Ciudad de México, abril 24, 2024 14:12
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Cafés juarenses, con sabor a verano

En la demarcación juarense han proliferado numerosos cafetines, muchos de ellos con terrazas frente a parques, que son lugares ideales para la convivencia y que se suman a los cafés tradicionales que conservan la ortodoxia del buen café.

Staff / Libre en el Sur

El verano en Benito Juárez tiene aroma –y sabor— a café. Hoy más que nunca. En la delegación que ha sido asiento de establecimientos tradicionales, clásicos, hay han proliferado las cafeterías con terraza, que son ya parte del paisaje juarense sobre todo en torno a sus parques y en sus plazas comerciales. Muchos de ellos son pequeños negocios, cuyos propietarios se han empeñado en elaborar las diversas especialidades de café con verdadero esmero, para ofrecer a sus clientes algo más que el sabor tradicional de ese grano maravilloso.

Afortunadamente sobreviven la mayoría de los cafés tradicionales de la demarcación, que son como vigías de la calidad que la bebida debe conservar siempre, no obstante las veleidades de la moda. Así, tenemos cafés de la raigambre del Do Brasil La Balsa, en la glorieta de Vértiz, toda una institución. Y el Jekemir, que durante años estuvo en un pasaje de la Comer de Pilares y hoy funciona en Parroquia 204, en la colonia Del Valle Sur.

El olor inconfundible del café al ser tostado inunda el mercado Lázaro Cárdenas, en la Del Valle Norte, donde funciona el Passmar. Más que una cafetería de alta calidad, es realmente una escuela del arte de preparar el grano heredado por nuestros antepasados. Y, por la misma línea aunque mucho más reciente, el Alma Negra de avenida Universidad 420-A, en Narvarte, se ha convertido en un pequeño santuario de esa devoción incomparable, a la que por cierto se suman cada vez más jóvenes. Este lugar tiene la peculiaridad de contar con varios tipos de extracción de la bebida, de lo que amable y pacientemente nos platican los encargados. Por otro rumbo, en Muguet, una cafetería y pastelería de alcurnia ubicada en la calle Recreo 112, colonia Actipan (Del Valle), los croissant y las conchas son tan excepcionales que se vuelven imprescindibles para acompañar el cafecito.

Anotamos también, entre muchos otros, el Café D de la plaza Mariscal Sucre, en el corazón de la colonia Del Valle, que adicionalmente a la calidad de sus bebidas ofrece un rincón muy grato con mesas al aire libre, frente al kiosco tradicional de la que fuera emblemática glorieta. Otra opción tradicional con agradable terraza es el café Coffee Company, en la colonia Nápoles, frente al parque “Alfonso Esparza Oteo”. Y uno más que a base de calidad, tanto de sus bebidas como de sus alimentos, se ha ganado un lugar preponderante en relativamente poco tiempo, el Café del Sur en San José Insurgentes, frente a la glorieta de La Bola.

El Village Café tiene dos establecimientos en la zona. Uno de ellos, ubicado en la calle en Porfirio Díaz 69 de la colonia Nochebuena, resulta muy agradable porque está justo frente al Parque Hundido y tiene mesas afuera. El otro está en avenida Colonia del Valle 603. Se destaca por contar con un amplio menú de ensaladas y platillos mexicanos. En San Pedro de los Pinos también hay buenas opciones frente a sus parques, El Alebrije, en el Miraflores, y La dulce tentación, en el Pombo. Ambos ofrecen, efectivamente, una tentadora repostería.

Por lo demás, decenas de cafeterías se ofrecen como lugares ideales para departir en estos días veraniegos que tanto se prestan a la convivencia, entre parejas o grupo de amigos, como los que se ubican en torno a diversos parque delegacionales: Arboledas, San Lorenzo, Tlacoquemécatl, Postal, y de los Venados, entre otros.

Todos ellos tienen en común, además de una atención esmerada por sus propios dueños, el ambiente de informalidad, el buen gusto y la oferta no solo de una gran variedad de especialidades de café, sino además pasteles, donas, sándwiches, snacks y una extensa gama de productos dulces y salados, y a veces menús completos de comida a buen precio. La mayoría de ellos han añadido paquetes de desayunos con chilaquiles, molletes, huevos al gusto… Qué mejor que degustarlos frente a una iglesia colonial o un parque con olor a tierra mojada. ¡Disfrutemos el verano!

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