REPORTAJE: Drogadependientes callejeros
Destacó que en el año 2000 el crack bajó considerablemente de precio, se podían conseguir dosis hasta en 10 pesos y la población comenzó a consumir esa sustancia, el mercado establece sus pautas de consumo y por eso ellos llegan a los inhalantes”, dijo el director de la organización “El Caracol”.
José está sentado en las orillas de Teatro Blanquita cuando relata que es hijo de un policía judicial federal, que a los 10 años de edad le permitió fumarse un cigarrillo, hoy tiene 67 y no ha dejado de fumar.
Así habla José Antonio, diferente a la forma en la que se expresa un consumidor callejero inhalando solvente en pedacitos de papel de baño y su alucinada versión de cosas probablemente ciertas.
Al otro lado de la ciudad, Jonatan de 20 años de edad, dice que salió a los 16 a las calles, “por unas broncas en la casa y mucho pedo con la familia, llegué a este lugar porque hay gente que no me dice nada y hasta me echa aguas si viene la tira o algo”.
De vuelta con José Antonio, a quien le falta una pierna, dice que para él lo importante es hablar correctamente y no expresarse con malas palabras.
Una de las principales complicaciones con el tema del consumo de drogas y solvente, de la población callejera es el desconocimiento al respecto de la sobredosis, ya que una de las consecuencias es que el cuerpo pierde potasio y crea una patología llamada hipocalemia.
“Lo que hace falta es que sean atendidos desde un sistema de prevención, los protocolos de atención y espacios médicos especializados en toxicología son los mejores para estos casos, porque los inhalantes se han vuelto una droga de moda”, concluyó Enrique Hernández.