Ciudad de México, agosto 28, 2025 13:09
Cámara de Senadores Política

Emiliano González, el acompañante de Noroña: collarín, cabestrillo y un viaje a Roma pagado por el Senado

Un colaborador en la sombra que viaja con viáticos del Senado y cuya función sigue siendo un misterio

STAFF / LIBRE EN EL SUR

La trifulca del 27 de agosto en la antigua sede del Senado fue breve, pero dejó imágenes que se repetirán una y otra vez en la memoria política reciente: Gerardo Fernández Noroña y Alejandro “Alito” Moreno a punto de los puños, empellones, gritos y, en medio, un hombre sin fuero ni curul que terminó en el suelo.

Emiliano González González, hasta entonces un personaje anónimo para la opinión pública, intentó lo que parecía sensato: interponerse para evitar que el intercambio de insultos escalara. Dio un paso entre ambos justo cuando el dirigente priista lanzó un empujón. El golpe, seco y directo, lo derribó de inmediato. Testigos aseguran que su caída fue tan violenta que se escuchó un crujido al contacto con el piso. La escena quedó registrada en video: mientras Alito alzaba la voz, Emiliano aparecía encorvado, sujetándose el brazo izquierdo y con gesto de dolor, sin poder reincorporarse de inmediato.

Minutos después, los servicios médicos de la Cámara lo atendieron de urgencia. Le colocaron un collarín rígido para inmovilizar el cuello y una venda que le sujetaba el brazo izquierdo al cuello en forma de cabestrillo improvisado. La doble inmovilización sugería lesiones en la zona cervical y en el hombro o clavícula. No hubo comunicado médico oficial, pero la imagen del colaborador con la cabeza firme en plástico blanco y el brazo colgado en tela bastó para convertirlo en la víctima visible de la gresca.

Collarín y viaje a Roma

El nombre de Emiliano no era completamente nuevo dentro del Senado. En junio pasado había acompañado a Noroña a Roma para la Segunda Conferencia Parlamentaria sobre Diálogo Religioso, con gastos cubiertos por el erario.

El Senado le entregó 103 mil 035.55 pesos:

  • 68 mil 271 pesos para el boleto de avión redondo a Italia.
  • 34 mil 764.55 pesos para hospedaje, alimentos y traslados.
  • A su regreso devolvió 4 mil 840 pesos, lo que dejó un gasto neto de 98 mil 194.92 pesos.

El desembolso generó críticas porque González no figura en la nómina ni como asesor oficial, sino bajo la figura genérica de “prestador de servicios profesionales”. Esa ambigüedad administrativa le permitió acceder a recursos de viaje y acompañar a Noroña en reuniones bilaterales, aunque su papel específico nunca fue aclarado.

El misterio de su función en el Senado

El episodio de los golpes no hizo sino agrandar la incógnita. ¿Qué hace exactamente Emiliano González en el Senado? Su nombre no aparece en los listados de asesores, no tiene cargo visible ni responsabilidad legislativa acreditada. Sin embargo, se mueve en áreas restringidas, asiste a eventos internacionales y aparece en primera fila cuando su jefe político se enfrasca en una pelea con el líder del PRI.

Noroña lo presenta como un colaborador de absoluta confianza, alguien que respalda su trabajo técnico y político. Pero para el resto de la opinión pública, su perfil es más bien el de un acompañante invisible que se volvió demasiado visible: de estar en la sombra a caer al piso frente a las cámaras, de figurar en un comprobante de viáticos a aparecer con collarín y cabestrillo como símbolo de la opacidad legislativa.

La violencia de aquel martes dejó un saldo insólito: un legislador acusado de agresión, otro reclamando desafuero y un hombre sin curul que terminó siendo el único realmente lesionado. Emiliano González, el acompañante misterioso de Fernández Noroña, salió del anonimato de la peor manera: golpeado, vendado y convertido en la prueba viviente de cómo los huecos del sistema permiten que alguien sin cargo formal termine en el centro de la política nacional.

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