Ciudad de México, octubre 9, 2024 06:23
Salud

A 80 años de su implementación en México, enferma la Terapia Intensiva

Los hospitales públicos a menudo enfrentan desafíos en términos de capacidad, recursos y falta de personal en áreas de Terapia Intensiva.

POR NADIA MENÉNDEZ DI PARDO

El área de terapia intensiva es un espacio crucial que se ocupa del cuidado de pacientes críticos y en estado grave. Recordemos que antes de la existencia de la terapia intensiva, los hospitales tenían una capacidad limitada para monitorear de manera continua a los pacientes en estado crítico. La falta de una unidad especializada se evidenciaba en que los pacientes graves a menudo se encontraban en áreas generales, lo que implicaba que no recibieran una dedicación exclusiva. Los hospitales no contaban con el equipo médico necesario lo que aumentaba el riesgo de muerte. Por lo que antes de la aparición de la terapia intensiva, los hospitales y el personal médico se enfrentaron a desafíos significativos.

La terapia intensiva en México tuvo sus primeros avances a mediados del siglo XX, influida por el desarrollo en la medicina y la atención hospitalaria a nivel internacional.

La atención a pacientes críticos comenzó a organizarse en unidades especializadas dentro de hospitales, buscando ofrecer una atención más concentrada y multidisciplinaria. A finales de la década de los sesentas y principios de la década de los setentas se establecieron las primeras unidades de cuidados intensivos (UCI), con el objetivo de brindar atención especializada y monitoreo constante a pacientes en estado crítico.

El primer hospital en México que estableció una unidad de terapia intensiva fue el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) fundado en la ciudad de México en 1943, el cual se especializó en el tratamiento y en la investigación de enfermedades respiratorias. La UTI del INER fue inaugurada en la década de los sesenta y se convirtió en un referente en la atención de pacientes críticos con enfermedades respiratorias graves, como neumonía e insuficiencia respiratoria aguda principalmente.

Se implementaron políticas y protocolos para mejorar la calidad y la seguridad, así como la capacitación de médicos y personal de enfermería.

La creación de la UTI en el INER marcó un hito en la historia de la medicina en México, ya que su establecimiento sentó las bases para el desarrollo de otras unidades de terapia intensiva en diferentes hospitales de México. Hoy en día la terapia intensiva se ha expandido ampliamente especializándose en terapia intensiva pediátrica, la terapia intensiva cardiovacular y la terapia intensiva neurológica.

Desafortunadamente los altos costos de la terapia intensiva tienen repercusión en la economía de las familias. Las (UTI) requieren de tecnología avanzada y equipo médico especializado, como ventiladores mecánicos, monitores de signos vitales, bombas de infusión y sistemas de soporte vital avanzado. La adquisición y mantenimiento de este equipamiento son costosos, y esto se refleja en los precios de los servicios. A su vez los medicamentos utilizados como los analgésicos, los antimicrobianos y los fármacos son de alto costo al igual que los catéteres, los tubos endotraqueales y las sondas.

Es importante destacar que, en los hospitales públicos, las unidades de terapia intensiva tienen la responsabilidad de brindar atención médica especializada, independientemente de la condición económica del paciente. El sector salud ha establecido que debe garantizar la equidad en la atención médica, sin importar la capacidad de pago de la población. Sin embargo, los hospitales públicos a menudo enfrentan desafíos en términos de capacidad, recursos y falta de personal.

La demanda de atención intensiva puede superar la capacidad de las unidades, dadas las limitaciones en el acceso y disponibilidad de camas en momentos críticos. Uno de los grandes retos, por ejemplo en hospitales públicos de  Ciudad de México, es mejorar la calidad en la atención y contar con más recursos, ya que estas unidades son esenciales y desempeñan un papel medular en garantizar el acceso equitativo en la atención a todos los ciudadanos.

Hay que enfatizar que la terapia intensiva ha desempeñado un papel fundamental en la reducción de la mortalidad en pacientes críticos y en la mejora de resultados clínicos. La terapia intensiva ha experimentado un crecimiento significativo, pasando de ser una disciplina emergente a una especialidad médica fundamental. Su desarrollo y crecimiento continuo son fundamentales para mejorar la calidad de la atención médica en el país.

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