En marcha, la estrategia del PRI para conquistar la delegación Benito Juárez
Dieciocho años después, acicateados por el resultado de recientes encuestas que indican un sorprendente avance de su partido en la capital del país y seguros de un “hartazgo” de la ciudadanía hacia los gobiernos panistas, las huestes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se aprestan a conquistar en las elecciones de 2012 la delegación Benito Juárez, el máximo bastión del PAN en el Distrito Federal y uno de sus baluartes en todo el país.
Los priistas vienen, dicen ellos mismos, a devolverle a los juarenses la posibilidad de ser escuchados y realmente atendidos por las autoridades delegacionales, en temas tan importantes como la inseguridad, el ambulantaje, el boom inmobiliario y la mala calidad de los servicios públicos. “La gente está harta de la ineficiencia y la corrupción de los últimos cuatro gobiernos”, dice Carlos Pineda, dirigente priista en la demarcación.
De hecho, el PRI nunca ha ganado una elección en Benito Juárez. El último priista que gobernó la delegación fue Ramón Martell, pero en ese tiempo los delegados eran designados por el regente de la ciudad y no electos en comicios constitucionales. Después de él, cuando el PRD conquistó la capital y Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer jefe de gobierno del DF electo, designó a una panista, Esperanza Gómez Mont, como delegada (1997-2000). Le siguió Ricardo Pascoe, que todavía era miembro del PRD. Y a partir de 2003, el PAN se apoderó del gobierno delegacional hasta ligar cuatro jefaturas consecutivas: José Espina (2003-2006), Fadlala Akabani (2003-2006), Germán de la Garza (2006-2009) y el actual, Mario Palacios, cuyo mandato concluye en 2012.
Ahora, dicen los priistas, les toca a ellos demostrar “cómo se gobierna de verdad” bajo el paradigma de la “democracia y justicia social”, el añejo lema de su partido. Aseguran, sin embargo, que para llegar al poder delegacional no emplearan los métodos del pasado, aunque si su estructura tradicional. O los restos que de ella quedan. “En estos tiempos ya no es válido el corporativismo ni el clientelismo”, dice Pineda en entrevista. “El populismo de antes ya no funciona. Nuestra nueva estrategia se basa en la estructura vecinal, las organizaciones ciudadanas de Benito Juárez”.
Y no son sólo palabras. El PRI ha logrado en efecto atraer, junto a sus viejos cuadros, a gran parte de los dirigentes vecinales de la demarcación a través de los comités ciudadanos electos en octubre pasado. Y esos liderazgos pro priistas ganaron de manera contundente en enero pasado el Consejo Ciudadano Delegacional, que reúne a los coordinadores de los 64 comités de Benito Juárez.
Pineda asegura que el partido cuenta además con su estructura territorial íntegra, con 264 comités seccionales y mil 200 militantes, fuertemente vinculada a la ciudadanía juarense, sobre todo en el distrito 17 local, que Pineda da prácticamente por ganado. “Ahí ya estamos a la par de los pitufos y pronto estaremos por arriba de ellos”, presume.
El optimismo del dirigente priista tiene como marco el escenso espectacular del PRI en las preferencias electorales de los capitalinos frente a los comicios del 2012, que ya aparece en diversas encuestas prácticamente en empate con el PRD, el partido hegemónico en el DF durante los últimos 15 años.
En el caso de Benito Juárez, sin embargo, no hay encuestas publicadas que avalen el crecimiento priista, aunque su líder asegura tener mediciones que ya los ponen en segundo lugar en la demarcación, por arriba del PRD. De hecho, Pineda reconoce que la situación no es igualmente promisoria para el PRI en el caso del distrito 20 local, que Benito Juárez comparte con Álvaro Obregón. “Ahí sí nos la llevan fuerte”, asume el priista.