En la brega del ciudadano
El festejo a los niños en el Parque Hundido, el pasado sábado 1 de mayo, abrió una ruta –¡por fin!– de respeto de las autoridades a las iniciativas ciudadanas y, al mismo tiempo, inauguró una etapa en las relaciones de los gobiernos con los vecinos, únicos garantes –porque gobernantes van y gobernantes vienen— de la identidad comunitaria y la defensa de su patrimonio a lo largo del tiempo. Y es que ya estaba bueno de que viesen al ciudadano participativo como enemigo de los intereses políticos. En la democracia –así lo hemos decidido los mexicanos— los elegidos están obligados a atender a los gobernados antes de atenderse a sí mismos. Todavía no nos quitamos el mal sabor de boca que dejó el gobierno de Germán de la Garza en la delegación Benito Juárez, tan insensible con la gente. Pero por fortuna la nueva autoridad da visos de algo diferente (y se hace a la oportunidad de demostrar que aquellas fallas y desprecios no fueron necesariamente cosa de su partido), si bien debe quedar claro que los vecinos no están obligados a aceptar el “no se puede” y deben ser respetados en sus exigencias, muchas de ellas derivadas justamente de lo heredado por el anterior gobierno. Por eso se antoja como un hito el evento del Parque Hundido, pues autoridades de los tres niveles de gobierno dieron su apoyo, sin ningún condicionamiento político, a la iniciativa vecinal, que contó con la presencia de unas 400 personas que convivieron aún bajo el ardiente sol de medio día. No se trata de ver ese hecho como un asunto de vencidas, como suele tomarlo tal o cual autoridad como si le comieran el mandado y le restaran poder, vaya a ser que una comunidad de vecinos se le vuelva “autónoma”. Se trata de entender que no hay más remedio en una democracia que alentar el poder del ciudadano en el que se finca, si es que el día de mañana los partidos políticos no quieren lamentar el crecimiento del movimiento por el voto en blanco, que por ahora va viento en popa. Así que esta vez mucho vale un camaroncito en el mar de decepciones. Felicidades.
Cubilete
Daniele Finzi Pasca, el clown nacido en la Suiza italiana, conmovió hace años al público mexicano con su obra ‘Ícaro’. Quien la haya visto –y más quien no— debe acudir a las funciones del Cirque Éloize, grupo de quebecoas y latinoamericanos dirigidos por este genio del arte teatral. Es como el Cirque du Soleil en una escala menos comercial y aún más profunda y sencillamente cautivadora. En octubre pasado se presentó con llenos totales en el Festival Internacional Cervantino. Y ahora estará, del miércoles 5 de mayo al domingo 9, en el Teatro Metropolitan. Como se dice: No se lo pueden perder.
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¡Ya, por favor!: No más basura y pestilencia en el Parque de San Lorenzo de la colonia Tlacoquemécatl, un espacio protegido por la Ley de Salvaguarda. Y sos preguntas en una: ¿Ahora quién arreglará el parchadero provocado por las obras del Metro 12 en las banquetas de las calles interiores de la colonia Del Valle y quién cubrirá los gastos cuantiosos de la frustrada perforación de un pozo hidráulico –infamia ambiental por lo demás– en San Pedro de los Pinos?