La ciudad y los baches
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Baches por todas partes. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro
Tal parece que no hay alcaldía que no adolezca de este problema. Desde Polanco hasta Coyoacán, de la Roma a la Del Valle, nombre usted la colonia que guste y todas tienen calles con hoyos.
POR ERNESTO LEE
La Ciudad de México, como muchas otras a lo largo y ancho del país, se encuentra llena de baches. “Bache: hoyo o desigualdad en el pavimento de calles, carreteras o caminos”, define la Real Academia Española. Seguramente la RAE no se imagina las proporciones que su número y dimensiones pueden cobrar en otras latitudes.
De las carreteras solo diré que es tal el problema, que el gobierno federal ha lanzado, en los primeros días de la nueva administración, un programa emergente llamado “Bachetón”, para restaurar más de 44 mil 500 kilómetros de carreteras de todo el país, con un costo de nada más ni nada menos que de ¡4 mil millones de pesos!
Pero quiero referirme a la situación de la Ciudad de México, porque tal parece que no hay alcaldía que no adolezca de este problema. Desde Polanco hasta Coyoacán, de la Roma a la Del Valle, nombre usted la colonia que guste y todas tienen calles con hoyos, unas con más, otras con menos, pero ninguna escapa. Un amigo me dijo: “los baches parecen seres orgánicos: nacen, crecen y se reproducen”, y le concedo toda la razón.
Los que circulamos por las mismas calles y avenidas cotidianamente los vamos conociendo; nos familiarizamos con ellos a tal punto que podemos esquivar la mayoría. Identificamos a un vecino o visitante frecuente de la colonia porque cuando circula se anticipa para evitar caer en ese bache que ya conoce. También están los baches traicioneros, los que se desarrollan después de un tope y que es imposible ver. Son los que más víctimas cobran.
En la Alcaldía Benito Juárez, en las colonias Insurgentes Mixcoac, Nochebuena, Extremadura Insurgentes, Actipan, por mencionar algunas, las autoridades tenían (casualmente durante del periodo de las pasadas campañas electorales), un programa que anunciaba en grandes mantas colocadas en algunas esquinas: “No más baches en tu calle”. Las mantas siguen ahí y los baches también.
Algunas calles fueron repavimentadas, sin previo aviso para los que por ahí circulan, por supuesto, y bajo una lógica de la programación del bacheo (si es que la hay), totalmente incomprensible. Hoy bachean un tramo de una calle y meses después lo hacen en la calle transversal, pero que se encuentra a cuatro o cinco cuadras más adelante. El programa de bacheo de la Alcaldía Benito Juárez se vuelve un misterio insondable.
En verdad, ¿es mucho pedirles a las autoridades que la ciudad esté limpia? ¿Que nuestras calles no tengan baches? ¿Que el alumbrado público funcione? ¿Qué podemos esperar si ni siquiera eso podemos tener?