La orgullosa colonia Nápoles añora sus encantos
Hermana de la colonia Del Valle, cuyo nacimiento compartió en 1908, este desarrollo asentado sobre terrenos agrícolas y socavones dejados por las ladrilleras, adquirió notoriedad por las casonas de estilo Colonial Californiano, hoy prácticamente arrasado por la proliferación de edificios.
Omar Reynaldos
Cuando allá por el año 1908 empezó la urbanización de las colonias Nápoles y Del Valle en terrenos agrícolas que pertenecieron a diversos ranchos y haciendas, la ciudad de México apenas se había atrevido a saltar el Río de la Piedad para abrir su crecimiento hacia el Sur. En aquellas grandes extensiones despobladas había ya comunidades con fuerte arraigo e historia, como los pueblos de Mixcoac y San Juan, en cuyas inmediaciones habían surgido las grandes mansiones campestres de los personajes del Porfiriato. En esa zona también habían proliferado en la segunda mitad del siglo XIX las fábricas de ladrillos, cuyos hornos surtían de tabiques a la creciente industria de la construcción. Entre esas fábricas destacaba la Ladrillera Nochebuena, que se surtía de materia prima –tierra—mediante la excavación de terrenos a cielo abierto.
Cuando esa factoría cerró sus puertas en 1893, su actividad había causado ya grandes socavones, uno de los cuales se sembraría con numerosos árboles para crear el llamado Bosque de la Nochebuena, que hoy no es otro que nuestro emblemático parque “Luis G. Urbina”, conocido como Parque Hundido. Otras excavaciones más profundas serían luego aprovechadas, ya en los años cuarentas, en la construcción de la Plaza de Toros México y el actual Estado Azul, sede del equipo subcampeón del futbol mexicano, el Cruz Azul. Gran parte de esos dos inmuebles están construidas del nivel de calle para abajo.
Hacia noviembre de 1908, empezó el surgimiento del fraccionamiento de la Colonia Del Valle en los terrenos de los antiguos ranchos de Santa Cruz, San Borja, Santa Rita, Tlacoquemécatl, Amores y del rancho de Nápoles, nombres que nos resultan familiares ya que algunas calles de esa colonia aún los conservan. En forma prácticamente paralela, al otro lado de la Vía del Centenario –actual avenida Insurgentes Sur– se inició la urbanización de la colonia Nápoles, un desarrollo residencial y comercial que se ubica dentro del distrito Colonia Del Valle en la delegación Benito Juárez. En esta colonia toma auge la construcción de grandes casonas levantadas en el estilo llamado Colonial Californiano. La gran extensión de esta colonia abarca parte de lo que antes se conocía como el Rancho de Amores y el Rancho de Nápoles en conjunto con una porción de la ya mencionada zona ladrillera que se ubicada en las cercanías del poblado de Mixcoac.
La colonia se integra por dos secciones, la llamada propiamente colonia Nápoles levantada a comienzos del siglo XX, y la Ampliación Nápoles, iniciada a fines de la década de los cuarenta en la zona suroeste, ambas divididas por la avenida Pennsylvania que corre de norte a sur. Por cierto, sus calles se caracterizaron desde un principio por llevar los nombres de las principales ciudades y estados de los Estados Unidos de América. Dakota, Filadelfia y Pennsylvania son las calles que recorren y atraviesan la colonia de un extremo a otro. Están también Nueva York, Kansas, Detroit, Nueva Jersey, Arizona, Oklahoma, Texas, Lousiana, Montana y muchas más. Lentamente, pues se consideraba una zona “lejana” de la ciudad, el fraccionamiento se fue poblando de bellas construcciones en torno a un gran parque central, el “Jardín Esparza Oteo”. Posteriormente se construiría el Parque de la Lama”, que desapareció en los años cincuentas para dar lugar a la construcción de un megaproyecto arquitectónico concebido por don Manuel Suárez: el Centro Turístico 2000, que incluía el Polyforum Cultural Siqueiros y el Hotel de México y que a la postre se convirtió en el World Trade Center México (WTC).
La colonia Nápoles ha sido una de las más golpeadas por la “modernidad” en la delegación Benito Juárez. A lo largo de varias décadas, edificios de departamentos sustituyeron poco a poco a las casonas de estilo Colonial Californiano, lo que se aceleró irremediablemente a raíz del bomm inmobiliario registrado en las delegaciones centrales de la ciudad a partir del año 2000. Hoy vive agobiada entre el tráfico intenso, la falta de estacionamientos, el ambulantaje y la invasión de franeleros. Y son ya contados los ejemplos de aquellas presuntuosas mansiones que dieron fama y categoría a esa entrañable colonia.