Ciudad de México, febrero 21, 2025 03:24
Ana Cecilia Terrazas Opinión

DAR LA VUELTA / 14 de Febrero: darle la vuelta al amor de postal

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

En el fondo la mayoría de la gente sabe que el mero milagro es siquiera poder coincidir con alguien de manera suficientemente fuerte como para armar y mantener una construcción de pareja.

POR ANA CECILIA TERRAZAS

Para un amigo adorado; terapeuta excelso, psiquiatra sin igual: AZM

Un meme sabio nos puede cambiar la vida. Los dilemas de la parejeidad, cuando son vistos bajo la madurez; el mejor espíritu posible y cuando se colocan en su justo lugar (respecto de un contexto mundial, nacional, social, con tantísimas injusticias, quiebres, desigualdades y sufrimientos imponderables e irremediables) son el mejor estímulo para mejorar.

Cualquier terapeuta o profesional de la literatura sabe que, al momento de darse al otro o a la otra, entran en juego mínimamente cuatro personas. Además, en ese vínculo amoroso, relacional, entran también los ancestros, lo aprendido, el organismo, el inconsciente, los archivos genealógicos, las posibilidades de cada quien, las biografías y, desde luego, los contextos, los pretextos, los textos.

El amor relacional, si debemos concluir algo, no puede entrar, por su condición de misterio, en los carriles o cuadraturas de las expectativas…”

El meme de referencia dice en resumen que la medida de un problema en una relación reside en la cantidad de expectativa que tenemos respecto de la otra persona versus la realidad de lo que la otra persona cumple, de esa expectativa. La ecuación para resolver el problema, si fuese matemática, es sencilla; siendo humana, no lo es tanto, pero de todas maneras parece accesible: bajar la expectativa es igual a reducir el problema. Cabe recalcar que el problema es de quien se genera o tiene la expectativa. Esto es, en suma, hay que acotar las ideas, cartabones, fantasías, ilusiones, deseos, estampas, postales o utopías que nos hemos hecho de la otra persona en pareja, de lo que debe o no ser o hacer esa persona en la relación.

El amor relacional, si debemos concluir algo, no puede entrar, por su condición de misterio, en los carriles o cuadraturas de las expectativas. En cambio, el marketing del 14 de febrero está atiborrado de los parámetros rigurosos y redonditos de las expectativas. Deconstruir y desmadejar el textil de eso, significa ir de la mano de otra manera de ver y hacer una relación de pareja; la apuesta es por una pareja más sorpresiva, menos esperada, menos hecha a lo que uno imagina.

En el fondo la mayoría de la gente sabe que el mero milagro es siquiera poder coincidir con alguien de manera suficientemente fuerte como para armar y mantener una construcción de pareja. Y muchas parejas, hay que decirlo, se mantienen siéndolo sólo por no salir de una zona aparentemente segura, vivida en piloto automático, sin que corra emoción o crecimiento parejil (ni individual) más en ese camino. Así que, de buena manera, en este 14 de febrero del amor y la amistad, de la pareja, se vale darle la vuelta al estereotipo y votar por esa otreidad imperfecta, como lo es una, a la que queremos tanto.

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