Ciudad de México, mayo 29, 2025 09:06
Nancy Castro Opinión

Redes sociales: sobredosis de realidad

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

“En una época adicta a la sobredosis de ‘realidad’, el espectador siempre busca más, pues la experiencia extrema de mirar un asesinato termina por insensibilizarlo y, por consiguiente, deshumanizarlo…”

POR MANCY CASTRO

MADRID. Hoy en día las redes sociales son el sitio por el cual nos informamos. En ellas se comparte todo tipo de contenido, desde fotografía hasta vídeos, muchos de ellos manipulados por la IA.

Ver actos violentos es el pan nuestro de todo los días. Al scrollear por las redes hay tantas  imágenes  pertenecientes al género del horror, alimentando violencia, morbo o gusto de la audiencia que hay creadores de contenido que se dedican exclusivamente a subir ese tipo de información y de ahí se departe, se discute, se opina, la gente se posiciona. Una de las consecuencias de las redes es que la opinión en muchos de los casos, puede generar odio masificado.

Cuando se denuncia un hecho violento y se comparte una fotografía o vídeo para demostrarlo, hay  reacciones de todo tipo a estos mensajes: muchas personas se horrorizan por la noticia, otras piden justicia y etiquetan a alguna autoridad responsable. Mientras tanto la fotografía o el vídeo ya se hizo viral gracias a que exacerban nuestras emociones y nos hacen interactuar con la publicación. Anteriormente, la producción de estas imágenes o secuencias que documentan la violencia estaban restringidas, mayormente, al periodismo. En la actualidad, con la masificación de los teléfonos, la violencia sin filtros no sólo se comparte profusamente en internet, sino que muchas veces se produce como acto de propaganda.

Una de las consecuencias de las redes es que la opinión en muchos de los casos, puede generar odio masificado…”

En la comodidad de casa, en la sala VIP, el algoritmo arroja contenido al gusto, entretenimiento a prueba de las emociones más trepidantes, porque en estos tiempos en los que se obtiene  popularidad a costa de lo que sea, la violencia grabada en los dispositivos se ha convertido en una suerte de performance cuyo único fin es obtener seguidores en redes sociales y, sobre todo, en foros clandestinos.

En una época adicta a la sobredosis de “realidad”, el espectador siempre busca más, pues la experiencia extrema de mirar un asesinato termina por insensibilizarlo y, por consiguiente, deshumanizarlo. La crueldad parece estar de moda,  esgrimiendo una supuesta “libertad de expresión”, contribuyen a moldear una cultura que abomina  la empatía para disfrutar, atrás de los límites seguros de una pantalla,  encuentras la desgracia del otro. Parecería, también, que hemos actualizado –por medio de la tecnología– las exhibiciones brutales del pasado, en las que el morbo reunía a la gente para contemplar de cerca  torturas, ejecuciones públicas y vejación de cuerpos sin vida. Francisco González Crussi describe en su ensayo “La faz visible de la muerte” el espectáculo que era, a finales del siglo XIX, la morgue municipal atrás de la Catedral de Notre Dame, en París. Cualquier ciudadano –incluso turistas que incluían en su tour una parada en la morgue– se deleitaban con la exhibición de cadáveres no reclamados y expuestos para que alguien los identificara. Las burlas eran comunes a pesar de que el cuerpo fuera el de algún vecino.

Ahora la plaza pública es la pantalla portátil que cada uno trae consigo, una ventana a la realidad-horror convertida en espectáculo, como la transmisión en tiempo real de ejecuciones hechas por drones o el bombardeo por parte del ejército israelí a un campo de refugiados, compartido sin ningún pudor por los agresores, pues gozan de impunidad.

Los asesinatos ya son  Instagrameables, suceden en directo y a plena luz del día.

Mientras la influencer Valeria Márquez hacía un en vivo con sus seguidores esperando un paquete que le llegaría a su centro de estética, en la transmisión comienzan a hacerle todo tipo de preguntas. Desde cuestiones de su negocio, hasta preguntarle si es que se va a quedar toda la tarde en el local o se va a ir. Valeria les responde a cada uno. “No, no, ya en un ratito me voy”, dice. Pero no puede dejar de pensar en el misterioso paquete y le pregunta de nuevo a su empleada si no será que, en realidad, iban a “levantarla”: “A lo mejor me iban a matar… ¿Me iban a levantar o qué? Me quedé preocupada…”, dice Márquez, visiblemente consternada, minutos después, se escucha que llega un mensajero, le entrega una cerda de peluche, una bebida y acto seguido recibe un disparo en el torso y otro en la cabeza. Es un caso excepcional por haberse transmitido en vivo en las redes sociales, pero la violencia que enmarca su asesinato recuerda el número de mujeres y niñas que diariamente son asesinadas en México.

Grpáfico: especial.

El caso de Valeria Márquez, ha sido material para todo tipo de especulaciones y carne fresca para el morbo de muchos medios de comunicación y usuarios de redes sociales.

Jalisco, el Estado donde hace solo dos meses, colectivos de madres buscadoras realizaron uno de los hallazgos más estremecedores de los últimos tiempos en México, el Rancho Izaguirre en Teuchitlan, encabeza el tercer estado del país con más feminicidios desde enero a marzo.

El vídeo en el que Valeria Márquez es asesinada, intrínsecamente da por hecho que si se postea, habrá un like o no, un hater o un follower, el asesinato queda en exhibición y al juicio de todos los espectadores, se saben las causas, se habla de ellas, porque  las redes nos muestran la misma cara de la moneda, es el pago por un estilo de vida de aparente lujo,  no se puede vivir sin dar nada a cambio.

Posteo, like, hater. Si de algo hay que morir, mejor que sea de varias cosas y no de una. Si algo revela la muerte es la forma como vivimos Y aún así no hay par más contradictorio que la vida-muerte. Es la misma cara de la moneda. Las contradicciones son otras, son interiores y no nos animamos a decirlas personalmente aunque en las redes sociales  ya todo es susceptible de transmitirse.

Compartir

comentarios

Artículos relacionadas