El país de los apodos
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LETICIA CALDERÓN CHELIUS
En este país nos da por cambiar los nombres o de perdida, poner diminutivos que a veces exceden al diminutivo mismo. En el colmo del exceso una amiga me decía Leticitita y a mi me parecía de lo más normal. El punto es que en este país nos gustan los apodos, los sobrenombres o algún alias para resaltar o aligerar la personalidad aguerrida, la timidez oculta o los deseos innombrables de lo que nos gustaría ser. Y aunque los apodos no buscan ofender, si tienen una intención maliciosa de evidenciar algo de nosotros mismos. Es tal vez por eso que entre los políticos tener un apodo es casi obligatorio, porque si no se lo ponen ellos, alguien vendrá a bautizarlos a la primera oportunidad.
Así le pasó a Miguel Ángel Mancera que acabó siendo el MiniMancera o el Bubys por algún episodio de promoción de las vacunas contra la influenza en que mostró su torso, López Obrador es El Peje y ni que decir de Ricardo Anaya que tiene varios apodos que van desde Little Chicken hasta Ricky-Ricón. Ahora gracias a las redes sociales esta bonita tradición se multiplica en los famosos memes que no solo buscan nombrarnos, sino que cambian el sentido del apodo dependiendo la circunstancia. Como a veces son medio crueles, no quiero incluir aquí los apodos que he oído de la Sra. Margarita Zavala o del Dr. Meade, pero obviamente que los tienen y de sobra. Al candidato que se hace llamar como su mismo apodo en un exceso de bravuconería, a mi me encanta que lo renombren como el Tronco, el Ronco o El manotas. El chiste es reírse y si alguien se lo toma personal, se acaba todo el sentido que da vida al apodo.
Hay dos apodos, alias o sobre nombres que me llaman especialmente la atención. El que eligió la Sra. Alejandra Barrales para su campaña electoral, La Jefa, es una decisión muy extraña. Si se fijan bien hacerse llamar La Jefa es una muestra de pedantería extrema y un marcaje de distancia con quien sea el subordinado. Es un apodo que de entrada, ya pone barreras y parece decir, “usted y yo no somos iguales”. Además, ¿quién puede ser más insoportable que “La Jefa” de cualquiera llegando a un lugar cuando todos los de una oficina chismorrean a gusto? o ¿quién puede ser más odioso que una Jefa dando instrucciones que obviamente hay que acatar sin chistar?. No entiendo porqué su equipo de campaña eligió ese apodo que de verdad es para salir huyendo porque claro, La Jefa manda y no se le confronta.
Este apodo contrasta con el fallido pero memorable Carnal Marcelo, que intentaba hacer pasar a Ebrard como un cuate del barrio, vecino cercano o uno más de la banda, cuando el estilo de “niño bien” del susodicho, no convencía a nadie de que fuera muy populachero y mucho menos, carnal de nadie. Lo cual, si hubiera alguna duda, se confirmó con su elección de auto exiliarse en Francia, por aquello de que lo buscaba la justicia por desfalcos que Mancera nunca demostró pero sirvieron para mantenerlo lejos del país por varios años. Se ve que El Carnal pensó que si ya se iba a quedar un buen rato en el extranjero, que necesidad de elegir un destino desagradable cuando, debe haber pensado, “siempre tendremos París”. Lo malo es que yéndose a Francia confirmó que lo del apodo fue una vil treta de campaña electoral, solo para construir un mensaje de cercanía, calidez y populachería que en cierta forma consiguió porque hoy más de uno recuerda ese apodo.
En la política local también hay apodos memorables como por ejemplo, al grupo que hoy gobierna la Delegación Benito Juárez se les conoce como “Los Romeritos”. Esto porque el Sr. Jorge Romero Herrera es el jefe del clan que ha gobernado esta demarcación desde hace ya casi 10 años. En la administración de Mario Palacios en (2009-2012), Romero ya era Jefe de Gabinete y Proyectos Especiales, aunque se decía por el rumbo, que él era el poder detrás del trono y, será o no cierto pero al concluir esa administración consiguió ser Delegado (2012-2015).
Al finalizar su gestión fue relevado por su amiguísimo el Sr. Christian Von que gobernó la Benito Juárez hasta hace unas semanas y ahora se encuentra en campaña para intentar ser diputado por el Distrito XVII (su rival más cercana es Paula Soto de MORENA), lo mismo que Luis Mendoza, también amigo del grupo, otrora empleado en la Delegación y hoy candidato por el Distrito XXVI (Leticia Varela también de MORENA es su contrincante más fuerte). Al cargo de Delegado de la Benito Juárez aspira otro “Romerito”, el Sr. Santiago Taboada.
Debe quedar claro que el apodo de “Los Romeritos” no sobresale ninguna característica física o motivo jocoso como suele ocurrir con otros apodos de grupo, sino que en este caso, expresa su capacidad de mantenerse unidos para preservar intereses que van más allá de su militancia en el P.A.N. Tan es así, que hoy este grupo se sumó la coalición “Por México al Frente”, que los unió al P.R.D, sus acérrimos adversarios políticos durante años.
Los apodos son una expresión popular que no debe perderse así que seguramente estos tiempos electorales nos dejarán muchos ejemplos para atesorar y por favor, los que usted sepa no se los guarde, compártalos.