Experta de la UNAM en espacios públicos advierte ‘notorias deficiencias’ en la red de ciclovías que se construye en la DBJ
En una conversación con Libre en el Sur, Catalina Villaraga, que también es ciclista, analiza a detalle el modelo de ciclovías que está construyendo el gobierno delegacional; alerta sobre fallas en la seguridad y la conectividad, así como la falta de un programa de educación cívica al respecto.
Por Mariana Malagón
La construcción de ciclovías debe considerar factores como el tipo materiales y la señalización que utilizarán, además de un programa de cultura ciudadana que incentive el respeto por el peatón y el ciclista, así como por las normas del Reglamento de Tránsito. Al parecer, algo ausente en lo que hasta ahora se ha planteado en la Delegación Benito Juárez, de acuerdo con Catalina Villarraga, maestra en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista con Libre en el Sur, la especialista en política pública dirigida al espacio público, explicó que con base en lo que se puede observar en la construcción de las ciclovías en la Del. Benito Juárez (que en noviembre de 2015 anunció el jefe delegacional Christian von Roehrich) el tipo de mobiliario urbano y los elementos delimitadores que se están utilizando son muy pobres.
Al momento de pensar en la construcción de ciclovías y de la seguridad del ciclista, asienta, deben considerarse aspectos como los materiales con que se creará la infraestructura ciclista. Hasta ahora, dice, es muy pobre lo que se está utilizando, “sobre todo en el aspecto de delimitar la circulación de los automóviles frente a la bicicleta. Es una deficiencia muy grande”.
Otros aspectos a considerar, según Villarraga, quien además es ciclista, son: la señalización; la instalación de delimitadores suficientes y adecuados; y la colorimetría del balizamiento, la cual preferiblemente debe ser diferente al color blanco, pues “éste es más común en el arroyo vehicular y no se entiende como diferenciador del espacio del ciclista frente al espacio destinado para el automovilista, quien debe saber, ubicar y acostumbrarse a que hay otra forma de transporte que circula por la vía”.
La política de infraestructura ciclista también debe tomar en cuenta la implementación de un programa de pedagogía y cultura que promueva en los ciudadanos el respeto por dicho espacios. “Si bien, el trazado de las ciclovías no es el ideal, lo importante es crear cultura ciudadana del respeto por el ciclista”, apunta la experta.
Opina que lo anterior se puede reforzar con las disposiciones del Reglamento de Tránsito vigente, que plantea una figura llamada “personal de apoyo vial”, el cual podría situarse por jornadas en los nuevos trazados de ciclovías para que enseñe a la ciudadanía sus derechos, sensibilice y cree conciencia vial sobre los nuevos espacios ciclistas.
En ese sentido, llama a reconocer que si bien el tema de las ciclovías y su construcción depende de la intervención de diferentes actores del Gobierno de la Ciudad de México, como las Secretarías de Medio Ambiente y de Seguridad Pública. Además, de la Delegación Benito Juárez en lo local. “No sólo depende de la responsabilidad de éstos. Sino que, también concierne a la ciudadanía que vive y usa el espacio público”. Estimando esas responsabilidades en algo así como un 70% y 30% respectivamente.
Por otra parte, uno de los problemas que presenta la infraestructura ciclista en general, es que no está construida como una red continua que integre y conecte, tanto distintos lugares como personas en la ciudad. “No hay continuidad de los circuitos de ciclovía en el espacio público, por el contrario, existen parches de ciclovías”. Además de estar trazadas en vías secundarias (que inicialmente no fueron planeadas pensando en construir allí ciclovías), muchas no desembocan cerca de una vía primaria o de algún acceso al transporte público. Impidiendo la posibilidad de experimentar intermodalidad en la movilidad. Lo que se observa, dice la urbanista, es que la política urbana de infraestructura ciclista ha correspondido con el desarrollo del programa y fases de Ecobici.
En este sentido, añade, las soluciones para lograr crear una red de ciclovías es mejorar las que ya están y conectarlas a puntos estratégicos, incluir las zonas y delegaciones que no cuentan con infraestructura ciclista, incluyendo las llamadas periferias. Que no sea un privilegio poder utilizar las ciclovías por ser usuario Ecobici o por vivir en ciertas zonas centrales, pues eso “no corresponde con el derecho a la ciudad, ni con una política de espacio público que dice reconocerlo”.
Asimismo, Catalina Villarraga plantea que en el marco de la Reforma Política de la ciudad, debe haber un rediseño de las atribuciones y responsabilidades que tienen las delegaciones en términos de producción de espacio público. “Hasta ahora están restringidas a cuestiones de mantenimiento, pero se puede mejorar el esquema de acción con voluntad política y una articulación organizada entre el Gobierno central de la Ciudad de México y las delegaciones en lo local. Lo cual implica, por supuesto, revisar el tema del presupuesto público”, recomienda.
(En la foto, Villaraga en su bicicleta).