Desbordan la Villa de Guadalupe
La Basilica. Fervor desbordado. Foto: especial.
Esperan afluencia histórica a la de 10 millones de fieles, luego de dos años de pandemia.
Este año si se autorizó que los asistentes pernocten en las instalaciones de la Basílica de Guadalupe e instalaron enorme campamento en el atrio.
STAFF/LIBRE EN EL SUR
Luego de dos años sin que se permitiera el acceso a la Basílica de Guadalupe por razones sanitarias, debido a la pandemia de Covid-19, en la conmemoración del 491 aniversario de las apariciones de la Virgen regreso el tumultuoso fervor guadalupano este fin de semana.
Las autoridades de la Ciudad de México estimaron que tres millones de peregrinos llegaron la víspera a La Villa, en tanto que el Secretario de Gobierno, Martí Batres, informó que se esperaba la llegada de hasta 10 millones de asistentes a lo largo de estos días por la celebración guadalupana.
A diferencia del 2021, cuando ya no se permitió la llegada de fieles; este año si se autorizó que los asistentes pernocten en las instalaciones de la Basílica, en la Casa del Peregrino y en calles aledañas.
Miles de peregrinos abarrotaron anoche el recinto del Tepeyac para cantar las tradicionales “Mañanitas” a la Guadalupana y asistir a la misa concelebrada.
Monseñor Salvador Martínez Ávila, rector de la Basílica de Guadalupe, tuvo a su cargo la homilía, acompañado de otros prelados quienes pidieron en el salmo responsorial que México alcance una paz verdadera, estable y vea alejada de sus ciudadanos las injusticias y los egoísmos el mundo entero.
“Concede a los cristianos de México y a sus pastores ser vivo reflejo de aquella santidad que resplandece en la santa madre de Dios para que nuestra nación, que venera con solemnidad a María virgen bajo la evocación de Guadalupe, alcance una paz verdadera y estable y vea alejada de sus ciudadanos las injusticias y los egoísmos el mundo entero”, dijo el monseñor Martínez Ávila.
Durante su mensaje el rector de la Basílica de Guadalupe reflexionó sobre la peligrosa situación en que vive en la actualidad el mundo ante la indiferencia de las personas ante sus semejantes.
“Quisiera reflexionar con ustedes que nos ha tocado vivir otra plenitud de los tiempos, porque nos está tocando vivir una época de gran peligro para la humanidad, este peligro radica principalmente en que nosotros como humanidad estamos destruyendo nuestra casa común y este proceso de destrucción se manifiesta en el cuidado que nos debemos unos a otros”, enfatizó.
El prelado resaltó que los grandes cambios que necesita nuestra humanidad pasan necesariamente por los cambios interiores que se operan dentro de nosotros.
Para finalizar, Martínez Ávila puso el ejemplo de la virgen María para que los cristianos den al país un testimonio de fe cristiana para mejorar nuestra nación.