Ciudad de México, octubre 8, 2024 21:11
Política Reporte especial

Con AMLO, fracaso sin precedentes en este siglo: Aumentan de 20 a 50 millones las personas con carencias en salud

2.7 millones de familias se arruinan cada año por pagar la salud

Coinciden en diagnóstico trágico Coneval, INSP, INEGI y ‘The Lancet’

Se dispara por enfermedades e incapacidad gubernamental el gasto catastrófico de mexicanos. “Hay insensibilidad”, acusan expertos.

Urge un sistema integral de acceso universal y gratuito, plantea Coneval. Hacen falta incentivos a la salud preventiva y mejorar la atención primaria y a menores de edad.

STAFF / LIBRE EN EL SUR

El dato es escandaloso y confirma un fracaso: Alrededor de 30 millones de mexicanos han perdido con Andrés Manuel López Obrador los beneficios en salud con los que contaban antes de que llegara el tabasqueño al poder.  

Las mediciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) no dejan lugar a dudas. Las personas que presentaron carencia por acceso a los servicios de salud pasaron de 16.2 a 39.1 por ciento entre 2018 y 2022; es decir, de 20.1 a 50.4 millones de personas en esta situación, respectivamente.

Ello, aún cuando en las Estimaciones de Pobreza Multidimensional 2022, dados a conocer este jueves, se consigna que el número de pobres se redujo en 5.1 millones con respecto a 2018.

El Coneval advierte que en 2022 únicamente el 13.1 por ciento de la población usaba los servicios del recientemente desaparecido Insabi, dependencia de Salud que sustituyó al Seguro Popular, instaurado hace 20 años y que estaba ligado a brindar servicios de salud a las personas sin seguridad social.

“Un indicador complementario que evidencia la vulnerabilidad de la población sin acceso a los servicios de salud ante eventos como la pandemia sanitaria por Covid-19 o la incertidumbre ante la transición entre el Seguro Popular, el INSABI e IMSS-Bienestar (en este gobierno), es el porcentaje de hogares con gasto catastrófico en salud, es decir los hogares en oos que el pago de bolsillo en salud supera el 30 por ciento del ingreso disponible (ingreso total menos gastos en alimentos)”, alerta el Coneval.

Dicho estudio coincide con una publicación reciente en la revista especializada The Lancet, una de las más prestigiadas del mundo por difundir investigaciones bien sustentadas.

Allí se enlista la tragedia, mientras se mantiene en sus cargos al secretario Jorge Alcocer y el subsecretario Hugo López-Gatell, los responsables directos: se redujo la cobertura en salud, aumentó la proporción de la población no asegurada que se declara sin acceso a servicios de salud; se redujo el presupuesto –y se subejerció—, cayó la capacidad de respuesta adecuada y, sobre todo, la protección financiera de las familias.  

Los especialistas advirtieron que los sistemas de salud deben ser construidos y administrados de manera que sean estructuralmente permeables, flexibles y adaptables a incorporar la innovación que se requiere para adaptarse a las cambiantes necesidades de salud guiada por nueva evidencia. Pero sin ser vulnerables a la volatilidad política.

A propósito de la investigación en la que ellos mismos participaron, Felicia Knaul, doctora en Economía por la Universidad de Harvard, y Julio Frenk, ex secretario de Salud en México y actual rector de la Universidad de Miami, opinaron en El Economista que no existe sensibilidad respecto a los 2.7 millones de hogares que se arruinan económicamente cada año porque un familiar se enferma, pues “no solo asumen la tragedia de la enfermedad sino se suma la tragedia de la bancarrota”.

“Independientemente de quien gane la elección en 2024, deberá haber una agenda de recuperación, sea quien sea el presidente, para reponer cosas tan básicas como el abasto de medicinas y vacunas, recomponer el sistema de vigilancia epidemiológica”, sostuvo Frenk en la entrevista. “Estamos muy vulnerables si se presenta otro brote, la caída de los niveles de vacunación es un tema que debería verse prácticamente como de seguridad nacional”.  

La Encuesta Nacional de Salud Pública y Nutrición (ENSANUT), correspondiente al año 2022 y realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), reveló que uno de cada dos mexicanos se atendió enfermedades en el sector privado. La Secretaría de Salud –de la que dependende INSP– intentó que estas cifras no se difundieran.

En su comunicado oficial, del jueves 22 de junio, la dependencia omitió además, entre otras cosas, la alarmante caída en la cobertura de vacunación para menores de edad, así como el aumento de la obesidad y la desnutrición, mientras se exalta la importancia de la Encuesta para establecer políticas públicas, que en los hechos van de mal en peor.

