Vecinos en Cuarentena / El confinamiento del cambio
Deseo poder ir al cine, al teatro, a un restaurante, o centro comercial y encontrarme con una sociedad transformada, respetuosa, amorosa, cuidándonos unos a otros ya habiendo convertido en hábito las medidas de higiene que hemos venido practicando durante esta cuarentena.
MARCELA JIMÉNEZ UNZUETA
Después de este tiempo de introspección , reflexión, de acostumbrarme a respirar bajo un cubreboca, de tener las manos resecas por tanto lavarlas y usar gel antibacterial, de desinfectar todos los productos que llegan a casa, de poner mi atención en la buena alimentación, en fortalecer el sistema inmunológico; de convivir con mis hijos de una manera diferente, de compartir un poco las clases en línea, disfrutar más mi casa, darme cuenta que existen otras maneras de realizar algunas actividades cotidianas, despertar mi creatividad y agradecer a la tecnología por acercarme a amigos y familiares.
Después de un mar de emociones, de momentos de insomnio, de enojo, tristeza y ansiedad, por no tener la actividad que solía tener, de ver las calles vacías, negocios cerrados y tanta gente que ha perdido la vida, de días de mucho ánimo y disposición, así como de otros sin ganas de nada, de escuchar más el canto de los pájaros, de haber disfrutado de actividades que hace mucho no realizaba o realizaba poco por el ritmo de vida que llevaba, como leer, hacer ejercicio en casa, cocinar con calma, hacer repostería, escombrar, jugar juegos de mesa, hacerme cargo de la limpieza por completo, meditar, cantar, reír mucho… Ahora Imagino y deseo salir a la calle con otra conciencia; una conciencia de más respeto a la naturaleza, al ser humano, valorando más el poder reunirme con mis seres queridos, un abrazo, una caricia, el trabajo de cada persona, el aire que respiro, el caminar por la calle sintiendo el sol en mi piel.
Esta situación me ha hecho entender que los demás son una extensión de mí: que si me cuido yo, te cuido a ti. Que si me respeto yo, te respeto a ti. Y por eso deseo poder ir al cine, al teatro, a un restaurante, o centro comercial y encontrarme con una sociedad transformada, respetuosa, amorosa, cuidándonos unos a otros ya habiendo convertido en hábito las medidas de higiene que hemos venido practicando durante esta cuarentena. Quiero creer que este confinamiento nos ha cambiado a todos de una u otra manera para bien y que no podemos regresar exactamente igual a la normalidad. Ansío ver a mis amigos para disfrutar de una rica comida y de largas charlas, tener reuniones familiares, viajar, abrazar y besar a la gente que quiero. Quiero disfrutar cada momento de la vida, cada emoción y a cada persona, pues hoy estamos, pero mañana no sabemos.
Vecina de la colonia General Pedro María Anaya. Profesora de inglés. Estudió teatro.