabajando aquí, en todos los ámbitos de la sostenibilidad en México, ¿qué puede ser más esperanzador?
La humanidad está respaldada histórica y evolutivamente por su capacidad de adaptarse y de ser creativa. Bienvenidas las nuevas épocas, los retos inauditos, los escenarios no previstos y las sorpresas. Son esos los que movilizan y empujan a que dejemos las otras formas de ser y estar, las que no sirven o no sirvieron. De eso nuevo, de lo inesperado y tal vez indeseado, es de donde surgen los escenarios para tener que atender las circunstancias de una mejor manera.