Gobierno que criminaliza
Uno de los indicadores que se utilizan para medir el grado de libertad de los ciudadanos es atender a los motivos por los cuales éstos pueden ser encarcelados. Entre menos sean los motivos estaremos ante un Estado respetuoso de las libertades; por el contrario, entre más fácil sea ir a parar a prisión más represiva será esa autoridad.
Las autoridades del Gobierno del Distrito Federal han mostrado una gran ineficiencia para prevenir el delito y para presentar a los delincuentes ante los jueces, propiciando impunidad que, a su vez, incide en el crecimiento acelerado de delitos de alto impacto como el narcomenudeo o trata de personas.
No obstante esos resultados, y en lugar de que la autoridad se concentre en alcanzar índices internacionales de seguridad pública y procuración de justicia, observamos que la tendencia, el ánimo de los legisladores locales y del Jefe de Gobierno, es criminalizar conductas que sólo en el Distrito Federal constituyen delito.
No tener dinero para pagar el mantenimiento de las áreas comunes de un condominio, según la propuesta del Gobierno de la Ciudad, tendrá como consecuencia llevar a la cárcel al moroso. No importa si no se tiene empleo, si se tienen otros gastos apremiantes. No importa si existen otras medidas menos restrictivas para hacer cumplir las obligaciones condominales. No. Lo que quiere el gobierno local es llevar a la cárcel (seguramente junto con los detenidos del alcoholímetro) a quien no puede pagar.
Es decir que si usted tiene una tiendita o pequeño establecimiento, o es dueño de un gran almacén, y quiere poner un anuncio en su fachada, ofertando algún producto o información de algún descuento o promoción, usted podrá ir a la cárcel por “delitos contra la regulación urbana”. Peor aún, si usted es transportista o gruyero y lo contratan para trasladar estructuras de un anuncio publicitario, usted también comete un delito.
Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que la mayoría de los regímenes que se dicen de izquierda tienden a limitar las libertades fundamentales: China, Venezuela, Cuba, Corea del Norte, son sólo algunos ejemplos.
Es riesgoso observar la incesante tendencia de los gobiernos perredistas de la Ciudad para restringir cada vez más las libertades fundamentales, lavándose la cara con agendas que atienden a sectores específicos, que si bien son liberales (las agendas) también son una fachada para las limitaciones de derechos: Por un lado benefician a personas que buscan casarse con otras de su mismo sexo, pero por el otro anulan la defensa de los ciudadanos en el desarrollo urbano de sus colonias.
Los legisladores locales de oposición deben ser más puntuales en la defensa de la Ciudad y de los ciudadanos, entendiendo esa defensa como el mejoramiento de sus condiciones de vida y del ejercicio de sus libertades fundamentales, no necesariamente como la conformación de comisiones para pedir más dinero del presupuesto federal a la Cámara de Diputados.