Ciudad de México, julio 26, 2024 18:17
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La abultada agenda de problemas de Romero parecerá más pesada luego de lo que dio a conocer ‘Libre en el Sur’: Salvador Camarena

Acusado de ser un “moderno Alzati” –en referencia a Fausto Alzati, secretario de Educación Pública del gobierno de Ernesto Zedillo que tuvo que renunciar al descubrirse que no tenía el grado de doctor que ostentaba- Jorge Romero Herrera, jefe delegacional electo de Benito Juárez, “tendrá que explicar por qué firmaba, como funcionario de la propia delegación Benito Juárez, documentos ostentándose como licenciado cuando en realidad no ha concluido su titulación en la Escuela Libre de Derecho”, escribe el periodista Salvador Camarena en su columna Tronera, publicada en el sitio de Internet www.sinembargo.mx y titulada Los enredos del Delegado electo. Y dice que “la abultada agenda de problemas de Romero parecerá más pesada luego de lo que dio a conocer ayer Libre en el Sur“. Este es el texto íntegro del también conductor de la tercera emisión de Hoy por Hoy en W Radio:

Salvador Camarena

¿Hacerse pasar por licenciado cuando no se tiene el grado es grave? Depende. Alguien podrá decir que cualquiera comete un error y firma sin apenas darse cuenta un papel en donde a uno lo acreditan con un título que no posee. Pero si ese alguien ha sido funcionario público y legislador, y si además durante años ha cargado con señalamientos y reproches de supuesto manejo faccioso del partido que para acabarla de amolar tuvo un pésimo desempeño en las más recientes elecciones, si todo eso se conjunta la cosa puede cambiar. Algo así le está ocurriendo al panista Jorge Romero Herrera.

El 1 de julio, Romero pudo retener por apenas unos cientos de votos una de las posiciones emblemáticas del PAN no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país. El joven panista de 33 años de edad ganó la Delegación Benito Juárez, una de las pocas alegrías del blanquiazul en el Distrito Federal en el proceso electoral pasado. El triunfo de Romero fue apretado y ha sido impugnado por el Movimiento Progresista. El reclamo ha pasado ya al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Sin embargo, ese no es el único dolor de cabeza de Romero, quien también fue asambleísta (2006-2009). El panista tendrá que explicar por qué firmaba, como funcionario de la propia delegación Benito Juárez, documentos ostentándose como licenciado cuando en realidad no ha concluido su titulación en la Escuela Libre de Derecho.

Editada por Francisco Ortiz Pinchetti y Francisco Ortiz Pardo, Libre en el Sur es una publicación mensual que aborda desde hace nueve años la problemática de algunos centros poblacionales de la capital, como son las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán y Álvaro Obregón. Esa es la zona principal, pero no exclusiva, de influencia de Libre en el Sur, pues la cobertura periodística se extiende a otros ámbitos cuando la dinámica noticiosa local así se los pide. Durante la pasada campaña electoral, Libre en el Sur dio cuenta de que Romero se ostentaba como egresado de la carrera de Derecho cuando no era así. La publicación y el ex candidato se enfrascaron en una discusión semántica, pues la primera alegó que en el registro de egresados de la Libre de Derecho no aparece Romero, dado que esa institución sólo incluye en ese listado a los que han obtenido el grado. El panista alegó que había concluido sus estudios, que por tanto era egresado de la carrera, pero el político terminaría reconociendo en un programa de televisión que no tenía el título. Hasta ahí, todo normal para una campaña electoral.

Pero la abultada agenda de problemas de Romero parecerá más pesada luego de lo que dio a conocer ayer Libre en el Sur. Con un oficio obtenido por medio de una solicitud de información, la publicación reveló un documento firmado por el “Lic. Jorge Romero Herrera, Director General de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales” (www.libreenelsur.mx). Libre en el Sur expone que al firmar como licenciado sin serlo Romero puede incluso haber cometido una grave falta a la ley. La revelación es de lo más inoportuno para uno de los personajes que es señalado como responsable de la debacle del PAN capitalino.

Si algo quedó claro en el pasado Consejo Nacional del PAN, es que hubo panistas que acusaron a sus compañeros de conductas que solían ser ajenas a la mística de ese partido: con videos y audios de dudosa procedencia, en esa reunión del 11 de agosto se lanzaron calificativos de corrupción (señalamiento que alcanzó a Josefina Vázquez Mota), denuncias de manipulación del padrón electoral con uso de recursos de programas oficiales y hasta de acusaciones de alcoholismo para un reconocido panista duranguense. Asimismo, fueron reiteradas las peticiones para que se analizaran los motivos de los malos resultados del Partido Acción Nacional en la capital.

Romero es considerado, junto con Mariana Gómez del Campo, como uno de los autores de la crisis del blanquiazul en la capital. Por si fuera poco, el propio triunfo de Romero no es todo lo sólido que él quisiera, ya que enfrenta la impugnación de la izquierda, que busca el recuento electoral luego de perder con menos del 0.2% esa delegación. Además, en la Benito Juárez se le ve como el poder detrás del delegado Mario Palacios, un personaje de gris actuación que está a punto de concluir su periodo. Y de llegar a la Benito Juárez, Romero tendrá el reto de borrar la imagen de indolencia que en este trienio se han ganado las autoridades de esta demarcación, en la cual fungió oficialmente como número dos. Si todo eso no fuera suficiente, ahora carga con la acusación de ser un moderno Alzati. Un coctel nada envidiable para el joven Romero. (Tomado de www.sinembargo.mx)

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