Ciudad de México, octubre 14, 2024 17:22
Nancy Castro Opinión

El vuelo que Las Mariposas nos dejaron

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La violencia contra las mujeres se ejerce en la casa, en la escuela, en el trabajo, en la calle. Los índices de feminicidios crecen a la par que la inseguridad en estados como Chihuahua, Sinaloa, Nuevo León y el Estado de México…”

POR NANCY CASTRO

El 25 de Noviembre se conmemora El día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En 1981 el movimiento feminista latinoamericano convocó a conmemorar la fecha en la que fueron asesinadas las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, en La República Dominicana, conocidas como “Las Mariposas” dentro de la agrupación política 14 de Junio, que estaba en contra del régimen de la dictadura de su país. Por oponerse a dicha dictadura del presidente Rafael Leónidas Trujillo, en 1960 la policía secreta las interceptó para asesinarlas y simular un accidente de tráfico, tres años después la Asamblea General de las Naciones Unidas empezó a elaborar la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer que se aprobó en 1967; no fue hasta 1999 -39 años después- que se oficializó el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La violencia de género es un problema sociocultural, extendido, cada país responde a un fenómeno particular.

En Mexico se caracteriza y se acentúa bajo estos rasgos: 1.- Normalización: la violencia hacia la mujer se realiza en forma continua y sistemática. 2.-Invisibilidad: el 88.4% de las mujeres que fueron agredidas no presentaron denuncia alguna. Esta conducta se deriva de las constantes pautas culturales machistas que priman en nuestra sociedad. 3.-Impunidad: las instituciones y autoridades latinoamericanas se caracterizan por el alto nivel de corrupción que existe dentro de ellas; la violencia de género y sus consecuentes denuncias no son la excepción, el 99% de los asesinatos no se resuelven.

La violencia contra las mujeres se ejerce en la casa, en la escuela, en el trabajo, en la calle. Los índices de feminicidios crecen a la par que la inseguridad en estados como Chihuahua, Sinaloa, Nuevo León y el Estado de México.

En Enero de 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que su gobierno no había podido abatir la violencia de género.

Y la pregunta resurge una y mil veces,¿Qué necesitamos para erradicar la violencia de género en nuestro país? Se habla de la educación desde casa, pero si muchas veces es ahí donde se gesta.

El ala más radical del feminismo en nuestro país, como consecuencia del hartazgo se ha apoderado del espacio público: edificios gubernamentales, monumentos, estatuas. Si evaluamos lo que han generado estos monumentos en la memoria colectiva, entonces está bien que sean intervenidos porque es ahí, desde lo social, donde se tiene que hacer el cambio estructural que tendría que ser acompañado por un programa educativo eficaz; hay un porcentaje de la población que es más consciente de cuidar los espacios donde crecen los niños. Pero aún hay mucha tarea por delante, porque los niños que crecen rodeados de violencia, tienen más probabilidades de emplear la violencia cuando son adultos.

La erradicación de la violencia tendría que ser un ejercicio de todos los días desde casa, la escuela, el trabajo; en los pequeños detalles, desde el uso adecuado del lenguaje, la escucha, el acompañamiento, si desde nuestras relaciones afectivas nombramos adecuadamente el tipo de violencia que nos ejercen y ejercemos, daremos visibilidad, en vez de utilizar el tópico “relaciones tóxicas”.

“ Si al abrigo del espacio doméstico, el hombre abusa de las mujeres que se encuentran bajo su dependencia, es porque puede hacerlo, es decir porque estas ya forman parte del territorio que controla, el agresor que se apropia del cuerpo femenino en un espacio abierto, público, lo hace porque debe mostrar que puede.

En uno, se trata de una constatación de un dominio ya existente; en el otro, de una exhibición de capacidad de dominio que debe renovar con cierta regularidad como votos de virilidad. Condicionado a una muestra pública dramatizada a menudo, en un acto predatorio del cuerpo femenino”. Rita Segato, La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.

Y aunque parezca que hemos avanzado poco, y al día de hoy pareciera que la violencia aumenta y tuvieran que pasar otros 39 años para erradicarla y las soluciones se nublan sin dejarnos ver con claridad, quizá sea porque estamos en la cúspide y como en toda historia después del climax, viene el final. Un final en el que recuperemos nuestras alas y nuestro vuelo ascienda con nuevos bríos hacia otro mundo posible donde vivamos respetuosamente todas, todos.

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