De acuerdo con ese informe, mientras que en el gobierno de Enrique Peña Nieto –en donde operaba el servicio del Seguro Pupular, sustituído por AMLO por el confesamente fracasado Insabi– el sistema público atendía al 57% de la población que requería alguna atención médica, mientras que en el actual gobierno ha caído al 51%. Prácticamente es ya la mitad de la población que se atiende en el sector privado.

Según los datos reportados por la ENSANUT 2022 para la diabetes, en el 2018 había una prevalencia del 16.8%. Cuatro años después, la prevalencia fue del 18.3%… con todo y el combate al “veneno embotellado”.

El 27 de diciembre del año pasado Libre en el Sur dio cuenta de que, en plena crisis sanitaria, las familias mexicanas tuvieron que desembolsar siete veces más que lo apartado por el gobierno morenista.

Efectivamente, de acuerdo con datos del INEGl los mexicanos gastaron en salud 1,077 mil millones (billones) de pesos, que contrastan con los 145 mil millones de pesos gastados por el gobierno.

Según las estimaciones del Coneval, la población vulnerable por carencias sociales aumentó de 23.7 a 29.4 por ciento entre el 2020 y el 2022. Y aunque el porcentaje de personas con carencia por acceso a la seguridad social pasó en cuatro años de 53.5 por ciento a 50.2 por ciento, que se traduce en un cambio de 66.2 a 64.7 millones de personas, esta carencia continúa siendo la de mayor presencia en la población mexicana.

Entre los componentes de la carencia por acceso a la seguridad social resalta como principal reto que el 63.6% de las personas ocupadas no cuenta con acceso a la seguridad social por prestación laboral.

Por otro lado, en 2022 un 29.3% de las personas de 65 años o más no contaban con un ingreso por programas para adultos mayores ni con una pensión (jubilación) en el mismo periodo. En otras palabras, aproximadamente 70.0% de la población de 65 años o más tenía acceso a una pensión no contributiva (ingresos por programas de adultos mayores) que le permitía adquirir la canasta alimentaria o tenían acceso a una pensión contributiva (jubilaciones y pensiones).

Para el Coneval, la seguridad social es el prinicpal desafió de México y, concretamente en el caso de la salud urge avanzar en un sistema integral que permita la atención de la población y la certeza del acceso sobre su funcionamiento y disponibilidad.

Es necesario –sostiene– crear mecanismos de coordinación entre las diferentes instituciones de salud que, entre otras cosas, contribuyan a unificar los criterios de atención y prestaciones. Del mismo modo, se vuel ve necesario contar con expedientes clínicos electrónicos con criterios estandarizados para facilitar el rastreo de antecedentes médicos y de tratamiento entre los distintos subsistemas de salud.

En el corto plazo, se deberían atender las brechas de financiamiento entre subsistemas para asegurar el acceso universal efectivo a un sistema de salud de calidad y así resolver los retos prevalentes en el acceso y disponibilidad de servicios en los tres niveles de atención.

Se deben diseñar estrategias que permitan, por un lado, incentivar la atención primaria y preventiva, con énfasis en nutrición, enfermedades prevenibles y servicios de salud sexual y reproductiva incluyentes, accesibles y con perspectiva de género; por otro lado, mejorar la atención a la salud mental, considerando los factores de comorbilidad con enfermedades transmisibles y no transmisibles y los efectos que en este aspecto ha dejado la pandemia.

Y también garantizar el acceso a los servicios de salud, así como a los mecanismos de salud preventiva y salud mental en niñas, niños, adolescentes y los jóvenes pues esto puede determinar en
gran medida su estado de salud en etapas de vida posteriores.

Por su parte Felicia Kanual y Julio Frenk sostienen como imprescindibles cambiar la compra de insumos, fortalecer el abasto y acceso a los medicamentos con enfoque a grupos vulnerables y abrir espacios de colaboración público-privada para remontar el rezago en la atención de enfermedades crónico-degenerativas.

También impulsar el uso de telemedicina y la portabilidad de la oferta; ordenar y regular los consultorios adyacentes a farmacias y pilotear planes estatales de cobertura universal en los estados abiertos, “con capacidad y disposición de hacer cambios en la política pública”.

Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, según dijo en su conferencia matutina de este viernes 11, los resultados del Coneval en materia de salud no son reales porque… ¡fue mal hecha la pregunta!

“Tenían apuntados a todos con credencial, con el llamado Seguro Popular… Como ya no están esas credenciales, la gente dijo: ‘No, pues no tenemos Seguro’, porque ya ahora es atención médica gratuita y ya no se necsita ningún tipo de Seguro”.

Todos se equivocan, menos él.

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