Ciudad de México, abril 26, 2024 23:40
Francisco Ortiz Pardo Opinión

EN AMORES CON LA MORENA / El sueño (im)posible del PAN

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Hoy se antoja más probable que nunca el revés histórico de esa izquierda que ha lucido desteñida desde que en 1989 se fusionó con los ex priístas. Pero paradójicamente para lograrlo, los panistas deben ir de la mano de quienes antes se los impidieron.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

La falta de cartuchos opositores para la elección presidencial del 2024, que por ahora hace improbable la derrota del partido oficial –ese que en realidad lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador–, contrasta no solo con la presencia de personajes con probabilidades reales de poner en jaque a Morena en esta ciudad enorme, caótica y llena de historia y tradición, sino con la euforia que ha desatado la más reciente encuesta de El Financiero, que pone a la cabeza a la Alianza Va por México para las elecciones a la Jefatura de Gobierno en 2024.

Pero el entusiasmo no es parejo en todos los actores y en todos los partidos políticos que conforman el bloque opositor, ese mismo que ganó por sorpresa a Morena nueve de las 16 alcaldías en el 2021 y que hoy parece consolidar sus simpatías ante la falta de carisma de la Jefa de Gobierno y la incapacidad operativa del equipo que la rodea. En realidad en Ciudad de México “sí hay tiro”.   

En la esquina en que se aglutinan panistas, priístas y perredistas parece que se tendrán que sumar los segundos y los terceros a los primeros, pues los albiazules llevan claramente la delantera en pos de la candidatura al gobierno y con ello el sueño del fin de la brega de eternidad que ni en el 2000 ni en el 2006, cuando ganaron la oportunidad de gobernar el país, les fue posible. El asunto es si será remontada la mezquindad tan característica en la política para ceder al PAN la oportunidad de probar la miel que sí saborearon por décadas los priístas, con sus conversos al PRD y luego a Morena, y cuyo resultado de gestión gubernamental se mide por la depredación ambiental, el aire irrespirable, el caos, el desarrollo urbano desordenado y corrupto, e incluso anárquico, la movilidad deficiente, la inseguridad, el abuso policiaco, el hacinamiento y la marginación, la invasión habitacional, la apropiación del espacio público, el ambulantaje, la impunidad y la falta de servicios, por omitir los que se olvidan ya por defensa del inconsciente en su dolor.

Efectivamente, al centro de las virtuales postulaciones hay tres personajes probables, uno de ellos panista militante de años a pesar de su corta edad, Santiago Taboada, alcalde de Benito Juárez, y dos mujeres adyacentes al PAN, una de ellas la ex candidata presidencial, Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, a quien Andrés López Obrador ha elegido como el ejemplo contrario a su “transformación”, esa 4T que paradójicamente es cada vez más rechazada por los capitalinos según se deduce en los resultados de las propias encuestas. La otra mujer es senadora Xóchitl Gálvez, brava y aventada, que a diferencia de Zavala ya levanta la mano y canta el “sí quiero” en la aspiración electoral, y que ha logrado una enorme presencia mediática nacional entre un número importante de hombres que por más que gritan no suenan por aburridos y poco creativos.   

Entre los promisorios números para la oposición dados a conocer en la encuesta de El Financiero (que puso de inmediato en alerta a Claudia Sheinbaum, que se apresuró este lunes a anunciar la rehabilitación de la Línea 1 del Metro, habida cuenta de las fallas y el mal manejo por las que se acusa a su gobierno de la tragedia de la Línea 12, en Tláhuac, lo que probadamente le ha costado en votos), Xóchitl Gálvez es la favorita. Seguramente ella está siendo beneficiada por el rechazo del público clasemediero a las expresiones despectivas –y hasta ofensivas– de López Obrador (y la resaca por la falta de apoyos federales a la reactivación económica tras el tan mal manejado coronavirus, sin cubrebocas y sin escrúpulos); y a la vez por su origen indígena y su estilo sencillo, dicharachero y hasta lépero, fanática del Cruz Azul, que la hacen simpática para las clases más populares, habitantes principales en los bastiones de Morena.  

Como un juego de vencidas en este juego de contrastes y polarizaciones, lo que no mata a Calderón, lo fortalece, y lo que la gente le reconoce a Calderón es veneno puro para el presidente. En las elecciones del 21, Margarita Zavala ganó ampliamente, por mayoría, en el distrito federal por el que compitió en la alcaldía Miguel Hidalgo; y hoy mismo representa a los nostálgicos, sean los decepcionados votantes del tabasqueño en 2108 o los aguerridos anti obradoristas de siempre, que ven en ella la expresión de un México que se va desvaneciendo en la medida de la paulatina destrucción de órganos autónomos, la marginación de organizaciones no gubernamentales y el desdén a las clases medias y sectores de la academia y la cultura.    

Santiago Taboada representa la precandidatura más institucional del PAN, abrigado por el grupo político liderado por el actual coordinador de los diputados federales de ese partido, Jorge Romero Herrera, que tiene mano en la capital de la República. Trae dos ases bajo sus mangas azules: El primero es que es el alcalde mejor calificado de la ciudad, de acuerdo con varias encuestas serias, entre lo que destaca la percepción baja de inseguridad, esto último también validado por el INEGI. Taboada consiguió en el 2021 una votación histórica para el PAN. Por otra parte destaca una estrategia que va tejiendo como para sorprender a quien suele pensar que tiene todas las respuestas entre el dedo índice y el pulgar con los que juguetea su pluma.

Lo primero fue un entrelineado, cuando Taboada acudió a defender a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas (a quien también se ha ubicado como cercana a Ricardo Monreal), junto con los otros tres alcaldes claramente panistas: Lía Limón, Margarita Saldaña y Mauricio Tabe, frente a la pretensión del gobierno capitalino de inhabilitarla, por gestión de la Contraloría local, bajo el argumento de que cerró de manera ilegal un gimnasio que para ella podría colapasar. Y poco después sucedió: La alcaldesa anunció, tras los elogios a Taboada, que emulará el modelo de Blindar BJ, que ha sido la mejor carta de presentación del juarense ante sus vecinos en el tema de la seguridad. La alianza del PAN institucional con la alcaldesa Cuevas supone la expansión para Taboada de un poder territorial –y de potenciales votantes— en una de las alcaldías que concentran sobrada importancia política y económica en la ciudad.

En este contexto han quedado rezagadas las aspiraciones del alcalde priísta de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, que también trae buenos números de aprobación pero que ha dejado de figurar en la UNACDMX, que es donde confluyen y se coordinan los nueve alcaldes opositores. Mucha de la posibilidad de hacer realidad el sueño hasta ahora imposible dependerá de la capacidad que tengan los propios suspirantes albiazules, y el partido mismo, de negociar y acordar con Ruvalcaba. Hoy se antoja más probable que nunca el revés histórico de esa izquierda que ha lucido desteñida desde que en 1989 se fusionó con los ex priístas. Pero paradójicamente para lograrlo, los panistas deben ir de la mano de quienes antes se los impidieron.

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