En tiempos trumpetisticos
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Foto: especial.
La elección de Donald Trump como el actual Presidente de los Estados Unidos ha provocado toda una serie de interrogantes sobre la forma en que las democracias occidentales eligen a sus gobernantes.
POR NANCY CASTRO
MADRD. Es difícil descifrar y dar una lectura a los tiempos que estamos viviendo. Como si de un meme se tratasen las decisiones políticas del país vecino, parecen sacadas de un guion farsico, de una mente sin filtros, una cabeza que expulsa lo que piensa; un vomito mental, en pocas palabras.
El que una personalidad como la de Donald Trump sea capaz de dar cara a una potencia mundial como EEUU y que haga uso de su poder para gobernar, como dice el dicho, la culpa no es del indio sino del que lo hace compadre. ¿Qué llevó a setenta y seis punto nueve millones de votantes a elegirlo a él como presidente?
La elección de Donald Trump como el actual Presidente de los Estados Unidos ha provocado toda una serie de interrogantes sobre la forma en que las democracias occidentales eligen a sus gobernantes. Mucha gente se pregunta si cualquier persona, con suficiente dinero, puede ser capaz de llegar a ser Presidente del país más poderoso de la tierra, no importa si está o no preparada para ello, si tiene alguna experiencia en política o si goza de suficiente salud mental.
Precisamente la salud mental de Trump es lo que se ha puesto en duda desde que fue elegido Presidente por primera vez. No es que una persona con un trastorno mental no pueda realizar un trabajo de manera competente. Hay muchas personas con problemas mentales que están lo suficientemente cualificadas para llevar a cabo numerosos trabajos. Lo que se plantea es que el inquilino de la Casa Blanca pueda sufrir un trastorno que lo haga incapaz de ser competente a la hora desempeñar su papel como Presidente.
¿Qué llevó a setenta y seis punto nueve millones de votantes a elegirlo a él como presidente?“
El 26 de enero del 2017 el psicólogo John Gartner inició una recogida de firmas en la plataforma change.org (en dos meses se habían recogido más de 40.000) dirigida a los profesionales de la salud mental señalando a Trump como enfermo y que debía ser destituido por un grave trastorno mental que le hacía ser psicológicamente incapaz de cumplir adecuadamente con las obligaciones de Presidente de los Estados Unidos en ese entonces. Se hablaba de su narcisismo anteponiendo el descontrol en afirmar una serie de situaciones que ponían en riesgo a la sociedad estadounidense.
De ese análisis que hicieron especialistas en salud mental determinaron la personalidad de Trump como megalómana: la creencia de que uno mismo tiene mucha importancia sobre lo que ocurre en su entorno y que se tiene el poder y el derecho de cambiar la vida de los demás tal y como uno quiere, parte de su personalidad basada en ideas de grandeza se revela en la falta de humildad con la que ha tratado a sus rivales políticos, a pesar de que ellos tuviesen más experiencia en política y, por lo tanto, tuviesen mayor capacidad para crear pautas de acción políticas eficaces (independientemente de lo ético de estos planes).
Trump se perfila dentro de un canon racista, autoritario, prepotente, arrogante extrovertido, carente de empatía, agresivo, intolerante, misógino, fanático de sus ideas, por eso las defiende con una pasión exagerada y a veces desmedida. Este fanatismo caldo de cultivo para el conflicto entre grupos pero también entre personas, que pueden experimentar un efecto contagio. De hecho, justo después de su triunfo en 2017 se registraron en Estados Unidos episodios de enfrentamiento racial.
Su estrategia de discurso (que algunos llaman populismo), responde a una lógica oportunista, es perfecta para ganar votos de gente que históricamente se ha sentido ignorada por los políticos profesionales y que estaba esperando a alguien que presentase un discurso estridente y rupturista para depositar sus confianzas en esa fuerza emergente; asestando un duro golpe al establishment.
Desde su actual investidura, Trump, ha tomado decisiones significativas que han marcado su gobierno, incluyendo amenazas frente a territorios como Groenlandia, Panamá, Canadá, a México le ha implementado medidas de control migratorio más estrictas, entre otras decisiones. Además, ha impulsado reformas fiscales y ha hecho cambios en la regulación ambiental y petrolera, generando tanto apoyo como controversia. Los anuncios que ha hecho sobre su agenda en el transcurso de los primeros días de su mandato, dejan ver su personalidad arriba analizada.
El impuesto de los aranceles del 25% a los productos mexicanos y canadienses Invoca la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) que autoriza a un presidente en caso de declarar emergencia nacional; cabe destacar que en 2019 ya había amenazado de subir los aranceles a México y a China.
Ha comenzado a deportar a ilegales a Guantánamo, tal como prometió: “No permitiremos un vertedero de criminales ilegales”, aseguró que quiere mandar a 30.000 migrantes “indocumentados” a dicha base militar, trata de hacer pasar por criminales a quienes solamente están en una situación administrativa irregular, habla de que los millones de migrantes que están en EEUU vienen de las cárceles y los manicomios, por lo que ya entonces transmitía una imagen clara de cómo percibe a todo ese colectivo que suponen casi 11 millones de personas. Solo un 14% de la población de EEUU ha nacido en el país, es decir el resto son migrantes.
Destitución de iniciativas basadas en el género y sexo: exigirá a las agencias en trámites oficiales tratar a los hombres y mujeres biológicos como sexos separados, dejar de promover la “ideología de género”. La anulación de las mujeres trans en su participación en deportes. La toma de control de franja de Gaza a largo plazo y que llevará a cabo la reurbanización construyendo nuevas viviendas, después de reasentar a los palestinos en otros lugares, afirmando que los gazaties “Aman la idea de que EEUU posea esa parte” Limpieza étnica ha sido el plan de Israel, Trump se apropia del proyecto precedido por su yerno Jared Kushner para reconstruir “La Riviera de Oriente”, hacer un resort para los ricos del mundo, un destino turístico, asentado en los miles de muertos, jugar golf sobre los muertos, tomar el sol sobre los muertos.
Tomando en cuenta todo lo que ha dicho hasta el momento y mostrando que en el mandato anterior, algunas sólo se quedaron en diatribas, ¿qué llevará acabo? ¿O solo será parte de un entretenimiento?; porque hasta sus dotes histriónicas las ha demostrado en películas y series como El Príncipe del rap, pasando por Mi pobre Angelito, Sex and City, La niñera o Pequeños traviesos, hasta Saturday Night. Este es un bonito día para reflexionar lo siguiente ¿Estaremos listos para soportar esta vez la comedia satírica, jactanciosa, de este insigne histrión?