Enfermedad de Lyme: La peligrosa imitadora
Enfermedad de Lyme. Foto: Especial
La prevención de la enfermedad de Lyme se centra en evitar las picaduras de garrapatas. El padecimiento puede tener una variedad de manifestaciones en el cuerpo, y los síntomas pueden variar según la etapa de la infección.
POR NADIA MENÉNDEZDI PARDO
La enfermedad de Lyme, también conocida como la “imitadora sigilosa”, es un trastorno causado por la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida por las garrapatas. Este padecimiento, reconocido por su capacidad para imitar una amplia variedad de condiciones médicas, presenta desafíos diagnósticos y puede tener consecuencias muy negativas para la salud del ser humano.
Fue nombrada Lyme por el pueblo de Lyme en Connecticut, donde se detectaron los primeros casos en la década de 1970, aunque puede haber existido antes sin ser identificada correctamente. El término “enfermedad de Lyme” se definió después de que se observara un grupo inusual de casos de artritis en niños. La bacteria es transmitida a los humanos a través de la picadura de garrapatas infectadas. El Dr. Allen Steere, junto con otros investigadores, fue fundamental en la identificación y descripción inicial de esta enfermedad. A su vez, en 1982, Willy Burgdorfer, un investigador, descubrió la bacteria responsable de la enfermedad de Lyme, que fue nombrada Borrelia burgdorferi en su honor.
Lo que la convierte en una enfermedad compleja es debido a la variabilidad de sus síntomas y la capacidad para imitar otras condiciones médicas. Inicialmente, los afectados pueden experimentar fiebre, fatiga, dolores musculares y articulares, síntomas similares a los de otras enfermedades; sin embargo, la enfermedad puede evolucionar y afectar el sistema nervioso, problemas cardiovasculares, de la piel, las articulaciones y otros órganos, presentando una diversidad de manifestaciones que dificultan un diagnóstico preciso lo que puede llevar a una confusión.
En entrevista el médico investigador Guillermo Flores Padilla que estuvo 21 años en el Hospital de especialidades del Centro médico Nacional Siglo XXI, adscrito de Medicina interna, y actualmente Investigador del Centro de Investigación Clínica de la Universidad de Northwestern de Chicago, explica que en su experiencia personal con enfermos con este padecimiento fue una situación compleja y difícil debido a la confusa sintomatología, ya que los pacientes presentaban fiebres de origen desconocido, dolor en las articulaciones, alteraciones cardiacas y neurológicas, dificultando así el diagnóstico.
Una de las pruebas utilizadas según el especialista fue la PCR en sangre para identificar la presencia del vector, y respecto a problemas neurológicos el neuroline. Los casos tratados en el hospital eran de picadura de garrapata proveniente principalmente de los Estados de Morelos y Chiapas, enfermos que vivían en medios rurales los cuales estaban en contacto con animales que alojan garrapatas, por ejemplo, caballos y perros y también reservorios de aguas estancadas. Cabe destacar que los problemas neurológicos como lo señala el Doctor Flores, han causado discapacidad y alteraciones de diversa índole que dejan al enfermo incapacitado para tener una vida normal.
La detección de la enfermedad de Lyme generalmente se realiza a través de pruebas específicas que buscan evidencia de la presencia de la bacteria Borrelia burgdorferi, responsable de la enfermedad. Aquí hay algunas pruebas comunes utilizadas para detectarla, por ejemplo, la Prueba de ELISA, la cual busca anticuerpos contra Borrelia burgdorferi en la sangre del paciente, generalmente se utiliza como una prueba de detección inicial. También se practica la PCR que se utiliza para detectar material genético de la bacteria en muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo u otros fluidos corporales. Esta prueba es más útil en las etapas tempranas de la enfermedad, cuando la cantidad de bacterias en el cuerpo puede ser detectada más fácilmente. Los estudios se realizan cuando existe la sospecha de afectación del sistema nervioso central, se puede realizar una punción lumbar para obtener líquido cefalorraquídeo y analizar la presencia de la bacteria.
Como ya se dijo, esta enfermedad puede tener una variedad de manifestaciones en el cuerpo, y los síntomas pueden variar según la etapa de la infección. El paciente puede presentar fiebre, escalofríos, fatiga crónica, dolores musculares y articulares, y dolor de cabeza, estos son síntomas comunes en las etapas iniciales, a su vez dolor en las articulaciones y músculos, provocando dolor y rigidez. Además del eritema migratorio, en algunas personas pueden desarrollarse otras lesiones cutáneas.
En etapas más avanzadas, la enfermedad puede afectar el sistema nervioso central, causando síntomas como dificultades cognitivas, problemas de memoria, debilidad muscular, entumecimiento y parálisis facial. En casos graves, la enfermedad puede afectar el corazón, causando inflamación cardíaca (carditis) que se manifiesta con síntomas como palpitaciones y mareos.
A pesar de los avances en la comprensión de la enfermedad, sigue siendo un desafío debido a sus síntomas variables y a la capacidad de la bacteria para afectar diversas partes del cuerpo. La prevención de la enfermedad de Lyme se centra en evitar las picaduras de garrapatas. Medidas como el uso de repelentes, ropa protectora y la revisión del cuerpo después de estar al aire libre son fundamentales, especialmente en áreas donde las garrapatas son endémicas.
Recordemos que la enfermedad de Lyme puede ser seria y potencialmente peligrosa, especialmente si no se diagnostica y trata adecuadamente.