Ciudad de México, abril 18, 2024 07:39
Nancy Castro Opinión

Un bosque para los libros

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

El biblio bosque es un proyecto noble y amoroso, es una manera de regresar los libros a su origen fundamental, los árboles.

POR NANCY CASTRO.
Para llegar al Bibliobosque del narrador oral Pep Durán, hay que ir al Montseny, un parque natural que se encuentra a una hora de la ciudad de Barcelona. Los encuentros surgen de boca en boca de gente que gusta del senderismo y las letras.

Un camino de terracería que se abre entre lianas, árboles de diferentes especies, naturaleza corpulenta y abundante. Un letrero de madera indica que próximamente te encontrarás con el Bibliobosque , una bliblioteca en el bosque, un bosque de historias impresas, narradas, palabras aladas que se pierden entre ecos, regresan para internarse muy profundo y hacer de la experiencia un viaje al interior como pocos.

El bosque es lugar propicio para una experiencia inmersiva en el mundo de las palabras. En el bosque de las palabras, Pep es su guardián.

Henrique David Thoreau, filósofo ambientalista, (Concord 1817- 1867) se deshizo de la vida urbana, construyó su casa en la Laguna de Walden, volvió a la esencia humana y en ella encontró lo social y lo emocional. El bosque, el universo, el respeto por la ley natural. 
Los senderistas le adoran, los ecologistas también.

“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente sólo para hacer frente a los hechos esenciales de la vida, y ver si no podía aprender lo que tenía que enseñar, y no descubrir al morir que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida”, escribió. “Ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y libar toda la médula de la vida, vivir tan fuerte y espartano como para prescindir de todo lo que no era vida…”

Después de mucho recorrer, el ser humano siempre encuentra su hábitat y entonces la vida se torna sabia, certera y ligera.

El bibliobosque es un proyecto noble y amoroso, es una manera de regresar los libros a su origen fundamental, los árboles. Pep como guía, va sugiriendo caminos, caminos llanos, caminos salvajes que se descubren por la ruta trazada de las historias; dependiendo la personalidad del grupo te lleva por circuitos temáticos: poesía, filosofía, viajes, narrativa, cuentos, brujas. Va abriendo buzones metálicos en su haber 172, donde se encuentran libros resguardados con una funda de plástico, pues el agua es un gran enemigo.

Hay caminos de los que necesitas cuerdas para bajar o para delimitar. Si el tiempo es aliado y la condición física te lo permite puedes bajar hasta donde sea posible “ a encontrarte con tu sombra, el que está listo baja, cada cual llega a donde sugiere sus propios límites” dice Pep, con esa sonrisa jovial que lo caracteriza. Porque este es un gran viaje de auto conocimiento.

Desde el confinamiento, Pep, se ha dado a la tarea de limpiar y diseñar caminos, ampliar escenarios donde cuenta cuentos. Este proyecto tiene una extensión de 4 hectáreas que resguarda más de 300 libros, los más delicados están a cubierto en 3 casetas de madera que también sirven de almacén.

Pep Duran, es un Trajinante de Cuentos cuando sale a contar lleva maletas viejas con libros, viaja con ellas y acompaña a su público al que vincula con su experiencia propia, palabras que se hilvanan en la fina tela de los recuerdos, despertando estados de ánimo, emociones, metáforas que iluminan el recorrido que sugiere el encuentro con uno mismo, esta es la presencia de un guardián que desde hace más de seis años comenzó a labrar el camino del “ Bibliobosque”.

Él se asume como un librero. Por allá de la década de los 70, en su pueblo natal Mataró, provincia de Barcelona, abrió Rovafalles la librería que le abrió las puertas a la oralidad, “Contaba cuentos para vender libros”. Así nace el animador a la lectura, el narrador, El Trajinante de cuentos. “Empecé a contar cuentos el día que ETA mató a Carrero Blanco”. (Sucesor de Franco en el poder) el asesinato del que fuera Presidente de España por tan sólo seis meses de junio a diciembre de 1973 causó en la sociedad española un ataque directo al franquismo y la debacle del estado fascista.

La vida sugiere cambios, cambios que se quedan en la memoria colectiva y para ello hay que dar fe y nota. Cuarenta y nueve años después Pep comparte sus historias de mano de los libros, son para él tesoros que lo han colmado de riqueza. Abre los cofres “En el fondo yo quería ser feliz, yo creía que los ricos eran felices, por lo tanto si tenía tesoros sería rico y sería a feliz, luego me di cuenta que así no va la cosa, es mucho más complicado. Cuando abro los cofres cuento el proceso de cómo me hice pirata. En el fondo quedé enamorado de los tesoros que hay en los libros por eso me hice librero, entonces descubro que los libros son aquellos que me permiten conectarme con mi verdad, y cuál es mi verdad, lo que me logra conectar con mis emociones”.

La narración oral como vínculo de comunicación, comienza con la mirada y se profundiza con la empatía y escucha. Más allá de ser planteada como un entretenimiento la acción escénica representa un acto de identificación, como espectador me identifico a través de lo que me están contando. Y en eso Pep es especialista, acompaña y utiliza la palabra como llave, usa metáforas que se sincronizan con el uso de objetos que saca de cajas.

El bosque es lugar propicio para una experiencia inmersiva en el mundo de las palabras. En el bosque de las palabras, Pep es su guardián.

El recorrido por el Bibliobosque en tiempo es muy variable de 2 a 3 horas. En los solares o espacios más planos hay taburetes de tronco de madera, Pep saca algún libro de cualquiera de los buzones cercanos y te cuenta un cuento, el nuestro fue “La noche en que las letras se liberaron” un cuento escrito por el mismo Pep, editado por Magenta Editorial, ilustrado por Carme Solé. Una fantástica historia que rescata el lado creativo de las catástrofes, con esa seducción al oído, continuamos por un camino angosto hasta llegar a otro pequeñito escenario con una hamaca colgada, ahí nos contó “ El aniversario” de Miquel Martí Pol, ilustrado por Carme Solé editado por Rosa Sensat, colección Mars.

A algunas ramas prominentes, troncos rotos o piedras encalladas les corresponde remarcar sus atributos ya sea que tenga cara de zorro, dragón, o cualquier otro personaje, o cuerpo de mujer.

Composiciones con el entorno natural que el mismo Pep ha
descubierto, otra de ellas es” la piedra de las preguntas”. Una piedra con una cubierta de musgo que sugiere letras, figuras. Pregúntale a la piedra y a donde te lleve la mirada encontrarás la respuesta.

El bosque está plagado de personajes, “sólo hay que dejarlos vivir” como los personajes de los libros, que nos permiten vivir a través de sus historias.

Para concluir el recorrido nos adentramos en el árbol de castaño más viejo y robusto que va perdiendo vida pero no por ello deja de ser, dentro guarda la memoria de su origen, hueco por dentro y por fuera revestido de cortezas gruesas. Estar dentro es como regresar al útero, oportunidad que no se debe dejar pasar. Pareciera más tosco de lo que es, pero trepar el tronco tiene su propia lógica, sólo es cuestión de saberlo leer, dar un paso arriba con la ayuda de alguna rama próxima , agarrarse para impulsarse y abrazarse a él girar y de pronto ya estás ahí, ese momento es el epígrafe, el culmen de la experiencia. Salir del útero supone un renacer.

Cuesta arriba nos esperaría en casa Paloma Sánchez Ibarzabal, pareja de Pep, escritora Infantil y juvenil; con los preparativos para una paella mar y montaña con mejillones, butifarra, langostinos, vino y postre. Una experiencia completa.
¡Larga vida al Bibliobosque!.

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