Ciudad de México, noviembre 21, 2024 19:44
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Da diputada Dinorah Pizano su primer informe; ofrece a los vecinos juarenses no desfallecer contra la corrupción de la DBJ

Subida en el estrado de su primer informe de actividades cual si fuese la capitana de un navío desde cuya proa lanzaba el grito de su próxima batalla, con el brazo derecho erguido como sable, la diputada Dinorah Pizano anunció el “tiempo de la mujeres en Benito Juárez” y exigió al delegado Jorge Romero acabar con las construcciones ilegales, los comerciantes ambulantes y “la camioneta blanca” que pasa a cobrar las extorsiones. Y como saltando a la mar, los asistentes respondieron al solo nombramiento de Romero: “¡Fuera, fuera, fuera!”

La enjundia de la legisladora perredista había sido alimentada por el espaldarazo que le dio minutos antes su correligionario Manuel Granados, líder de la Asamblea Legislativa, quien virtualmente la destapó como aspirante a la jefatura delegacional en 2015: “El esfuerzo de la diputada nos llevará a recuperar la Delegación Benito Juárez”, estimó. “Muy pronto estaremos festejando en otro espacio de la vida pública”. A unos metros aplaudía sonriente, sentado en un lugar de honor, el jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo.

“He sido opositora al gobierno delegacional porque, contrariamente a lo que se quiere hacer creer, Benito Juárez ya no es el mejor lugar para vivir”, soltó Pizano, al desenfundar, ante dirigentes de diferentes corrientes perredistas, líderes parlamentarios de Nueva Alianza, PT y Movimiento Ciudadano y flamantes coordinadores vecinales de unas 40 colonias. Más adelante acusó al delegado de simular con suspensiones y clausuras de obras irregulares “cuando que en menos de un mes las reabre”. Presumió en cambio su labor legislativa por la que ahora el constructor que viole la Norma 26 (legislación exclusiva para vivienda popular) o falsifique documentos “se irá a la cárcel”.

Recordó que encabezó una manifestación frente a las oficinas del delegado Romero, así como 11 “clausuras ciudadanas” de edificaciones que han afectado la sana convivencia y la seguridad y merman no sólo los servicios básicos, sino también generan molestias que afectan la paz, la tranquilidad, las salud y la productividad de los juerenses. En ese sentido, denunció que aunque desde la ALDF se ha solicitado la suspensión de todas las obras que no acreditan la Norma 26, Romero se mantiene omiso.

Por lo tanto, exigió al delegado dar resultados hasta ahora no vistos. “Señor delegado, que seguramente me está escuchando: Estamos hartos de que las construcciones no sean atendidas, de que no se controle el ambulantaje, de que se tolere la actividad abusiva de los llamados franeleros, de que la camioneta blanca siga pasando por los comercios de Benito Juárez, para extorsionarlos; de que muchos bares trabajen hasta altas horas de la noche y lastimen el descanso de los juarenses impunemente”, espetó.

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