Ciudad de México, diciembre 7, 2024 16:53
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La Gran Maqueta abrirá en enero: ¡Toda la ciudad de México en chiquito!

Cada centímetro equivale a 25 metros de la ciudad real. Ahí está la capital de México, en una de las maquetas más grandes del mundo.

Por Francisco Ortiz Pardo

René Bolado sonríe al compartir cada detalle de lo que podría parecer el juguete más grande que los capitalinos hayamos conocido, tan grande que los 60 millones de pesos que costó no parecen ser demasiados. Y no es que no se trate efectivamente de algo muy divertido y emocionante, pero lo que el afable funcionario presenta a Libre en el Sur durante una visita previa a la apertura al público en general, tentativamente en enero próximo, es una obra aún más grande y seria: Una asombrosa maqueta de 250 metros cuadrados donde aparecen cada una de las casas, edificios, calles y avenidas, accesos carreteros, los cerros y los bosques de la capital mexicana, que no sólo servirá como modelo educativo y de esparcimiento para sus habitantes y los turistas que la visiten, sino como una herramienta que, con la más alta tecnología, utilizará el gobierno capitalino para llevar a cabo la planeación en materia de movilidad, medio ambiente, urbanización, cultura y seguridad pública, entre otros aspectos.

La insólita ciudad en miniatura fue construida con recursos materiales y humanos de la Agencia de Gestión Urbana del DF, a cargo de Fernando Aboitiz. El proyecto se llama Futura CDMX y es dirigido justamente por Bolado. Se encuentra en el antiguo Teatro de las Vizcaínas, en el Centro Histórico, lugar que en los tiempos dorados de las tandas se presentaron comediantes como Palillo pero que por muchos años permaneció abandonado y prácticamente en ruinas. El inmueble fue rescatado por la Secretaría de Obras del GDF, que además le añadió dos pisos cuidando su estilo arquitectónico original pero al mismo tiempo dotándolo en su interior de espacios con ambiente contemporáneo, amplios y frescos, y equipado para dar la mayor accesibilidad. El edificio alberga también un muy atractivo museo interactivo en el que se presentan mapas, historiografías de las diferentes épocas de nuestra ciudad –desde la Gran Tenochtitlán hasta nuestros días— y bases de datos comparativas con otras ciudades del mundo sobre un sinfín de temas, como los espacios culturales, el transporte y los niveles de desarrollo humano.

Pero la maqueta no es sólo la representación en pequeño de una de las más grandes y bellas ciudades del mundo. Sobre ella se proyectarán trabajos de multimedia (mapping) con los que se explicará la forma en que ha evolucionado –o involucionado, según se vea— esta capital. Así, sobre toda su extensión sobrevuela libre y maravillosamente un águila, acaso la misma que se postró en un nopal para devorar una serpiente en el islote elegido por los aztecas para fundar su imperio. Y mientras se contrae el alma cuando aparecen en una pantalla escenas de la matanza de Tlatelolco y las Olimpiadas de 1968, y de los sismos de 1985, la réplica de la ciudad parece sacudirse y fracturarse. “Pero eso no nos venció”, dice una voz en off . Y entonces aparece la ciudad reconstruida con todos sus valores patrimoniales y humanos.

Como ya se ha dicho la maqueta, compuesta por 325 módulos de un metro por 50 centímetros cada uno, también será instrumento de trabajo de las autoridades capitalinas. Incluso ya se usó para las mejoras del entorno del Autódromo Hermanos Rodríguez, en el marco de la competencia de Fórmula Uno realizada a principios de noviembre pasado. Con el uso de las nuevas tecnologías, desde una computadora se pueden manipular trazos sobre la maqueta que aparecen como marcas de plumón, en realidad hechos con rayos de luz. Así se puede poner flechas o taches como si se tratase de una cartulina enorme que los funcionarios pueden observar desde un balcón. Cada centímetro de la maqueta representa 25 metros de la ciudad real. El tamaño de dicha escala permite reconocer los edificios o lugares más singulares de la ciudad y ofrece una interesante lectura en la topografía y la estructura urbana.

En la Gran Maqueta –que así se llama— se distinguen perfectamente los extensos terrenos del aeropuerto que para el 2020 será desmantelado y sustituido por algo (universidad, bosque, centro urbano…) que será resuelto por los expertos justo en el antiguo Teatro de las Vizcaínas. También el edificio “del pantalón” de la zona poniente. O los nuevos rascacielos de Reforma. Y se puede constatar de la misma forma cómo avanza la mancha urbana sobre los cerros que rodean al valle. Así es, tal cual: ¡La enorme ciudad en chiquito!

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