Ciudad de México, mayo 13, 2025 15:10
Itzel García Muñoz Opinión

Maternidad desafiante

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de sus autores.

“Necesitamos que el Estado establezca políticas públicas en favor de quienes llevan a cabo las tareas del cuidado, en su mayoría mujeres”.

POR ITZEL GARCÍA MUÑOZ

Son las 5:30 cuando suena la alarma que es la señal de que mamá tiene que levantarse. Y es a esa hora cuando empieza la carrera diaria llena de obstáculos y múltiples retos.

Y es que en nuestro país, como en otros tantos, es necesario visibilizar la maternidad desafiante. Para ello, enfocaré este espacio en las madres jefas de famila, las madres cuidadoras y las madres buscadoras.

En México hay 35 millones de hogares que son comandados por jefas de familia como únicas proveedoras gracias a la impunidad que persiste respecto a los hombres que abandonan y no cumplen con las pensiones alimenticias porque el sistema patriarcal los protege al establecer  que el pago de una pensión depende de la comprobación de los ingresos de los deudores alimentarios que en su mayoría están en la economía informal.

Ese sistema que no sanciona  penalmente a quienes abandonan a las mujeres embarazadas, muchas de ellas menores de edad.

Esas madres únicas proveedoras no necesitan un doble reconocimiento porque eso normalizar  el abandono y la irresponsabilidad de los deudores alimentarios.Más bien  requieren que las leyes y las instituciones de justicia castigen, de manera ejemplar, a los deudores alimentarios.

De igual manera, necesitamos que el Estado establezca políticas públicas en favor de quienes llevan a cabo las tareas del cuidado, que en su mayoría somos las mujeres. Para ello,  la creación de un sistema de seguridad social universal que garantice  el acceso a guarderías,  la salud y al retiro digno por edad, viudez o invalidez es el primer eslabón para la construcción de un sistema nacional del cuidado. Asimismo, es indispensable el establecimiento de preescolares y escuelas primarias de tiempo completo que, en este tiempo de mujeres, todavía no vemos.

Las madres buscadoras que son un ejemplo de resistencia, valentía y fortaleza. Madres que viven en una situación económica precaria, que son  objeto de discriminación, estigmatización y criminalización. Madres que buscan a sus hijos amenazadas por el crimen organizado. Al respecto,

la organización Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos ha señalado que  de 2019 a la fecha, 16 madres buscadoras  han sido asesinadas en México. A  estos casos se suman  tres víctimas más reportadas por la organización Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, en los años 2014, 2016 y 2017, respectivamente.

A lo largo de los años, frente a un sistema de búsqueda estatal inoperante, las madres buscadoras se han convertido en investigadoras, peritos y abogadas.  Y sin duda es importante reconocer su labor pero la sociedad no debe normalizar esta situación.

La maternidad no es una obligación de las mujeres, es una elección que debe ser  una experiencia placentera. Para ello, la manutención de las hijas e hijos tiene que ser una responsabilidad equilibrada entre madre y padre. De igual manera,  la crianza y educación de las y los hijos debe ser compartida con los varones y otras personas cuidadoras, donde el Estado también debe asumir un rol de cuidador.

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