DAR LA VUELTA / Microsismos en Mixcoac
Los sustos de los microsisimos. Foto: Francisco Ortiz Pardo
Sea cual sea la causa, para muchas personas los microsismos son algo nuevo. Los hemos vivido con tal intensidad que nos dejan con una profunda sensación de miedo.
POR ERNESTO LEE
La mayoría sabemos que la Ciudad de México se ubica geográficamente en una zona sísmica. La historia ha constatado esta particularidad con tristes momentos a lo largo de los años. Los temblores más fuertes que sufrió la capital del país han dejado una profunda huella entre quienes los vivimos.
Creo que el temblor de 1985 fue un parteaguas para esta ciudad, forzó a las autoridades a preveer qué hacer en caso de un sismo de grandes magnitudes, estableció nuevas reglas en las especificaciones de construcción y comenzó a crear entre los habitantes una consciencia de la protección civil, entre otras enseñanzas.
Pero con todo lo que hemos aprendido y avanzado, en lo que se refiere a qué hacer en caso de un sismo, creo que no estábamos preparados para enfrentar lo que para mí es algo nuevo: los microsismos.
Estos temblores de tierra cuyo epicentro se localiza precisamente en la ciudad y no en alguna de las placas tectónicas del océano Pacífico, y que nos han sorprendido muy recientemente.
Los hemos sentido especialmente en las colonias Mixcoac e Insurgentes Mixcoac, donde sus efectos han sido más dañinos que en otras colonias, pues algunos edificios de departamentos tuvieron graves daños. Los microsismos han acaparado la atención de los medios por su fuerza, aunque el radio donde se percibieron y sus efectos fue muy focalizado, siendo imperceptibles en la mayor parte de esta enorme ciudad.
Sobre las causas del fenómeno han surgido muchas explicaciones, desde hundimientos de tierra, lluvias fuertes que pueden provocar fallas en el subsuelo, reactivación de antiguas fallas, el hundimiento de la ciudad asentada en una zona lacustre, pero lo que los expertos del Sismológico Nacional señalan es que los microsismos están asociados a las fallas geológicas de la Faja Volcánica Transmexicana.
Sea cual sea la causa, para muchas personas los microsismos son algo nuevo. “Antes no temblaba así”, comentó una vecina. Los hemos vivido con tal intensidad que nos dejan con una profunda sensación de miedo, que regularmente se va diluyendo poco a poco con el paso del tiempo, hasta que volvemos a vivir el fenómeno.
Los vecinos de la colonia Insurgentes Mixcoac hemos pasado momentos de angustia con estos fenómenos a los que, efectivamente, nadie está preparado para enfrentar. Las alertas sísmicas no funcionan para estos microsismos que tiene su epicentro casi bajo nuestros pies. Nadie queremos que se repitan, pero supongo que los que decidimos quedarnos a vivir aquí tendremos que aprender a vivir con esa posibilidad.