Ciudad de México, octubre 8, 2025 16:35
Medios y Periodistas

Muere Carlos Ferreyra, referente del periodismo mexicano

Prolífico y maestro de generaciones, colaboró con sus relatos en ‘Libre en el Sur’

Un periodista de la vieja guardia que hizo de la memoria un ejercicio de vida y de oficio.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

Carlos Ferreyra Carrasco, uno de los periodistas más memoriosos y singulares de México, murió a los 85 años, dejando tras de sí una vida entera dedicada a la palabra y al relato preciso de la realidad. Nacido en Morelia, Michoacán, hacia 1937-1938, Ferreyra perteneció a una generación de reporteros que hicieron del oficio una forma de entender el país: con calle, con mirada crítica y con un oído atento a las historias que otros no sabían contar.

En julio de 2023, tras la muerte de su esposa María Magdalena “Male” Hernández —su compañera durante más de seis décadas—, escribió con franqueza sobre la soledad y el deterioro físico que enfrentaba: la vista y el oído cada vez más limitados, la movilidad reducida, el cansancio emocional. En ese momento confesó también su último deseo: ser incinerado y que sus cenizas se mezclaran para sembrar un árbol en el jardín de su casa. “Quiero que algo siga vivo de mí, aunque sea un árbol que dé sombra”, dijo entonces, en un gesto íntimo y cargado de simbolismo para quien entendía la memoria como raíz y continuidad.

Ferreyra fue corresponsal de la agencia latinoamericana Prensa Latina y, durante su trayectoria, vivió episodios que marcaron el periodismo mexicano: desde las tensiones de la Guerra Fría hasta las disputas políticas que lo llevaron a ser señalado —según él mismo narró— de espionaje por su cercanía con temas incómodos para el poder. También ocupó puestos editoriales como la dirección de Milenio Semanal y mantuvo una voz crítica y lúcida en espacios como El Universal y otros medios, que reconocieron su capacidad para contextualizar la historia y transmitirla con claridad.

Su familia informó a través de Facebook: “Con mucho dolor les queremos compartir que Carlos Ferreyra Carrasco falleció hoy 8 de octubre de 2025. Para los que gusten acompañarnos a su velorio estaremos en Gayosso de Santa Fe a partir de las 10 de la mañana del día Jueves 9 de octubre”.

De Excélsior a la crónica de la vida mexicana

Su carrera comenzó muy joven. En entrevistas para Radio Educación relató cómo sus primeros pasos fueron en el diario Excélsior, donde aprendió el rigor de la crónica y el pulso de la noticia. Ya en 1976 aparece registrado como reportero de Últimas Noticias, parte del histórico complejo editorial de ese periódico, cuando el periodismo impreso vivía su época más combativa y se debatían libertades dentro de las redacciones. Con el tiempo se convirtió en un reportero capaz de cruzar fronteras entre la noticia dura y el relato profundo, que podía narrar una protesta, un cambio político o la vida cotidiana sin perder el pulso literario.

Ferreyra era un hombre de letras en el sentido más amplio: un narrador de recuerdos, un periodista que hacía literatura desde la experiencia. En sus últimos años encontró un espacio entrañable en la revista digital Libre en el Sur, donde compartió relatos que parecían cuentos pero que nacían de sus memorias, sobre todo de lo vivido en su natal Michoacán. Con una prosa extraordinaria y un ritmo narrativo que mezclaba observación aguda y nostalgia, convirtió la experiencia de una vida en crónica viva para nuevas generaciones.

Era prolífico como pocos, capaz de mantener la escritura constante incluso cuando la edad y los problemas de salud limitaron su movilidad, su vista y su audición. El gremio periodístico le reconoció como un cronista nato y un maestro para generaciones más jóvenes. Diversos colegas destacaron su capacidad para recordar, contextualizar y contar anécdotas que explicaban el México del siglo XX. Sitios como Latitud Megalópolis y Porcierto han celebrado su “memoria privilegiada”, mientras El Universal y otros medios le dieron espacio para compartir su visión crítica y lúcida del país, incluso en años recientes.

Para quienes hacemos periodismo fue un honor contar con sus textos generosos en Libre en el Sur: piezas que parecían cuentos pero guardaban la verdad íntima de un país y la mirada de un reportero que nunca dejó de contar. Su legado es el de un periodista de la vieja guardia que supo adaptarse al mundo digital sin perder autenticidad y que dejó un ejemplo de pasión inagotable por narrar la vida.

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