Ciudad de México, diciembre 26, 2024 15:26
Laura Ballesteros Opinión

El desamparo como política ambiental

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

‘La agenda ambiental es uno más de esos asuntos en los que el gobierno decidió traicionar a quienes lo apoyaron y desamparar a los más vulnerables’.

POR LAURA BALLESTEROS MANCILLA *

Este gobierno ya no lo puede ocultar: en materia ambiental, decidieron desamparar a la ciudadanía ante la inminente catastrofe ambiental que se nos avecina. Es más, pienso que ya no es arriesgado decir que, de hecho, nunca quisieron ocultarlo.

Optaron por ignorar la necesidad apremiante de millones de personas. Aunque el Índice de Riesgo Mundial de Desastres Naturales señala que México ocupa el puesto 14 dentro de los países con más riesgo de sufrir desastres naturales, los pocos recursos disponibles para atender contingencias de esta índole desaparecieron por designio y a discreción del gobierno.

En efecto, no olvidemos que entre los fideicomisos que desaparecieron por decreto del Gobierno de México se encontraba el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que a pesar de no estar diseñado para prevenir o aminorar el impacto del cambio climático, era una herramienta que brindaba recursos valiosos para las personas afectadas por desastres naturales.

Ahora, ¿qué se hizo con estos recursos? No solamente con los del Fonden, sino en general con los fondos disponibles para el medio ambiente.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) documentó que en el Presupuesto de Egresos para 2024 el Gobierno de México propuso destinar el 70% de los recursos del Anexo 16 (que están etiquetados para utilizarse en acciones de mitigación y adaptación al cambio climático) a proyectos como el Tren Maya, Sembrando Vida e infraestructura para transporte de gas fósil.

Además de la valiosa labor de documentación que realizan instituciones como el CEMDA, ahora ya contamos con la información y los datos necesarios para certificar que los intereses del gobierno en materia ambiental van por una ruta bien distinta a la de la prevención y el cuidado de las personas más expuestas a los efectos del cambio climático.

Vale la pena revisar, aunque sea de manera sucinta, dónde están los intereses del gobierno en materia ambiental.

Un tren sobre la selva

Cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia indican que las obras del Tren Maya han deforestado más de 130,000 hectáreas de selva tropical, sin ningún plan de acción de reforestación o contención ambiental efectivo.

Para que nos demos una idea, el Bosque de Chapultepec cabría 160 veces en el área deforestada para que pasara el tren del gobierno federal. 

Sembrando Vida, cosechando prebendas

De acuerdo con Yuri Peña Ramírez, investigador del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), el programa Sembrando Vida se convirtió, en la práctica, en “un programa de prebendas y de clientelismo social”, con consecuencias muy diferentes a las que pregonó el gobierno.

La dinámica que propició la mala planeación de este programa es que en lugar de incentivar la reforestación, los productores y dueños de la tierra comenzaron a cortar árboles indiscriminadamente. Esto, por supuesto, con el objetivo de solicitar los subsidios que ofrece la Secretaría del Bienestar.

Por eso no es de extrañarse que, en lo que va de este sexenio, se perdieran al menos 70 mil hectáreas de masa forestal natural.

Infraestructura gris

La pregunta que resulta de todo esto es: ¿por qué este gobierno que se dice de izquierda optó por no aprovechar la oportunidad de proteger a las personas más vulnerables de la catástrofe ambiental que se aproxima?

Por un Acuerdo Verde Ya

En mi papel de funcionaria pública, por supuesto me importa lo que suceda con la administración de los bienes y los recursos del país, los debidos procedimientos, la transparencia, y por supuesto la rendición de cuenta. Pero, a nivel personal, como mamá y como ser humano, la displicencia de quienes nos gobiernan y tienen en sus manos la oportunidad de prevenir una hecatombe me preocupa, y bastante.

Actualmente, trabajamos de la mano con especialistas y sociedad civil para generar un fondo ante la emergencia climática. El objetivo es lograr lo que llamamos un Acuerdo Verde Ya, en el que toda la sociedad participe en los costos de la crisis climática, que sea la ciudadanía con su ejemplo de solidaridad y organización quien muestre al Gobierno cómo se deben hacer las cosas.

En suma, se trata de una iniciativa para un Fondo de Crisis Climática y Desastres Naturales, que contempla la obligación de destinar el 1% del PEF a atender estas tareas, así como la obligación de financiarlo mediante los impuestos previstos en la Ley de Ingresos y otras leyes fiscales.

La agenda ambiental es uno más de esos asuntos en los que el gobierno decidió traicionar a quienes lo apoyaron y desamparar a los más vulnerables. Afortunadamente, somos mucho más que gobierno y Estado: nosotras y nosotros tenemos que aprovechar la oportunidad de corregir el rumbo en materia ambiental.

*Laura Ballesteros es mamá de Emilio y Senadora de la República. Le gusta andar en bici, pasear en el Bosque de Chapultepec y defender el medio ambiente.

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