Ciudad de México, diciembre 8, 2024 13:29
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En este país es menos riesgoso ser capo que subversivo, dice la periodista Laura Castellanos; presenta libro

ADRIANA RODRÍGUEZ

La periodista Laura Castellanos quiere contar una historia a los millenials, que sepan porqué en la actualidad México vive en una época de fosas, de más de 36 mil casos de desapariciones y más de 200 mil casos de asesinatos a través del libro Crónica de un país embozado.

Es la crónica de un México devastado. En su geografía hay personas que se cubren el rostro con máscaras de nailon, pasamontañas, paliacates, capuchas, mascadas, camisetas. Los embozos exponen sin proponérselo esa devastación y son empleados –de forma ocasional o permanente– con distintos fines: confrontarse con el Estado, defender una comunidad o un territorio, proteger la propia vida u ocultarse para delinquir, reprimir, matar.

Están presentes en esta crónica las expresiones de radicalidad o de violencia popular más visibles en los últimos veinticinco años: las guerrilleras, el Ejército Zapatista, la vertiente anarquista que comete sabotajes, las autodefensas y las guardias comunitarias.

Algunas de las fuentes están en la clandestinidad y a veces la escritora tenía que esperar meses para estas entrevistas. “Uno como periodista tiene que tener mucha responsabilidad sobre la seguridad de sus fuentes porque en este país es menos riesgoso ser capo que ser que ser subversivo”.

 

“El zapatismo cumple en enero 25 años y es un movimiento emblemático, un movimiento que trastocó, lo sabemos,  las izquierdas de occidente, pero también el discurso revolucionario y también implanta la defensa del territorio”, comenta durante la presentación de su libro.

Y sostiene que si en 2001 se hubieran aprobado los Acuerdos de San Andrés, México no tendría más de 25 mil concesiones mineras por 50 años renovables a 50 años más.

“Una empresa extranjera o multinacional, puede tener la concesión por un siglo de un territorio y durante ese siglo se apropia de todo, cerca ese terreno, puede explotarlo o no a su gusto, puede utilizar tóxicos o no, aunque nos digan que hay una legislación de impacto ambiental que lo impide.”

“En este país hay comunidades desgarradas, destrozadas por mineras y ese tipo de violencia institucional es lo que yo he visto que ha ido generando fenómenos, en el caso rural, como el de las autodefensas, una multiplicación también de policías comunitarios que son distintas, tienen sus particularidades y al mismo tiempo que hay hecho permanente y vigente la lucha del zapatismo en la defensa del territorio.

El periodismo de investigación

En la presentación del libro llevada a cabo en Casa de Ediciones Era, la autora recordó lo difícil que fue que viera la luz su anterior obra, México Armado, la cual fue rechazada por dos grandes casas editoriales.

“De pronto este tipo de libros que son de historia y que trata temas contemporáneos como el de la violencia en México, pues no son fáciles periodísticamente.

Por su parte, Alejandro Jiménez, periodista y coautor de México Armado, comenta que a las empresas periodísticas les parece oneroso contratar un equipo que se dedique a investigar varios meses sin publicar diario. Sin embargo la información del día es por la que la gente no está pagando ya que se obtiene de manera gratuita.

“El periodismo de investigación se está relegando, pero se sigue haciendo. El periodismo de investigación se está yendo hacia los libros, las investigaciones freelance, hacia donde los medios no están invirtiendo.”

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